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Liberad a Nelson Mandela... de los biopics
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estreno de 'mandela: del mito al hombre'

Liberad a Nelson Mandela... de los biopics

Tenía que ser la biografía cinematográfica definitiva sobre el líder política africano, pero no acaba de dar la talla

Foto: Idris Elba en un fotograma de 'Mandela: del mito al hombre'
Idris Elba en un fotograma de 'Mandela: del mito al hombre'

Mandela: del mito al hombrenace con un objetivo muy claro: convertirse en la biografía cinematográfica por excelencia del fallecido presidente de Sudáfrica. El filme está concebido como una producción ambiciosa que abarca la mayor parte de la vida del líder del Congreso Nacional Africano, y no solo un periodo específico como llevaron a cabo Invictus(Clint Eastwood, 2009) o Adiós Bafana(Bille August, 2007), por citar dos títulos anteriores centrados también en Mandela.

En el papel principal, uno de los actores más carismáticos del momento, Idris Elba, quien se dio a conocer internacionalmente con la serie The Wire, produce y protagoniza otra ficción televisiva de éxito, Luther, y ha aparecido en blockbusters como Thor, Prometheus o Pacific Rim. La banda sonora cuenta con un tema compuesto expresamente para la ocasión por los inevitables U2, Ordinary Love, recién galardonado además con un Globo de Oro y nominado al Oscar. El guión se basa directamente en la autobiografía del propio Mandela, El largo camino hacia la libertad. Y en la dirección, Justin Chadwick, un cineasta discreto que no pretende lucir más que el personaje. La película se estrena de forma muy oportuna pocas semanas después del fallecimiento del hombre que la inspira. Y sin embargo...

El filme adolece de todos los defectos propios de las biopics más convencionales

Sin embargo Mandela: del mito al hombre adolece de todos los defectos propios de las biopics más convencionales. El principal, querer abarcar mucho para acabar apretando muy poco. La película arranca con imágenes del joven Nelson en pleno ritual del paso de la niñez a la juventud y termina con otro ritual de madurez, cuando accede a su cargo como Presidente.

A lo largo de dos largas horas y media se encadenan los principales acontecimientos de su vida: el trabajo como joven abogado, la progresiva concienciación política, los flirteos y la primera boda, su implicación ya militante en el Congreso Nacional Africano tras comprobar cómo la justicia blanca cerraba los ojos ante la muerte por maltratos en manos de la policía de un amigo suyo negro, la participación en la Campaña de Desafío, la decisión de emprender una lucha armada contra objetivos concretos, el fracaso del primer matrimonio y la relación con Winnie, el arresto, juicio y encarcelamiento, sus años en la cárcel mientras la tensión racial se acrecentaba en el exterior, las campañas internacionales para su liberación, las primeras negociaciones con el gobierno del apartheid, la radicalización de Winnie, la salida de la cárcel, las sangrientas luchas entre clanes diferentes de la población negra, las estrategias para conseguir un traspaso pacífico de poderes de la minoría blanca a la mayoría negra...

Demasiados acontecimientos y demasiado complejos la mayoría para que un largometraje pueda abordarlos con la debida profundidad.

A pesar de la sobreabundacia de información, del cúmulo de momentos históricos, Mandela: del mito al hombre es una película totalmente adocenada, sin ningún sentido del ritmo narrativo. Chadwick va pasando de un hecho a otro como quien pasa las páginas de un libro: no consigue interrelacionar los momentos más íntimos del protagonista con su vida pública, no es capaz de transmitir la idea de transcurso del tiempo que tanto le debía pesar al protagonista durante sus años de encarcelamiento, ni tampoco gradúa la diferente intensidad de los momentos vividos, más allá de añadirle la típica banda sonora cargante (responsabilidad de Alex Heffes, la canción de U2 se reserva casi toda para los créditos finales) que subraya la emotividad o la épica de una escena según corresponda.

Mandela: del mito al hombre no representa una, sino muchas ocasiones perdidas para tratar tantos asuntos que el filme apunta someramente. ¿Cómo se enfrenta un hombre a gobernar un país del que ha vivido aislado durante décadas? ¿Cómo era la relación el resto de integrantes del Congreso Nacional Africano, en su mayoría militantes más veteranos? ¿Qué ideología defendía el CNA más allá de la lucha contra el apartheid? ¿Qué tipo de relación mantuvo con sus carceleros en Baffen Island? (a esta pregunta intentaba responder el filme de August antes citado) ¿Cómo se desenvolvieron las negociaciones con Frederik Willem de Klerk? ¿Hasta que punto influenció en el entonces presidente sudafricano el hecho de ser un calvinista practicante? ¿Y las presiones internacionales?

Al final, pocas cosas nos explica Mandela: del mito al hombre que no supiéramos ya. Al menos la película se esfuerza para no caer en la santificación directa de su protagonista: no rehuye la imagen de un joven Mandela mujeriego, adúltero y muy alejado del título de padre modélico; recuerda su apuesta por la violencia cuando así lo encontró pertinente; intenta comprender la postura de Winnie (que convierte el odio en su motor de supervivencia) sin condenarla por acabar en las antípodas políticas de su marido; y no olvida que Mandela no estaba solo en la lucha por los derechos de los hombres y mujeres de su misma raza. Más que como mito o como hombre, el filme reivindica a Mandela sobre todo como político, uno de los que mejor ha entendido el sentido de este oficio. Pero ni desde esta perspectiva levanta Chadwick su moroso largometraje. Un biopic que no sabe estar a la altura de su personaje.

Mandela: del mito al hombrenace con un objetivo muy claro: convertirse en la biografía cinematográfica por excelencia del fallecido presidente de Sudáfrica. El filme está concebido como una producción ambiciosa que abarca la mayor parte de la vida del líder del Congreso Nacional Africano, y no solo un periodo específico como llevaron a cabo Invictus(Clint Eastwood, 2009) o Adiós Bafana(Bille August, 2007), por citar dos títulos anteriores centrados también en Mandela.

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