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La Academia del Cine y el síndrome de Enjuto Mojamuto
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Elecciones a la presidencia

La Academia del Cine y el síndrome de Enjuto Mojamuto

Los académicos eligen presidente entre Enrique González-Macho y Piluca Baquero con un conflicto de fondo que divide desde hace años a la institución: la relación con internet

Foto: Enrique González Macho y José Ignacio Wert en los Goya 2012 (EFE)
Enrique González Macho y José Ignacio Wert en los Goya 2012 (EFE)

Quizás recuerden ustedes a Enjuto Mojamuto. Ese internauta compulsivo creado por Joaquín Reyes (Muchachada Nui) al que se le cruzan los cables cada vez que no logra conectarse a la red: "Interneeeeeet", gime desesperado. Pues eso es un poco lo que le ocurre a la Academia de Cine desde hace años: que cada vez que alguien dice la palabra "internet", se funden los plomos de la institución. A la casa del cine español no solo le cuesta un mundo relacionarse con internet, sino que no sabe lo que hacer con personajes como Enjuto Mojamuto/los internautas.

De hecho, las elecciones del sábado a la presidencia de la institución, en las que Enrique González Macho trata de revalidar su mandato frente a Piluca Baquero, no son otra cosa que un nuevo capítulo del psicodrama Academia/Internet, que ha dividido al cine español en los últimos años.

Hablamos de un conflicto que, paradójicamente, reventó justo cuando el cine español atravesaba su mejor momento como lobby cultural, con una directora de cine y expresidenta de la Academia al frente del ministerio de Cultura (Ángeles González-Sinde), un carismático director como presidente de la Academia (Álex de la Iglesia) y un Gobierno afín (en principio) a las demandas del cine (el PSOE de Zapatero). Pues bien: todos acabaron a palos. ¿El culpable? Internet/Enjuto Mojamuto.

placeholder Sinde y De la Iglesia posan junto a varios ministros del PSOE en una gala de los Goya (EFE)

La guerra se desencadenó durante las arduas negociaciones para aprobar la Ley Sinde contra las descargas. En un giro rupturista dentro de la tradicional beligerancia de la Academia contra internet, Álex de la Iglesia desbordó al ministerio de Cultura (y a la propia Academia) para intentar cerrar un acuerdo de Ley que incluyera a los internautas. O el más difícil todavía de la gestión cultural.

Álex de la Iglesia fue un presidente paradójico de la Academia: se convirtió en un héroe de internet... y en un apestado para (gran parte) del cine español

De la Iglesia no sólo no lo logró, sino que provocó una paradoja cultural de alto voltaje: el Presidente de la Academia de Cine se convirtió en un héroe de internet... y en un apestado para (gran parte) del cine español. Luego llegaron los cruces de acusaciones entre Álex de la Iglesia, por un lado, y Ángeles González-Sinde e Icíar Bollaín, por el otro; el discurso de De la Iglesia durante la ceremonia de los Goya (donde defendió que internet era la "salvación" del cine español) y su renuncia al cargo.

¿Valoración de su mandato? De la Iglesia ha sido el presidente más heterodoxo que ha tenido nunca la casa. Para bien y para mal. El hombre que consiguió la proeza de unir a casi todo el cine español en torno a su mandato (ese golpe de efecto del regreso a la Academia de Pedro Almodóvar) y el hombre que consiguió que la Academia diera la espalda a su propio Presidente, acusado de no hacer lo que los académicos querían, sino lo que a él le parecía correcto. El gestor que intentó hacer la revolución cultural, acabar de golpe con el odio entre el cine español e internet, y salió escaldado.

En su defensa hay que decir que el cine español tiene una habilidad especial para carbonizar a los suyos: la ministra Ángeles González-Sinde salió igualmente achicharrada del trance, y no solo por las pullas de los internautas.

El caso es que la Academia no parece haberse recuperado todavía del huracanado paso de De la Iglesia. En las siguientes elecciones, el cineasta Bigas Luna se presentó al cargo como abanderado de la vanguardia, pero el candidato del establishment (González Macho) le barrió del mapa. En efecto, la Academia no estaba para más moderneces.

Macho lanzó una dura puya a De la Iglesia en su discurso en la última gala de los Goya

Pero las heridas no se cerraron ahí. Una legislatura después, y en lo que parecía el discurso de despedida de González Macho en los Goya 2014, el presidente se dedicó a lanzarle un par de puyas (sin mencionarle) a Álex de la Iglesia: "Sólo recordar que los mercados de vídeo doméstico están agonizando y que los emergentes procedentes de internet siguen sin tener peso económico, tres años después de la famosa polémica de que internet ya era el futuro, pues no sólo no lo ha sido, sino que desgraciadamente va a tardar todavía", espetó ante la plana mayor del cine español.

