El hombre araña busca su propia franquicia

La película de South Park añadió desde su título una de las máximas que Hollywood sigue a rajatabla a la hora de explotar sus productos: ‘Más grande, más largo y sin cortes’, decían. Para la secuela de The amazing Spider-man (que era un reboot de la saga iniciada por Sam Raimi) las dos primeras partes de esa coletilla encajan como anillo al dedo. Con esta segunda entrega se ha buscado hacer algo más grande y más largo, lo que no quiere decir que sea más divertido, si no que en ocasiones como esta ocurre todo lo contrario.

El reinicio de las películas arácnidas fichó a un director de corte indie, Marc Webb, para encargarse del proyecto. Con ello se ganó en una relación mucho más rica entre los dos protagonistas, que además son pareja en la vida real. Así, manteniendo la espectacularidad de cualquier saga de superhéroes y el humor infantilón que caracteriza a Peter Parker, Webb consiguió un toque de distinción para su película, en el que la química entre Emma Stone y Andrew Garfield fue una parte fundamental.

Para esta segunda parte Webb ha decidido que todo vaya a más. Más espectacularidad, más humor infantil (que en ocasiones llega a resultar hasta cansino) y más Gwen y Peter Parker, algo que se agradece pero que empieza a sonar a fórmula ya sabida.

De lo que se olvidan en esta secuela es de la historia. No hay un hilo conductor entre todas las escenas de acción, sino que todo parece prefabricado para iniciar una franquicia como la que Marvel Studios y Disney han iniciado con Los vengadores. Poco importa la investigación de Peter sobre su pasado o los motivos de cada villano, porque lo que se pretende aquí es dar a conocer las miles de tramas que servirán para comenzar un nuevo mercado de explotación gracias a los spin-offs que ya planean.

Spider-man quiere su propia franquicia, y por ello aquí se presenta a tres villanos y guiños a muchos más que harán su acto de aparición en su propia película: The sinister six, que ya ha sido anunciada. Esto hace que la película sea una sucesión de peleas (cada vez con uno, como si hubieran cogido la vez) que elevan la duración del filme hasta las dos horas y media. The amazing- spiderman 2 es sólo el preludio, largo y sin alma, de una apabullante campaña de promoción.

Esas ansias de saga están presentes desde el propio título, The amazing Spider-man 2: el poder de Electro, que se rinde a la moda de tener que usar una coletilla para definir el filme, como ya han hecho Capitán América: el soldado de invierno, Thor: el mundo oscuro y próximamente hará X-Men: días del futuro pasado. Cada película tiene su propio subtítulo explicativo para que nadie se pierda dentro del universo de cada franquicia.

A pesar de todo esta secuela sigue teniendo unas espectaculares escenas de acción (faltaría más), la indudable fuerza de sus actores protagonistas y la sorpresa de un Dane Dehaan que amenaza con convertirse en uno de los mejores intérpretes de su generación y que deja en evidencia a un sobreactuado Jamie Foxx. Además, media hora final de pleno disfrute con sorpresa de última hora incluida.

Un filme de transición, lleno de villanos y guiños para los fans de los cómics, pero que no se ha atrevido a competir con un rival mucho mayor: la final de la Copa del Rey de fútbol, el filme llegará a las salas un día después que el resto de estrenos para no tener que vérselas con ellos, demasiado cobarde para un superhéroe.

The mazing Spider-man 2: El poder de Electro

Dirección: Marc Webb

Duración: 142 minutos

Género: superhéroes

Nacionalidad: EEUU

Reparto: Andrew Garfield, Emma Stone, Jamie Foxx, Dane DeHaan, Paul Giamatti, Sally Field