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Belén Macías: "El cine es una pasión. La televisión, un oficio"
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Belén macías estrena marsella

Belén Macías: "El cine es una pasión. La televisión, un oficio"

La directore de 'Marsella' charla sobre su filme, la industria del cine y su complicada situación actual

Foto:  "Marsella" de Belén Macías
"Marsella" de Belén Macías

Vivir del cine español es casi imposible. La mala situación laboral ha provocado un trasvase de creadores a otros medios más estables y lucrativos. La televisión acoge y sustenta a los profesionales de una industria cinematográfica española que cada vez es más cuestionable.

La realizadora Belén Macías es un ejemplo. Una mujer formada para el ámbito cinematográfico que se ha visto obligada a desarrollar la mayoría de su carrera profesional en la televisión. Los éxitos de series como La Señora, La República o La princesa de Eboli le han aportado la continuidad laboral que el cine no le daba.

“En la televisión trabajo por encargo, con guiones ajenos, pero me aporta estabilidad. El cine es una trabajo más pasional” asegura Belén Macías a El Confidencial. La realizadora encuentra muchas diferencias entre los dos medios: “El ritmo televisivo es rápido y fragmentado, mientras que el tempo cinematográfico es más pausado” dice, enfatizando en experiencias televisivas más arriesgadas como Crematorio, a la que confiesa tener mucho respeto.

Sobre el futuro de la ficción televisiva también parece tener respuestas, y opina que deberían buscar audiencias más específicas para “encontrar un público más pequeño pero más fiel”, aunque tiene claro que depende del tipo de cadena, ya que “desde la televisión en abierto hay que dirigirse al máximo de gente posible”.

El sueño de Francia

Tras su exitoso debut cinematográfico, El patio de mi cárcel, película producida por los hermanos Almodóvar que sorprendió en la sección oficial del Festival de San Sebastián de 2008, la directora española vuelve al cine con Marsella. Un proyecto que ha tardado en materializarse seis años y que habla del reencuentro de una niña (Noe Fontanals) con su madre biológica (María León) y el viaje que emprenden hacia Francia en busca de su padre.

“Nos ha llevado mucho tiempo terminar el guión. Lo he hecho en mi tiempo libre junto a Aitor Gabilondo, con el tiempo que nos dejaban nuestros proyectos televisivos”, comenta sobre el desarrollo de la historia. Una idea sobre la que trabajaron durante más de dos años sin recibir nada a cambio. “Es una pena que no haya ayudas al proceso de escritura de un guión” critica la realizadora.

Macías destaca la diferencia de Marsella con su anterior filme, y lo justifica como una consecuencia de lo difícil que es hacer cine en España, “no es una película de género al uso, algo que es muy difícil que venda en las salas”.

El proyecto interesó en un primer momento a una cadena de televisión privada, comenzaron a gestar la producción, pero poco después quedó paralizada. Tras unos meses de espera, consiguieron reflotar Marsella gracias a la participación de Gerardo Herrero y su productora Tornasol Films.

La directora piensa que hubiera sido más fácil con más ayudas.“Las instituciones oficiales debería ayudar más al sector:empujarlo. De la misma manera que otras industrias españolas necesitan estar subvencionadas, el cine también”. Destaca el modelo francés, dónde la cultura cinematográfica se toma más en serio: "La excepción cultural es posible, pero es necesario un esfuerzo por parte de las instituciones"

La mujer como protagonista

La incorporación de María León y Goya Toledo, junto a la precoz Noe Fontanals (una niña que seleccionaron en un casting entre más de 600 personas), facilitaron el desarrollo de un filme de presupuesto bajo que tuvo que rodarse en poco tiempo. “Fueron solo seis semanas de rodaje, lo que me impidió contar con muchas cosas que me hubiera gustado. La falta de tiempo obligó a ser más organizados, utilizar dos unidades de cámara y tener poco tiempo para descansar".

Para Belén Macías es muy importante reivindicar el papel de la mujer en el cine español, “una minoría que solo representa un 9% de la industria y que debe luchar por un protagonismo mayor”. Considera que asociaciones como CIMA, con la que ha colaborado, son iniciativas importantes que ayudan a las mujeres a organizarse y reivindicar su posición en el cine.

Vivir del cine español es casi imposible. La mala situación laboral ha provocado un trasvase de creadores a otros medios más estables y lucrativos. La televisión acoge y sustenta a los profesionales de una industria cinematográfica española que cada vez es más cuestionable.

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