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Ken Loach se enfrenta a Margaret Thatcher por el Estado de Bienestar
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estreno del 'espíritu del 45', de ken loach

Ken Loach se enfrenta a Margaret Thatcher por el Estado de Bienestar

El cineasta presenta un documental sobre las políticas laboristas llevadas a cabo tras la II Guerra Mundial y desmanteladas por la Dama de Hierro

Foto: Fotograma de 'El espíritu del 45'
Fotograma de 'El espíritu del 45'

Con el fin de la Segunda Guerra Mundial la sociedad británica comienza una nueva etapa en su historia. Un periodo que en un principio se miraba con recelo al recordar todo el periodo de entreguerras y, especialmente, la década de los treinta, cuando los barrios marginales se ensanchaban en lossuburbios indecentes. La distancia entre el rico y el pobre no dejaba de crecer.

Así comienza El espíritu del 45, el último filme de Ken Loach, un documental en blanco y negro que recuperaun estado de ánimo yla esperanza de aquellos hombres que al volver del mayor conflicto bélico que ha sufrido la humanidad quisieronconstruir una sociedad más justa e igualitaria.

Gracias a un gran trabajo de recopilación de imágenes de archivo y testimonios, que incluyen fuentes como elImperial War Museum, la BBC, o el British Film Institute,quedan patentesaquellas insalubres condiciones. Niños sin zapatos corriendo por las calles y mineros buscando carbón en los vertederos, esas eran las señas de identidad que desprendía el mayor imperio del mundo, junto a la de las largas colas de desempleados. “Acuérdate de esto y no dejes que pase cuando crezcas”, le dijo su padre a una de las mujeres que ha entrevistado Loach. Estos testimonios son la semilla del documental, todos los descendientes de aquellas personas que vivieron ese espíritu, y que el director ha retratado para ver como esos valores se transmitieron de padres a hijos. Pero Loach no sólo se queda en ellos, también acude a economistas, miembros del partido laborista, antiguos líderes sindicales, para que expresen lo que ellos piensan que supuso ese espíritu comenzado hace más de 60 años.

En el 45 los ciudadanos reivindican una nueva sociedad que ponga los recursos del país al servicio de la gente. Por ello, a pesar de la popularidad de Churchill tras la Segunda Guerra Mundial, los laboristas ganan las elecciones ese año y Clement Attlee es nombrado Primer Ministro. Esta victoria fue celebrada por los sectores más humildes, e incluso se pudo ver a los rudos mineros cubiertos en lágrimas al conocer la noticia: “Por fin vamos a controlar nuestras propias vidas”, clamaban. Este nuevo gobierno llegó al poder gracias a promesas, como fijar el precio de los alimentos, crear una vivienda decente para todos los ingleses y proporcionar un servicio de sanidad gratuito.

Desde 1946 se empiezan a acometer medidas que en su mayoría tienen que ver con la nacionalización de empresas y servicios como el ferrocarril, el agua o las minerías y los muelles.Las dos joyas de la corona fueron sin duda elServicio Nacional de Saludy elPlan de Vivienda, ambos llevados a cabo por una de las figuras más importantes del laborismo británico:Aneurin Bevan, que crea las bases del Estado de Bienestar.

placeholder El espíritu del 45

Se dejó de depender de un seguro o de remedios naturales para curar sus enfermedades. Incluso el dentista fue incluido en un principio dentro de este servicio, que no fue bien recibidopor todo el mundo, especialmente por los médicos, que sometieron a plebiscito la labor del ministro.Gracias al Servicio Nacional de Saludlos ciudadanos inglesesaprendieron a ser socialistas.

El Plan de Vivienda, mediante el que se crearon más de 200.000 casas de alquiler, supuso que muchas familias tuvieran por fin un hogar digno. Incluso la hija de uno de los beneficiarios confiesa ante la cámaraque su padre siempre llevó en su cartera la carta del gobierno en la que le confirmaban que, por fin, tendrían una vivienda. Loach articula en torno a estos dos grandesavances todo su discurso, y se encarga de mostrar no sólo la importancia que tuvieron en la sociedad de entonces, sino también en la actual.

A partir de los años setenta se produce un parón industrial que desemboca en una gran falta de inversión en las industrias que tantos empleos habían generado. Esto provoca la desconfianza sobre el gobierno laborista, por lo que en 1979 Margaret Thatcher llega al poder, y con ella el triunfo delo individual: se reducen los salarios, se despide gente en los astilleros, se privatizan las minasy continúan con el servicio nacional de agua, gas, los transportes y hasta el acero. En 1983 existían en Reino Unido 184 minas, en 1994 sólo quedaban 15.

En 1989 se privatiza la electricidad y en 1994 (ya fuera del gobierno de Thatcher) el ferrocarril. Estas prácticas se vuelven a retomar en la actualidad, y hace sólo dos años el 90% del servicio de correos pasó a manos privadas.

La sanidad siempre se ha mantenido al margen de estas polémicas medidas, pero cada vez se acercan más a su corazón. El catering, la limpieza, la lavandería de los hospitales, todos esos servicios ya no corren por cuenta del Estado, sino que se han vendido al mejor postor.

La gente ha olvidado los valores que les llevaron a trabajar juntos en el 45 por un estado mejor para todos, pero nunca dejarán que les toquen su sanidad. En el documental podemos escuchar como alguien llega a decir que si tocan el Servicio Nacional de Salud se plantearía incluso violar las leyes para defenderlo.

Por ello Loach no duda en dividir su documental en dos partes bien diferenciadas, una con un héroe (Aneurin Bevan)y la otra con un villano (MargaretThatcher), dos caras de la historia británica que el realizador contrapone para ver como en tan poco tiempo se ha destruído tanto. Es cierto que al documento le falta autocrítica y peca de una visión utópica de la sociedad, pero no se puede esperar otra cosa de alguien como Loach, que siempre se ha mostrado crítico con la Dama de Hierro y sus políticas. Sólo hay que recordar sus declaraciones al enterarse del fallecimiento de Thatcher "¿Cómo deberíamos honrarla? Privaticemos su funeral. Saquémoslo a concurso público yaceptemos laoferta más barata.Es lo que ella habría querido". Sin embargo es la primera vez que la obra del director habla tan directamente sobre las consecuencias del Thatcherismo.

Para Loach es curioso que aquellos que crecieron bajo los beneficios del Estado de Bienestar sean quienes trabajantanto por desmantelarlo, por lo que el documental concluye con una misión para los que lo vivieron:“La generación de los mayores tenemos el deber de explicar a los jóvenes el espíritu del 45, el tipo de vida que queremos”. Su mirada nostálgica vuelve a aparecer cuando tras 90 minutos de un sombrío blanco y negro el color hace por fin su aparición, y lo hace para volver a mostrarnos a esa sociedad henchida de orgullo tras acabar la Segunda Guerra Mundial por el prometedor futuro que tenían por delante.

Con el fin de la Segunda Guerra Mundial la sociedad británica comienza una nueva etapa en su historia. Un periodo que en un principio se miraba con recelo al recordar todo el periodo de entreguerras y, especialmente, la década de los treinta, cuando los barrios marginales se ensanchaban en lossuburbios indecentes. La distancia entre el rico y el pobre no dejaba de crecer.

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