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los filmes de garrel y Ming Liang sorprenden en venecia

Dos familias en quiebra salvan la Mostra

'Stray dogs' y 'La jalousie', dos de las propuestas más arriesgadas de esta edición brillan en la Sección Oficial y se unen a la lista de favoritos

Foto: El director Tsai Ming-Liang (EFE)
El director Tsai Ming-Liang (EFE)

A falta de un día para terminar la Sección Oficial, cinco películas han conseguido méritos suficientes para figurar en el palmarés, las de Hayao Miyazaki, Errol Morris y Kelly Reichardt, que pasaron en la primera mitad del festival, y, desde hoy mismo, también las de Philippe Garrel y Tsai Ming Liang. Otorgar el León de Oro a una de estas supondría la oportunidad de salvar un festival que, por otro lado, ha ofrecido realmente muy poco.

Esta última jornada ha sido, con diferencia, la más estimulante de esta Mostra, empezando por la que constituye la propuesta más radical y, si no se quiere entrar en el universo que nos propone el director, más “difícil” de todo el festival, pero al mismo tiempo la más deslumbrante y bella: Stray Dogs, dirigida por el cineasta de origen malayo y afincado en Taiwan, Tsai Ming Liang.

La trama de Stray Dogs es extraordinariamente simple, apenas un esbozo narrativo que presenta a un padre y sus hijos que acaban siendo rescatados de su vagabundeo por la ciudad por una extraña mujer que los acoge en una todavía más extraña y modernísima vivienda. Filmada con planos estáticos muy prolongados y de unas cualidades estéticas superlativas, Stray Dogs transmite una profunda emoción con su retrato de amor paterno-filial. Tsai ha recurrido a su actor fetiche, Lee Kang Sheng, y dos sobrinos de este interpretan los papeles infantiles. Por último, tres actrices habituales en el cine de Tsai interpretan los papeles femeninos, tres mujeres que el director confiesa que podrían tratarse de un único personaje.

Stray Dogs podría considerarse por lo tanto como una suerte de película familiar, un homenaje del cineasta a aquellos que han trabajado con él a lo largo de los últimos años, lo que se vería reforzado por el carácter testamentario y crepuscular de sus imágenes, pues Tsai Ming Liang ha reconocido que, por culpa de una seria enfermedad, abordó su producción como si fuese la última película de su carrera.

La francesa La jalousie es una película todavía más familiar. Philippe Garrel ha filmado a sus hijos, Louis y Esther, formando parte de un reparto que interpreta un episodio de la vida del padre del propio cineasta, Maurice. Un hombre abandona a su mujer y su hija para irse a vivir con una segunda mujer (Anna Mouglalis) que terminará abandonándole a él. Los personajes de Garrel siempre han estado lidiando con temas como el de la madurez, el compromiso (sentimental, político) o la estabilidad emocional. Sus películas parecen un trasunto de su propia vida, de la de Philippe, de la de Maurice y no sé si también de la de Louis. De su biografía se ha nutrido siempre su cine, hasta el punto de que en ocasiones es difícil distinguir entre una y otra.

Con una bella fotografía en scope y blanco y negro obra de Willy Kurant, La jalousie es una de las películas más asequibles de Garrel, una de las que puede llegar a un público más amplio. Buena parte de la culpa la tiene la cálida música de Jean-Louis Aubert, que subraya la melancolía de las imágenes y aparca el halo trágico de muchos de los personajes garrelianos para poner en primer plano una de las más sinceras y conmovedoras historias de amor entre un padre y una hija (Olga Milshtein, con aires de futura gran estrella).

Enmarcada entre estas dos grandes películas, es probable que la italiana Sacro GRA pase injustamente desapercibida. Dirigida por Gianfranco Rosi es una película documental sobre una serie de personajes que habitan o trabajan en el entorno de la GRA, la gran autopista que circunvala Roma. Sin lugar a dudas se trata también de la mejor película italiana de la competición, la única digna de figurar en un festival con una historia tan brillante como la de la Mostra y a la cual, en demasiadas ocasiones, las producciones locales se empeñan en desprestigiar.

A falta de un día para terminar la Sección Oficial, cinco películas han conseguido méritos suficientes para figurar en el palmarés, las de Hayao Miyazaki, Errol Morris y Kelly Reichardt, que pasaron en la primera mitad del festival, y, desde hoy mismo, también las de Philippe Garrel y Tsai Ming Liang. Otorgar el León de Oro a una de estas supondría la oportunidad de salvar un festival que, por otro lado, ha ofrecido realmente muy poco.

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