Es noticia
Los Oscar quieren más a nuestros cortos que los Goya
  1. Cultura
  2. Cine
ESTEBAN CRESPO ES EL SEXTO ESPAÑOL NOMINADO

Los Oscar quieren más a nuestros cortos que los Goya

Esteban Crespo optará el domingo al premio Oscar. Cinco directores antes que él perdieron el premio al mejor corto y cuentan su experiencia a El Confidencial

Foto: Fotograma de 'Aquel no era yo', de Esteban Crespo
Fotograma de 'Aquel no era yo', de Esteban Crespo

Españoles en el mundo. En 2007 dos cortos nacionales (Binta y la gran idea, de Javier Fesser y Éramos pocos, de Borja Cobeaga) optaron al Oscar al mejor cortometraje. Un año después, la Academia de Cine española sorprendió a todos con su decisión de no entregar el premio al mejor corto durante los Goya.

Las quejas del sector hicieron que la Academia rectificara, pero quedó patente algo que muchos intuían: los cortos eran un engorro para la ceremonia televisiva de los Goya. Hollywood y los Oscar, por el contrario, llevan años tratando a nuestros cortometrajistas con todo el glamour.

El último español nominado, Esteban Crespo, se juega este domingo el Oscar con Aquel no era yo. Sigue la estela de Juan Carlos Fresnadillo (Esposados), Nacho Vigalondo (7:35 de la mañana), Borja Cobeaga (Éramos pocos), Javier Fesser (Binta y la gran idea) y Javier Recio (La dama y la muerte).

Todos ellos optaron al Oscar, aunque muchos ni siquiera habían sido reconocidos en su propia casa. Vigalondo y Cobeaga, por ejemplo, no optaron al Goya por sus cortos nominados a la estatuilla dorada. Profetas en tierra extranjera.

Como reyes

Los directores españoles coinciden en una cosa tras haber vivido en primera persona una gala de los Oscar: en Hollywood valoran más los cortometrajes que en España.

Javier Recio, director de La dama y la muerte, confiesa a este periódico que en EEUU también se aprecia más a los animadores: “Creo que aquí se valora poco el cine en general, así que a los cortometrajes mucho más. Y si ya hablamos de animación ya ni te cuento”.

Una idea que comparte con Nacho Vigalondo y Borja Cobeaga. El primero explica que “allí eres uno más, no estás discriminado”. “Aquí siempre se dice eso de: 'el de los cortos, que pase rapidito'. Allí no te hacen de menos. La situación en España ha mejorado, pero allí te sientes muy arropado” añade Cobeaga.

placeholder Fotograma de 'Éramos pocos', de Borja Cobeaga

El propio Esteban Crespo reconocía hace unos días en una entrevista que se encontraba “flipado” con la organización de los Oscar, “te hacen sentir especial”, añadía.

El único que no se moja sobre la diferencia de trato entre Hollywood y España es Javier Fesser, que cree que lo mejor es valorarse a uno mismo y “creer en lo que haces”.

Perdedores de Oscar

Todos los directores tienen otra cosa en común: no ganaron el Oscar. Ningún español ha conseguido subir al escenario a recoger la estatuilla en la categoría de cortometrajes.

Uno no es un sosainas y se pone nervioso, sobre todo cuando pasa la cámara y sabes que te está viendo todo el mundo. En ese momento piensas: ¿Si hago una peineta lo verá todo el mundo

Una “tragedia que dura, aproximadamente, 7 segundos. Lo que tardas en entender la diferencia entre que lo gane una buena película u otra buena película”, explica Javier Fesser.

Nacho Vigalondo reconoce que “uno no es un sosainas y se pone nervioso, sobre todo cuando pasa la cámara y sabes que te está viendo todo el mundo. En ese momento piensas: ¿Si hago una peineta lo verá todo el mundo”. Finalmente el director no hizo una peineta, pero todo el mundo recordará que imitó a Chiquito de la Calzada delante de 40 millones de espectadores (sólo en EEUU).

Borja Cobeaga reconoce que sintió alivio al no ganar: “En el cóctel previo me había manchado la camisa de vino, y ya no tenía que salir a recoger el Oscar manchado y que me viera todo el mundo”.

Anécdotas de nominados

Cobeaga, director de películas como Pagafantas, recuerda la experiencia de ser un nominado al Oscar como “muy marciana”. “Te sacan de tu piso de 40 metros cuadrados y con los cacharros sin fregar y de repente estas allí. Me sentía como un intruso”, explica a El Confidencial.

Muchos de los recuerdos de Cobeaga en Hollywood tienen que ver con copas de vino. Entre sus anécdotas preferidas está el almuerzo de los nominados, en el que tiró al suelo dos copas: “La primera tuvo que esquivarla Will Smith dando un salto de héroe de acción, y la otra cayó a los pies de Guillermo Arriaga (guionista de Babel)”. Haciendo amigos.

Las memorias de Nacho Vigalondo sobre la gala se encuentran más difusas debido a un dolor de muelas. “Tengo un recuerdo de drogadicción constante porque estaba tomando calmantes para el dolor y llevaba un ritmo… Los periodistas españoles me daban sus propios calmantes”, comenta. Eso sí, las muelas no impidieron que se colara en la fiesta de Alejandro Amenábar (ganador ese año por Mar Adentro).

Los interiores de la gala también dan lugar a historias divertidas. Fesser cuenta como existen “hordas” de figurantes vestidos con esmoquin y vestido largo para ocupar el sitio de los invitados que tenían que ir al baño (para que no pareciera que había sillas vacías).

placeholder Fotograma de 'Binta y la gran idea', de Javier Fesser

Eso sí, en el momento de entregar el premio nadie se mueve. “De repente llega una tía con un pinganillo en la oreja y te dice ‘No abandones tu butaca en los próximos diez minutos, van a anunciar tu nominación'”, comenta Javier Recio.

Una nominación que abre puertas

Uno de los tópicos que siempre se asocian a un nominado al Oscar es que uno sale de la gala con un proyecto debajo del brazo. Aunque no sea del todo cierto, optar al premio sí facilita el camino para seguir trabajando en el mundo del cine.

Así lo considera Borja Cobeaga que, aunque ya tenía apalabrado su primer largo cuando fue nominado, reconoce que le dio “foco”. “Ya no era la película de un cortometrajista más, era la de un nominado al Oscar. Eso te da a conocer a los medios, tienes más visibilidad”.

Javier Recio se muestra mucho más tajante al respecto: “Por supuesto que abre las puertas; el cine allí es muy querido y valorado, y no es para menos, es una de las industrias más importantes y con más historia del país. Es muy agradable ver como valoran tu talento gracias a la nominación y como a pesar de no hablar del todo bien su idioma o no haber estudiado jamás animación o cine, valoran tu trabajo. Sin la nominación, me hubiera sido imposible conseguir mi actual puesto de trabajo en Dreamworks”. Un trabajo que le ofrecieron en una de las galas previas a la ceremonia y que era su objetivo principal en su periplo norteamericano.

El mismo Esteban Crespo reconocía a este periódico antes de las nominaciones que esperaba que una candidatura le ayudara a levantar su primer largometraje. Ahora revistas como Indiewire le dan como favorito a dos días de la ceremonia. Silencio, se rueda.

Españoles en el mundo. En 2007 dos cortos nacionales (Binta y la gran idea, de Javier Fesser y Éramos pocos, de Borja Cobeaga) optaron al Oscar al mejor cortometraje. Un año después, la Academia de Cine española sorprendió a todos con su decisión de no entregar el premio al mejor corto durante los Goya.

Hollywood
El redactor recomienda