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"Los matrimonios acaban muriéndose forzosamente"
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"Los matrimonios acaban muriéndose forzosamente"

El novelista británico Hanif Kureishi explica las claves de su guion de ‘Le Week-end’, película de Roger Michell sobre una pareja madura en crisis

Foto: Fotograma del filme británico
Fotograma del filme británico

Irse de viaje a París para salvar tu matrimonio… o acabar de hundirlo. El todo o nada en la presunta ciudad más romántica del mundo. En la cuna, por tanto, de las discusiones matrimoniales. En esa dinámica, entre la risa y el llanto, el amor y el desamor, el te quiero y el no te aguanto, se mueve Le Week-End, que se estrena hoy. Dirigida por Roger Michell (Notting Hill) y escrita por el novelista Hanif Kureishi, la película se presentó en el último Festival de San Sebastián. O la resistencia del amor tras treinta años de matrimonio.

Michell y Kureishi, amigos y colaboradores, recibieron juntos a la prensa en San Sebastián, reforzando así la idea de que Le Week-End ha sido un trabajo en equipo, nada extraño dado el estatus como novelista de Kureishi. "Discutimos, estamos de acuerdo, nos peleamos. Roger tiene muchas ideas y a veces las expresa de un modo muy maleducado. Se trata de un proceso creativo un tanto brutal, pero muy fructífero. En realidad, no me interesa trabajar para ningún otro director. Soy novelista no guionista, no me interesa escribir para el cine salvo para escandalizar a Roger Michell con mis ideas", contó un irónico Kureishi señalando a su amigo.

placeholder Hanif Kureishi y Roger Michell en el festival de San Sebastián (EFE)

Todo eran guiños y risas hasta que llegó una preguntita entre banal y envenenada: ¿Existe un antídoto contra la rutina matrimonial? Silencio, caras de estar pasándoles toda su vida por delante y una respuesta en la que Kureishi muestra esa franqueza cruda característica de alguna de sus novelas más conocidas:

"Esa es una buena pregunta cuya respuesta es imposible. Los matrimonios se acaban muriendo forzosamente. El paso del tiempo agota el atractivo sexual. Otra cosa es si es posible el matrimonio basado en el compañerismo en lugar de en el deseo sexual. En ese balance, entre la seguridad y la aventura, se mueve esta película", aclaró.

Por decirlo de manera suave: Kureishi sabe de lo que habla. Cuando publicó Intimidad (escrita en 1998, publicada aquí por Anagrama, y llevada al cine por Patrice Cherau en 2001), se armó cierto revuelto con su ex mujer a causa de las revelaciones de la novela. El libro trataba sobre un hombre que abandonaba a su mujer y a sus dos hijos tras sentirse rechazado, como había hecho el autor meses antes en su vida real. La clásica historia sobre hasta dónde puede llegar una novela autobiográfica. Sobre si es ético contar según qué cosas.

La gran esperanza blanca

Kureishi (Londres, 1954) empezó su carrera literaria con muy buen pie: escribiendo El buda de los suburbios. Publicada en 1990, cuando ya estaba en la treintena, esta novela le convirtió en la voz de la Inglaterra multicultural. Hijo de madre inglesa y padre pakistaní, Kureishi ya era popular en su país cuando escribió el libro. Y lo era gracias al cine. En 1985 escribió el guion de una de las películas inglesas más emblemáticas de los ochenta: Mi hermosa lavandería (Stephen Frears), con la que consiguió una nominación al Oscar.

Su vida creativa siempre ha basculado entre el cine y la literatura, entre las novelas y los guiones, dos procesos creativos totalmente diferentes: "El guión se discute con el director, metes algunos de los cambios que te sugiere y, más tarde, los actores hacen sus aportaciones. La novela, por el contrario, la escribes, la envías a una editorial y la publican. Nadie toca una coma", comentó.

Aunque Kureishi ha escrito unos cuantos guiones de éxito quizás ninguno de sus trabajos ha alcanzado el impacto de El buda de los suburbios, una novela no sólo muy leída, tanto en Inglaterra como en España, sino con una característica aún más rara: ha marcado el rumbo vital de muchos lectores jóvenes, cual versión multicultural de El guardián entre el centeno. "La escribí de una forma muy espontánea. Ahora me siento muy lejano a ese libro, aunque me emociona oír que la gente lo sigue leyendo y lo considera parte importante de sus vidas. También lo fue para mí en su momento: es la historia de mi niñez y mi adolescencia", razonó.

Kureishi, que da clases de literatura creativa en la universidad, también tiene consejos para los jóvenes novelistas: no vayan de artistas. "Siempre tienes que pensar en cuál es tu público, al igual que hacéis los periodistas. Escribir una novela no es una forma de terapia, no las escribes para ti mismo, sino para los demás. No hay que ir por la vida de artista sino tratando de conectar con el público".

Roger Michell, por su parte, tiene una curiosa teoría sobre la estructura de su película. Pese a que formalmente no se aparta de ciertos cánones del realismo cinematográfico contemporáneo, Michell interpreta el filme como una subversión de la comedia romántica de toda la vida. "El modelo convencional es el siguiente: chico conoce chica, chico pierde a la chica, chico recupera a la chica. La parte central, por tanto, es la más complicada de todas. Resulta que Le Week-End trata únicamente sobre dicha parte. El chico ha perdido a la chica desde el principio", aclaró.

Kureishi lo explicó otra vez de un modo más descarnado. "Nuestra pareja ríe y bebe y al minuto siguiente se quieren matar. Y luego vuelta a reír. Así son las relaciones humanas", zanjó.

Irse de viaje a París para salvar tu matrimonio… o acabar de hundirlo. El todo o nada en la presunta ciudad más romántica del mundo. En la cuna, por tanto, de las discusiones matrimoniales. En esa dinámica, entre la risa y el llanto, el amor y el desamor, el te quiero y el no te aguanto, se mueve Le Week-End, que se estrena hoy. Dirigida por Roger Michell (Notting Hill) y escrita por el novelista Hanif Kureishi, la película se presentó en el último Festival de San Sebastián. O la resistencia del amor tras treinta años de matrimonio.

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