El arte de plagiar un póster

Fin de semana, sesión de las ocho. Una pareja espera en la cola para entrar en su sala y disfrutar de la película. “Mira, el cartel de la nueva película de Robert Redford, dicen que va a estar nominado al Oscar”, comenta él. Su compañera se acerca al póster que se encuentra a su lado hasta casi pegar la nariz contra él y exclama “¡Qué va! Esta no es la peli de Redford esta es una francesa”.

Esta confusión le habrá pasado a bastantes personas que hayan visto el cartel de la película En solitario, estrenada la semana pasada en nuestras salas. De temática similar a Cuando todo está perdido, (el filme con Robert Redford), ambos han decidido componer su imagen promocional con una imagen de su actor principal despeinado y mojado por el temporal al que se enfrenta, montado en un barco velero y con el fondo del mar agitado tras él. ¿Realizado por el mismo equipo, inspiración de uno en otro o puro plagio?

No existe respuesta para estos parecidos razonables entre carteles de películas tan separadas como las dos mencionadas, pero el plagio está más cerca de lo que parece en múltiples ocasiones. ¿Cuántos cárteles hemos visto con una pareja de actores guapos dándose la espalda y sonriendo a cámara? Sólo hace falta recordar un poco. Seguramente el primero que venga a la mente sea Pretty Woman, el arquetipo de comedia romántica que ha influido tanto al género que hasta su póster ha sido copiado hasta la saciedad. Como ejemplo (uno de tantos) el de Cómo perder a un chico en 10 días, otra comedieta que utilizó el mismo tópico para el cartel.

Otra de las líneas maestras para crear un cartel que huela a ya visto es utilizar un fondo amarillo si queremos vender un tono familiar. Pequeña Miss Sunshine creó las bases que luego han sido repetidas hasta la saciedad por títulos como The King of California (con un Michael Douglas en primer plano) o, hace muy poco, Ismael (con una Belén Rueda así retratada).

En ocasiones es incluso un mismo director el que se plagia a sí mismo, ya que siempre utiliza el mismo recurso para los carteles de sus películas, como hace Christopher Nolan. Cuando estrenó su aclamada El caballero oscuro, la gente quedó fascinada por el magnífico diseño de todas sus imágenes promocionales, especialmente aquellas que se centraban en el Joker. Una de ellas presentaba al personaje interpretado por Heath Ledger de espaldas, mostrando un cuchillo y sus cartas identificativas. Dos años después, con su nueva obra Origen, los primeros carteles recordaron sospechosamente a la saga del hombre murciélago. De nuevo una calle, esta vez con agua en vez de lloviendo, rodeada de edificios y una silueta dando la espalda al público. En este caso la de Leonardo DiCaprio. Pero lo mismo daba, el estilo Nolan para los pósteres estaba ahí.Homenaje en vez de plagio

Existen películas que surgen como un homenaje a otros filmes, por lo que sus pósteres suelen inspirarse también en el título en cuestión. El perfecto ejemplo de esta tendencia es El buen alemán. El filme de Steven Soderbergh surgió inspirado por un clásico entre los clásicos: Casablanca. Una historia de amor en la Segunda Guerra Mundial y en un territorio hostil. Por si esto fuera poco, Soderbergh la rodó en blanco y negro y sorprendió a todos con el cartel definitivo del filme, que calca la composición, la fuente de los caracteres e incluso los colores del mítico afiche de la película de Michael Curtiz.

Uno de los nombres más importantes entre aquellos que se dedican a la imagen promocional de un filme es Drew Struzan. Suyos son los carteles de toda la saga de La guerra de las galaxias, de Blade Runner, E.T, o los de Indiana Jones. Su estilo es apreciable en un simple vistazo. Los rostros de los personajes centrando la escena y todo pintado a mano, notándose el toque artesano.

Cuando J.J. Abrams (quien por cierto se encargará de la nueva trilogía de Star Wars) rodó Super 8, siempre manifestó que en su mente estaban esas películas de los 80 dedicadas a toda la familia y especialmente aquellas de Steven Spielberg. Por tanto, fue natural que para su filme eligiera un diseño que parecía realizado por el propio Struzan. Incluso muchos medios le atribuyeron durante bastante tiempo la autoría, a pesar de que no fuera el creador. Simplemente Abrams decidió homenajear a esas producciones con el estilo ‘pintado’, pero sin encargárselo al mismo Struzan.

También existen casos en el cine español. En esta ocasión se trata de Pedro Almodóvar, que en su cartel de Hable con ella colocó los rostros de Leonor Watling y Rosario Flores, uno de perfil y otro mirando a la cámara. Uno en rojo y otro en azul. La película vio la luz en marzo del 2002 con el conocido éxito crítico, Oscar incluido. Seis meses después salió a la venta el disco de duetos de Barbra Strerisand, Duets y… la cara de la diva de la canción sale duplicada. Una, de perfil, la otra, mirando de frente. La misma composición y los mismos colores. No se sabe quién inspiró a quién, pero Almodóvar llegó antes.