Y eso que Álex de la Iglesia ya se había llevado lo suyo en las nominaciones (algunos interpretaron la ausencia en las categorías principales de Las brujas de Zugarramurdi como un castigo al director vasco).

La traca final de la performance tuvo lugar hace unas semanas. González Macho anunció a bombo y platillo que no se iba a presentar a la reelección. Tras explicar sus motivos, matizó con la boca pequeña: a no ser que se presentara una candidatura "extraña y peligrosa". Días después, se anuncia la candidatura de la productora Piluca Baquero, que osa hablar sobre su deseo de estrechar los lazos de la Academia con Internet. Al rato, González Macho dice que sí se presenta. Y así todo.

Conclusión: González Macho debería ganar las elecciones sin problemas, ya que cuenta con el apoyo de las instituciones claves del cine español. ¿Significa esto que Macho odia internet? No exactamente. Macho es uno de los fundadores de Filmin, plataforma de cine online de referencia, aunque su discurso sobre internet es mucho más inflexible que el de De la Iglesia.

Esto es lo que han contado a El Confidencial los dos candidatos a la presidencia sobre las futuras relaciones de la Academia con internet.

González Macho: 'A mí me tratan de dinosauro y no es verdad'

González Macho: 1) "Todo eso está en ebullición. Ha habido experimentos, la mayoría fallidos. Hay que ir a poco a poco, no porque haya una resistencia, sino porque si algo no funciona, paras y haces el siguiente y el siguiente. La tecnología va por encima de legislaciones. Intuyo cual será el modelo del futuro, pero no lo sé cómo acabará todo". 2) "A mí me tratan de dinosauro y no es verdad. He sido el primero en invertir en un portal legal que es Filmin, del cual soy uno de los fundadores. Hemos peleado por las nuevas tecnologías, por hacer todo tipo de cosas. Pero, desgraciadamente frente al todo gratis no hay competencia".

Piluca Baquero: "Hay un cambio en el modelo de negocio. Las salas ya no son la única pantalla para consumir audiovisual. Hay otras vías de distribución que se han impuesto, sobre todo entre los más jóvenes. Desde la Academia tenemos que ser promotores. Hay que poner las cosas fáciles. La juventud está acostumbrada al todo gratis, algo impensable. Hay que dar audiovisual de calidad a bajo precio. 2) "Las distribuidoras no deben tener miedo al nuevo modelo. Las salas van a estar ahí siempre, les queda mucha vida. Pero las dos cosas deben convivir. Debemos buscar un modelo donde se acorten ventanas, se simultaneen. Tenemos que apoyar mucho a las plataformas de VOD".

Ocurre que estamos ante uno de esos casos complejos en los que todo el mundo tiene un poco de razón. Acierta Álex de la Iglesia cuando dice que internet es el presente del cine (ahí es donde se forman ahora los nuevos cinéfilos y ahí es donde debería aumentar la oferta digital de pago como medida efectiva para frenar la piratería/cambiar los hábitos de los internautas). Pero acierta también González Macho cuando dice que internet no genera aún suficiente dinero para que la actual reconversión del cine no sea tan traumática.

El problema es que la Academia de Cine parece haberse quedado trabada en los tiempos de la Ley Sinde, cuando internet era un asunto de primera plana. Desde que se agudizó la crisis y arreciaron los recortes, la relación entre la cultura y los internautas ha pasado a un segundo plano (comparen el número de portadas que generó la Ley Sinde con las provocadas por la actual reforma de la ley de propiedad intelectual), desbordada por las tirantes relaciones presupuestarias entre el cine y el Gobierno (hachazos a las subvenciones, deuda millonaria con los productores y nuevo modelo de financiación en el aire). ¿No ha llegado la hora de pasar página, no gastar más energías en rumiar contra Álex de la Iglesia y dejar de ver a los internautas como a unos piratas degenerados?

Puede que cambiar la actitud sobre internet no genere dinero automáticamente, pero quizás sí una mejora de la imagen de la casa. El mandato de Álex de la Iglesia gustará más o menos, pero nunca antes (ni después) un presidente de la Academia tuvo tan buena imagen popular.

Quizás recuerden ustedes a Enjuto Mojamuto. Ese internauta compulsivo creado por Joaquín Reyes (Muchachada Nui) al que se le cruzan los cables cada vez que no logra conectarse a la red: "Interneeeeeet", gime desesperado. Pues eso es un poco lo que le ocurre a la Academia de Cine desde hace años: que cada vez que alguien dice la palabra "internet", se funden los plomos de la institución. A la casa del cine español no solo le cuesta un mundo relacionarse con internet, sino que no sabe lo que hacer con personajes como Enjuto Mojamuto/los internautas.

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