Adiós a la mitificación de la infancia

El árbol magnético, primer largometraje de la gallega Isabel de Ayguavives, surge de una experiencia personal de la propia directora, de un viaje que llevó a cabo acompañando a un amigo chileno que, tras varios años de residir en España, regresaba a su país de origen. La cineasta fue testimonio directo del proceso de reencuentros que todo ello suponía: el retorno al hogar, a la tierra natal, el ver de nuevo a familia tras un largo periodo de ausencia. La reconexión, en definitiva, con el pasado más íntimo.

Fue también en este viaje donde Ayguavives descubrió la existencia del algarrobo que inspira el título del film. En el valle del Aconcagua, en la localidad de Jahuel, se encuentra el apodado por los lugareños “árbol del imán” cuyas supuestas propiedades magnéticas afectan a los automóviles que circulan lo suficientemente cerca.

La imagen de un árbol de naturaleza casi fantástica con un poder de atracción ineludible se encuentra en el corazón de la ópera prima de esta cineasta curtida en el mundo del cortometraje y la realización televisiva. El algarrobo magnético funciona como metáfora de la infancia como ese paisaje vital al que se tiende a regresar de una manera u otra, por mucho que uno se aleje de ella geográfica o temporalmente. Pero también representa la mitificación de esa época, la inercia a situarla en una dimensión irreal donde los recuerdos cobran una dimensión mágica. Al mismo tiempo, el árbol pone de manifiesto la importancia de la naturaleza en el film y su continua interrelación con los personajes.

El protagonista, Bruno (Andrés Gertrúdix) regresa a Chile para oficiar junto a su gran familia una despedida: la de la casa donde pasaron tantos veranos, a punto de salir a la venta. La presencia de Bruno, familiar y extraña al mismo tiempo, despierta sobre todo entre sus primos más cercanos una serie de sentimientos aletargados. El árbol magnético explora desde la superficie los trastornos internos que viven los personajes, sobre todo Nela (Manuela Martelli), que siente un fuerte vínculo con Bruno, en un momento que supone toda una encrucijada en sus vidas: deben cerrar una etapa de su pasado sin saber muy bien todavía hacia dónde conducir su futuro. La película observa con discreción y detenimiento las reacciones de estos jóvenes un poco perdidos ante la próxima desaparición del hogar de su infancia.

Hay dos películas que vienen a la memoria durante el visionado de El árbol magnético. Por un lado, Las horas del verano (2008) de Olivier Assayas, esa cinta francesa en torno a tres hermanos que deciden vender la casa materna donde también vivieron muchos veranos felices. Tras una obra de apariencia ligera, Assayas ofrecía una muy pertinente mirada a la compleja gestión del legado, no solo emocional sino también material y cultural, que nos transmiten padres y abuelos.

La película de Ayguavives remite igualmente al cine de la argentina Lucrecia Martel y en concreto a títulos como La ciénaga (2001). En este caso a la hora de sintonizar con ese tempo moroso de la vida familiar en una residencia de veraneo y con la sensualidad perezosa de la naturaleza en pleno estío. En las películas de Martel también se hace notar el peso silencioso del pasado, tanto el personal como el histórico, con una sutil rotundidad que se echa en falta en El árbol magnético.

Interpretaciones magnéticas

En un film como El árbol magnético, que no se detiene en dar demasiadas explicaciones sobre el comportamiento o las reacciones de sus personajes, se agradece la fuerza de su presencia para dotar de sustancia a Bruno, este joven maduro a medio camino entre España y Chile, entre una vida aventurera y una sedentaria. La chilena Manuela Martelli, en el papel de Nela, ejerce de contrapunto: ella no ha osado abandonar un hogar en el que se sentía cómoda, a la espera de que la vida le ofreciera algo que nunca ha acabado de llegar.

A Martelli la hemos visto en películas como Machuca de Andrés Wood y aquí encarna a una muchacha taciturna de apariencia al mismo tiempo felina y frágil que imanta a la cámara con un rostro que no cesa de sugerir emociones soterradas durante años.

El árbol magnético

Dirección:Isabel de Ayguavives

Duración: 85 minutos

Nacionalidad: España

Género: Drama

Intérpretes: Andrés Gertrudix, Manuela Martelli, Catalina Saavedra, Gonzalo Robles, Juan Pablo Larenas