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El cine español vuelve a saltar por los aires
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COLOM, DE LA SIERRA Y OTROS CHICOS DEL MONTÓN

El cine español vuelve a saltar por los aires

Unos por otros y la casa sin barrer, dice el refranero popular. Una situación que puede aplicarse al estado actual de nuestro cine

Foto: Susana de la Sierra durante su polémica intervención en el Festival de Málaga (EFE)
Susana de la Sierra durante su polémica intervención en el Festival de Málaga (EFE)

Unos por otros y la casa sin barrer, dice el refranero popular. Una situación que puede aplicarse al estado actual de nuestro cine. El pasado sábado, el presidente de los productores españoles, (FAPAE) Ramón Colom, arremetía contra la directora del ICAA, Susana de la Sierra, a la que atribuía una gran responsabilidad en el bloqueo administrativo que ahoga al sector.

La respuesta de De la Sierra llegaba este jueves en forma de denuncia: el instituto del cine recibe a diario amenazas, gritos y llamadas. Sólo unas horas después, Colom volvía a entrar al trapo. “Como directora del ICAA tiene el deber de aceptar las críticas que se hagan por el desempeño de su cargo”.

Y mientras, cansado de esta guerra, el joven productor Luis María Ferrández, quien a través del documental La pantalla herida ha querido dar voz a aquellos profesionales del sector poco habituales en los medios y ofrecer una visión plural e incisiva del estado actual del cine español. Una reflexión que a buen seguro levantará ampollas tanto a un lado como otro. Un brillante resumen del por qué de la enfermedad de nuestra industria en el que no necesariamente el primer problema es el más grave ni el último el menos importante.

1. El cine español está politizado. O al menos esa es la visión que se tiene de él. Protestas como la del 'No a la guerra' han hecho un flaco favor a nuestra industria, que tiene que luchar constantemente contra esta etiqueta. Todos los sectores pueden expresarse con libertad, sin embargo, el cine es algo tan mediático que le ha puesto en el punto de mira.

2. Este hecho ha llevado a una parte de la prensa a atacar con dureza a la industria en lo que podrían llegarse a tildar como campañas de desprestigio. Asimismo, el hecho que ciertos medios de comunicación hayan dejado de producir cine o estén obligados a ello, también ha llevado a algunos a iniciar estas duras campañas. Tampoco ha actuado en consecuencia la Academia de Cine, la cual debería haber emprendido mejores campañas de comunicación.

3. Para ello, muchos se han válido en ocasiones de falsos mitos aceptados por la sociedad. Uno de ellos es que el cine español tiene obsesión con la guerra civil. Una falacia ya que en los últimos cinco años sólo un 1,5% de las producciones han tratado el asunto. Otro falso mito es que al público español no le gusta su cine. Según datos del CIS, el 72% de los españoles está satisfecho o bastante satisfecho con el cine español.

4. Falso también es que los cineastas viven de subvenciones. De hecho es el cine el que subvenciona al Estado. Mientras que en 2013, las ayudas al sector fueron de 39,2 millones de euros, lo recaudado vía entradas de cine fue de 86,8 millones de euros.

5. No obstante, como ya publicaron varios medios, también se ha dado una perversión de las ayudas. El caso más claro se producía el pasado año cuando la última cinta de José Luis Garci, Holmes & Watson: Madrid Days, incrementó su recaudación un 5.302% en su séptima semana de recaudación. Entonces, los medios especularon con la posibilidad de que la productora de Garcia hubiera comprado entradas de forma masiva con el objetivo de llegar a los 35.000 espectadores, lo que le permitía obtener una ayuda suplementaria del ICAA.

6. Tampoco ayuda a la transparencia el hecho de que dentro de los comités que deciden las ayudas al cine existan personas con intereses en el sector. De esta forma, no existe un crierio objetivo para conceder subvenciones. El CNC francés está dirigido por personas que no vienen del cine y tiene absoluta independencia tanto del Gobierno como del sector.

7. Al contrario de lo que ocurre en otros países, el cine no es recibido como cultura en nuestro país. De hecho, ministros como Cristobal Montoro han hablado de la ficción como una forma de entretenimiento. Tampoco se ha entendido que es pilar básico de la marca España a pesar de ser uno de los sectores más premiados y reconocidos internacionalmente. Almodóvar, Amenábar o Bayona son sólo alguno de los ejemplos. Sin embargo, en ocasiones, son muchos los que se alegran más de los fracasos que de los triunfos.

8. Ayudaría a ello una formación en los colegios, como ocurre en otros países donde se imparten clases para conocer más a fondo la historia de la cinematografía nacional. Sería una forma de formar espectadores y ciudadanos críticos.

9. También ayudaría una politica proteccionista como existe en Francia. Allí el mayor propósito es defender el cine independiente y nacional de la voracidad del cine americano con medidas como la obligatoriedad de unas cómodas cuotas de pantalla para el cine nacional o el impuesto (del 11 %) a cada entrada de cine, sea cual sea la nacionalidad de la película, para alimentar los fondos de su CNC Centro Nacional de Cinematografía (CNC).

10. No se valora lo suficiente que el cine es una industria que fomenta otras y genera una gran cantidad de empleo. Por ejemplo, el Festival de Málaga tiene un impacto económico sobre la ciudad de hasta 22 millones de euros y genera un alto porcentaje de empleo en la ciudad.

11. Falta de riesgo en la producción. Según denunciaba el propio productor de La Pantalla Herida, muchos productores se negaron a financiarle una película, no por falta de calidad, sino por temor a perder dinero en la taquilla.

12. Cambio de hábito en el consumo. De un tiempo a esta parte, el público ha dejado de acudir a las salas de cine para empezar a consumirlo a través de internet, móviles, tablets. En este sentido, la piratería ha sido clave para la pérdida de espectadores en las salas de cine.

13. Los espectadores también se quejan el alto precio de las entradas. Iniciativas como la Fiesta del Cine han demostrado que el público está dispuesto a acudir a las salas de cine, pero a un precio ajustado. Asimismo, ya existen voces en el sector que denuncian que no puede valer lo mismo la entrada para ver una superproducción de Hollywood que una película independiente española.

14. El cine español cuenta con demasiada demanda. Actualmente, la industria cuenta con más de 18.000 actores. Asimismo, cada año, las escuelas de cine forman a cientos de profesionales que dificilmente optan a encontrar un trabajo en el sector.

15. Falta de unión en el sector. Durante los últimos años hemos asistido a guerras de todo tipo y en muchas ocasiones con actores que velan por intereses propios. La ya citada batalla entre productores y el ICAA, la guerra entre los que se decantan por nuevos modelos de distribucción y los más conservadores...

Unos por otros y la casa sin barrer, dice el refranero popular. Una situación que puede aplicarse al estado actual de nuestro cine. El pasado sábado, el presidente de los productores españoles, (FAPAE) Ramón Colom, arremetía contra la directora del ICAA, Susana de la Sierra, a la que atribuía una gran responsabilidad en el bloqueo administrativo que ahoga al sector.

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