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El 'otro cine español' desafía a la censura comercial
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DOS CICLOS REVISAN EL AUDIOVISUAL UNDERGROUND

El 'otro cine español' desafía a la censura comercial

Dos muestras revelan la historia oculta del cine marginal en España confrontando películas contemporáneas con filmes de la transición.

Foto: Cartel del ciclo '40 años no es nada'
Cartel del ciclo '40 años no es nada'

Cuando hablamos del éxito del cine español, nos regocijamos con los millones que ha recaudado Ocho apellidos vascos o con el éxito internacional de Lo imposible hace unos años. No obstante, más allá del cine que logra recaudar millones, existen propuestas más pequeñas que que han cosechado importantes premios internacionales durante los últimos años. Películas que rompen con algunas convenciones cinematográficas para acercarse a un público más reducido pero más militante.

Este mes coinciden en Madrid dos ciclos que se aproximan al cine marginal español de distintas formas. Esta misma semana, la madrileña Sala Berlanga presenta 40 años no es nada, una reflexión sobre los "reflejos y derivas del cine militante español contemporáneo'; y, a mediados de septiembre, el Museo Reina Sofía se centrará en lo que llama “otro cine” para articular la muestra Memoria del descrédito.

En los dos ciclos, una selección de películas españolas contemporáneas -de VidaExtra de Ramiro Ledo a El futuro, de Luis López Carrasco- dialoga con diferentes ejemplos del cine marginal y clandestino del tardofranquismo y la transición, filmes críticos como El Sopar, de Pere Portabella o Numax Presenta, de Joaquim Jordá. Un paralelismo con más de 40 años de diferencia que muestra cómo la situación no ha cambiado tanto: películas que no reciben ningún apoyo institucional, pero que años más tarde son reconocidas por esas mismas instituciones.

La muestra de la Sala Berlanga es un intento por dar mayor visibilidad a este cine nómada, que no dispone de un espacio propio y se ve obligado a desplazarse por diferentes salas por todo el mundo. “Actualmente, hay muy pocas líneas de distribución y exhibición. Aunque en los últimos años ha aumentado el nivel de cooperativas, museos o festivales pequeños, el cineasta tiene que luchar mucho más en el proceso de exhibición y distribución que durante la propia realización de la película”, comenta David Varela a El Confidencial para referirse al ciclo 40 años no es nada, que ha programado en la sala Berlanga junto a Samuel Alarcón.

Video embebido

El ciclo surge de la colaboración de Fundación Autor, Radio Nacional y DOCMA, una asociación de cine documental que sirve como red de apoyo en temas de distribución y exhibición para estas producciones pequeñas. Películas que buscan nuevas formas de mostrar los que sucede a nuestro alrededor.

“Este ciclo sale adelante gracias al apoyo económico de Fundación Autor, ya que DOCMA es una asociación sin ánimo de lucro. Las subvenciones o ayudas estatales han desaparecido prácticamente. No tenemos claro que vayamos a recibir ayudas institucionales para el 3xDOC, nuestro encuentro internacional más importante, ni para ningún otro ciclo. Por eso estamos buscando financiación privada y apoyándonos en nuestros socios”, explica David Varela como representante de DOCMA.

Por otro lado, la muestra Memorias del Descrédito, que acoge el Museo Reina Sofía en colaboración con el ICAA, sirve como reconocimiento a algunas de las obras más importantes del panorama cinematográfico español contemporáneo. Muchos de estos filmes no han podido adaptarse a un circuito comercial y han tenido que buscar modelos de distribución alternativos.

placeholder Montaje fotográfico con imágenes de 'El sopar' y 'VidaExtra'

"Este nuevo cine es capaz de contestar al presente, de narrarlo e interrogarlo. No se ha conformado con estar al margen, ha aspirado a transformar los espacios habituales por los que discurre el audiovisual y reclama una presencia institucional fuerte. Ocupa las instituciones, como cuando llega Albert Serra a las puertas del ICAA tras ganar en Locarno", explica Chema González, co-programador junto a Luis E. Parés de la muestra en el Museo Reina Sofía.

Los responsables de esta muestra aseguran que la labor de los museos es apoyar y dar salida a este tipo de cine que se siente arrinconado por el sistema pero que refleja el contexto social del país. Destacan este "otro cine" como el "producto más revelador de la crisis", a partir del cual han surgido nuevos espacios y se ha ido formado un nuevo público.

“Pensamos que actualmente hay una censura invisible, que es la de la lógica comercial del consumo audiovisual. Esto hace que todas estas películas por la dificultad, el desafío y por considerar al espectador como igual hace que sea imposible su estreno en salas", sugiere Chema Gonzalez.

Aunque en este cine español también hay casos de censura visible, como el caso de Edificio España, filme de Victor Moreno disponible en la muestra 40 años no es nada que estuvo bloqueado por el banco Santander, dueño del edificio retratado en la película, que prohibió su reproducción durante 15 meses. Un caso que nos acerca de nuevo al cine militante de los años 70, dónde películas como Lejos de los árboles o Notes sur l’imigration de Jacinto Esteva sufrieron actos de censura parecidos por parte del franquismo, aunque ahora se podrán ver en el Museo Reina Sofía.

Cuando hablamos del éxito del cine español, nos regocijamos con los millones que ha recaudado Ocho apellidos vascos o con el éxito internacional de Lo imposible hace unos años. No obstante, más allá del cine que logra recaudar millones, existen propuestas más pequeñas que que han cosechado importantes premios internacionales durante los últimos años. Películas que rompen con algunas convenciones cinematográficas para acercarse a un público más reducido pero más militante.

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