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La fina línea que separa el bien y el mal según Villeneuve
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estreno de 'prisioneros' con hugh jackman

La fina línea que separa el bien y el mal según Villeneuve

El director canadiense utiliza el thriller para diseccionar los límites del ser humano en situaciones límites

Foto: Escena de Prisioneros, de Denis Villeneuve
Escena de Prisioneros, de Denis Villeneuve

Por si acaso queda algún despistado en la sala, coja papel y boli y apunte el siguiente nombre: Denis Villeneuve. Si todavía no le conocía no se preocupe, pronto lo hará, ya que este canadiense dará mucho que hablar en los próximos meses. Tras hacer doblete en San Sebastián presentando los dos filmes que ha rodado este año (Enemy y esta, Prisioneros), el director viene para hacerse conocer por el gran público y dar un poco de guerra al Hollywood más aburrido.

Villeneuve saltó a la palestra con su brutal Incendies, un filme que fue nominado al Oscar en 2011 como película de habla no inglesa y que hizo que la industria pusiera sus ojos en él. El director no ha desaprovechado la oportunidad y se ha rodeado de un reparto de lujo para su primera producción americana: Prisioneros. Un filme con apariencia de thriller que en sus manos se convierte en un paseo enfermizo por la maldad del ser humano en condiciones extremas.

Con la excusa del secuestro de las hijas de dos familias durante una navidad, Villeneuve se saca de la manga una disección moral. El clásico ¿hasta dónde estarías dispuesto a llegar por tu familia? se vuelve a utilizar aquí, pero el director no sólo nos lo pregunta, nos obliga a mirar hasta dónde el protagonista puede hacerlo, convirtiendo a veces la película en una mezcla extraña entre disfrute y perturbación.

Por un lado como espectador uno se encuentra con un filme de suspense de los que no te despegan de la butaca durante sus dos horas y media (sí, y no se hace larga) pero por otra está la incomodidad de ver como la persona más inocente es capaz de convertirse en un verdadero demonio apelando a un sentimiento como el amor.

Villeneuve traza una línea para separar el bien y el mal, el héroe del villano, pero lo hace con tiza y luego difumina sus límites para que en todo momento uno no sepa si sentir más empatía por el padre que ha perdido a su hija (fantástico Hugh Jackman) o con el supuesto secuestrador.

Así, poco a poco, sin sobresaltos ni estridencias, el director te da un paseo por el mal en forma de thriller y de paso te entretiene. Un viaje que de repente se pierde al tener que buscar una resolución al conflicto y a la historia.

Como buena película de suspense el giro sorpresa final tiene que hacer acto de presencia. Y el que aquí aparece es bastante rocambolesco y fuera de tono. Parece que siempre hay que buscar una justificación para algo tan horrible como el secuestro. Es una pena, porque después de haber hecho una película tan incómoda y que trata (de soslayo) temas espinosos como el fanatismo religioso y el escudarse en un dios para realizar actos horribles, hubiera sido un doble mortal arriesgarse y no dar un motivo por el que alguien cometa estos crímenes.

El propio Denis Villeneuve parece ser consciente de ello y por eso se guarda una escena final ambigua y abierta que deja que cada espectador piense lo que quiera: ¿Castigo o redención?. Se admiten apuestas.

Prisioneros

Director: Denis Villeneuve

Duración: 153 minutos

País: EEUU

Género: Thriller

Reparto: Hugh Jackman, Jake Gyllenhal, Paul Dano, Viola Davis, Terrence Howard, Melissa Leo, Maria Bello

Por si acaso queda algún despistado en la sala, coja papel y boli y apunte el siguiente nombre: Denis Villeneuve. Si todavía no le conocía no se preocupe, pronto lo hará, ya que este canadiense dará mucho que hablar en los próximos meses. Tras hacer doblete en San Sebastián presentando los dos filmes que ha rodado este año (Enemy y esta, Prisioneros), el director viene para hacerse conocer por el gran público y dar un poco de guerra al Hollywood más aburrido.

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