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David O.Russell estafa a Hollywood
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estreno de 'la gran estafa americana'

David O.Russell estafa a Hollywood

El director es uno de los favoritos para los Oscar con un filme sobredimensionado y decepcionante

Foto: Escena de 'La gran estafa americana'
Escena de 'La gran estafa americana'

En una escena de La gran estafa americana, el personaje de Christian Bale enseña a Bradley Cooper un cuadro de Rembrandt en un museo. Una imagen que todos adoran y que vienen a visitar desde todas las partes del mundo. Él señala que la obra se trata de una falsificación, pero que a la gente le da igual, porque se creen lo que les han dicho que tienen que creerse.

Nunca pensó David O.Russell que su carrera fuera a definirse tan bien como en ese par de frases de guión de su última película. El niño mimado de Hollywood ha creado una película destinada a estafar a sus compatriotas en busca de su ansiado Oscar. Y casi lo consigue. De hecho el filme está funcionando como un tiro en la taquilla y opta a diez estatuillas.

La película de O.Russell es como el Rembrandt de su filme, una obra falsificadacreada por alguien con técnica pero sin alma. No por un artista. Un filme tan prometedor como este, con un reparto en estado de gracia, tenía que haber sido una obra contundente, algo que en manos del director se queda en una horterada resultona y olvidable.

La gran estafa americana cuenta la historia de una pareja de estafadores en plenos años 70 que tienen que colaborar con el FBI si no quieren ser metidos entre rejas. Para ellos tendrán que destapar un caso de corrupción que alcanzará a altas esferas de Nueva Jersey.

A primera vista muchos puntos en común con El lobo de Wall Street. Sin embargo, todo lo que gracias a Scorsese era un maravilloso delirio, una borrachera cinematográfica, aquí se convierte en una fiesta de segunda llena de garrafón. Una película a la deriva que no sabe qué quiere ser y nunca se lo plantea.

El filme va dando tumbos entre la comedia, el thriller, las películas de mafiosos y hasta el drama romántico sin que en ninguno de los géneros resulte convincente, y la mezcla menos aún. La gran estafa americana intenta ser loca y desprejuiciada, pero nunca llega a desmelenarse. Todo queda a medio camino, demasiado académico y medido para que se disfrute como la gran película que quiere ser.

Nueva york, seducido por 'american hustle'Porque O.Russell está convencido de estar realizando una suerte de Casino para la nueva década. Toda intención queda en una especie de parodia, incluso con un cameo de Robert De Niro que acentúa la sensación de spoof movie.

Todo ahogado por una selección musical tan brillante como sobreutilizada. Cada cinco minutos otro éxito de la época hace acto de presencia, suena cuarenta segundos y desaparece. Una forma desesperada de otorgar ritmo a una historia a la que le sobra media hora.

Como siempre O.Russell destaca como un gran director de actores. Sus dos últimas películas dieron el Oscar a Christian Bale y Jennifer Lawrence, y aquí saca lo mejor de un reparto en el que destacan las dos presencias femeninas: Amy Adams y, de nuevo, Jennifer Lawrence. La primera destaca en un nuevo cambio de registro en su carrera y demuestra que puede ser mucho más que la chica dulce que aparentaba ser. La segunda se lleva el papel más goloso del filme, cargado de momentos cómicos y frases lapidarias que la convierten en una robaescenas y la colocan como una de las favoritas para su segunda estatuilla.

Tanto talento acaba sepultado por el descontrol y las pretensiones de la última película del mejor estafador que Hollywood podía encontrar.

La gran estafa americana

Dirección: David O.Russell

Nacionalidad: EEUU

Duración: 138 minutos

Género: Drama criminal

Intérpretes: Christian Bale, Amy Adams, Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Jeremy Renner, Louis C.K.

En una escena de La gran estafa americana, el personaje de Christian Bale enseña a Bradley Cooper un cuadro de Rembrandt en un museo. Una imagen que todos adoran y que vienen a visitar desde todas las partes del mundo. Él señala que la obra se trata de una falsificación, pero que a la gente le da igual, porque se creen lo que les han dicho que tienen que creerse.

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