Liam Neeson quiere ser Steven Seagal

Quién nos iba a decir que Oskar Schindler acabaría convertido en un héroe de acción. Hace cinco años Liam Neeson dio un giro a su carrera, y de dramas como Michael Collins o Kinsey pasó a encabezar thrillers de acción como Venganza donde repartía palos a diestro y siniestro.

En 2011 el actor protagonizó el thriller Sin Identidad, dirigido por Jaume Collet-Serra, el director español que a los 18 años se fue a hacer las Américas para conseguir un hueco en Hollywood. Ambos debieron entenderse a la perfección, porque para su nuevo filme, Non-Stop (Sin escalas), el catalán ha vuelto a contratar a Neeson como protagonista absoluto.

¿Su nuevo papel? Un policía con pasado dramático que tendrá que salvar un vuelo repartiendo estopa. ¿Les suena familiar? Collet-Serra y Neeson juegan sobre seguro en esta película que plantea una trama tan imposible que sólo queda sentarse y esperar a ver cómo resuelven el entramado en el que se han metido.

Non-Stop (Sin escalas) no aporta nada nuevo: un psicópata amenaza con matar a un pasajero del avión en el que viaja Liam Neeson cada veinte minutos si no le ingresan una ingente cantidad de dinero. Un clásico de este tipo de thrillers situado en un escenario que otorga algo de peculiaridad al filme. Parece que Neeson quiere convertirse en el nuevo héroe de acción que en otras décadas fueron Steven Seagal (que también tuvo su película dentro de un avión) o Stallone.

Ni inventa la pólvora ni lo pretende, por ello Non-Stop (Sin escalas) es bastante disfrutable en su primera mitad,donde lo único que se busca es entretener al espectador con cada giro y pista falsa que se sucede. Porque cómo todo el mundo puede imaginar cada pasajero tendrá un motivo para ser sospechoso: un árabe, un irlandés, un negro (el componente racial siempre apunta un plus de peligrosidad),todos con algún asuntillo que les convierte en potenciales psicópatas, no sóloa los ojos de Neeson, sino tambiéndel espectador que decida entraren este juego del gato y el ratón.

Lo limitado del escenario hace que Collet-Serra tenga que rebuscar fórmulas para que el espectador no se aburra, y se la juega a un ritmo algo frenético y a sobreponer en la pantallalos mensajes que recibe en su móvil.

El problema es que tanto la puesta en escena como lo débil de la trama aguantan pocos envites, y al cuarto giro y sospechoso falso uno empieza a perder la atención. De vez en cuando la presencia de Julianne Moore (qué desaprovechada está) y Michelle Dockery (qué gusto verla sin su traje de época de Donwton Abbey) oxigenan una trama por la que también se pasea Lupita Nyong’o antes de ganar su Oscar por 12 años de esclavitud y que apenas tiene un par de frases de diálogo.

Todo bastante disfrutable hasta que la película se despendola con un clímax hollywodiense que tiene todos los tópicos más manidos de este tipo de filmes: explosiones, acción a raudales, redención de dramas personales, niñas enternecedoras a las que proteger y hasta imposibles relaciones sentimentales a bordo. ¿Alguien se puede preocupar de ligar cuándo están matando gente a 2.000 metros de altura?

Eso sin contar la explicación al misterio, tan pillada por los pelos y llena de moralina que echa por tierra el entretenimiento que habíacreado antes. Collet-Serra demuestra que es un director de productos mainstream sin más ínfulas que triunfar en taquilla y hacer pasar un buen roto, tan marcado está su carácter americano que ni siquiera se ha acercado a España a promocionar la película.

Non-Stop (Sin escalas)

Dirección: Jaume Collet-Serra

Nacionalidad: EEUU

Género: Thriller de acción

Duración: 106 minutos

Reparto: Liam Neeson, Julianne Moore, Lupita Nyong'o, Michelle Dockery