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Kubrick, el cineasta más venerado de la historia del cine, murió hace 10 años
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Kubrick, el cineasta más venerado de la historia del cine, murió hace 10 años

Stanley Kubrick, director de 2001: Una odisea del espacio, Espartaco, Senderos de gloria, La naranja mecánica o Barry Lyndon, verdaderas referencias de la cultura del siglo

Foto: Kubrick, el cineasta más venerado de la historia del cine, murió hace 10 años
Kubrick, el cineasta más venerado de la historia del cine, murió hace 10 años

Stanley Kubrick, director de 2001: Una odisea del espacio, Espartaco, Senderos de gloria, La naranja mecánica o Barry Lyndon, verdaderas referencias de la cultura del siglo XX, falleció hace diez años (el 7 de marzo de 1999) tras una vida y una obra repletas de genialidad y misterio.

Con sólo 13 largometrajes en su haber, Kubrick es sin duda el director más venerado de la historia del cine gracias a la enorme personalidad que impregnó a sus trabajos, que hizo a su entero antojo, ya que fue uno de los pocos realizadores que consiguió el control total de su obra, incluido el montaje final.

Las impactantes imágenes de sus películas, la originalidad de sus planteamientos, las innovaciones técnicas y la profundidad filosófica de sus historias hicieron de Kubrick un director único, de culto entre los aficionados al cine pero ignorado en lo que a premios se refiere. Sus películas consiguieron 27 candidaturas a los Óscar -cuatro de ellas al mejor director-, de las que se consiguieron 9, pero siempre en categorías técnicas. E incluso fue nominado en los premios Razzie al peor realizador por El resplandor, en 1981.

 

Un hombre desconocido

 

Reconocimientos que poco importaban a Kubrick, un genio del cine, apasionado del ajedrez, el jazz y la fotografía, que expresaba sus opiniones a través de sus películas pero que llevaba muy mal la publicidad y las relaciones sociales, lo que dificultó conocer al ser humano detrás del mito. Mientras que algunos de los que trabajaron con él le calificaban de huraño, racista o machista, su familia y amigos no dudaban en destacar su sentido del humor y su facilidad de trato. El resultado es que poco se sabe de Stanley Kubrick fuera de su faceta como director.

Nacido en el Bronx (Nueva York) el 26 de julio de 1928, de niño se sacaba dinero jugando al ajedrez y destacó rápidamente debido a su elevada inteligencia, que sin embargo no se reflejó en los estudios. Comenzó trabajando como fotógrafo, labor que le dio relevancia internacional en 1945 por una imagen que mostraba a un entristecido vendedor de periódicos tras la muerte de Franklin Delano Roosevelt, pero pronto se interesó por el cine y comenzó rodando cortos con su propio dinero y realizando él casi todos los trabajos.

Su primer largometraje fue Fear and Desire (1953), al que siguió El beso del asesino (1955), dos películas que le sirvieron de aprendizaje y de las que posteriormente renegaría. Con Atraco perfecto (1956) se dio a conocer y comenzó a marcar su estilo cinematográfico. Los flashbacks y el uso que hizo del tiempo para narrar la historia de un atraco a un hipódromo supuso toda una innovación.

 

Llega la campanada

 

Pero fue Senderos de gloria (1957) la que hizo de él, de inmediato, un director de culto. Este tremendo alegato antibelicista -"Los senderos de gloria no conducen sino a la tumba", es parte del poema de Thomas Gray del que salió el título del filme y de la novela en que se basa-, protagonizado por Kirk Douglas, supuso todo un vuelco en el cine de guerra por su falta de sentimentalismo y por su realismo.

En Espartaco (1960) volvió a trabajar con Douglas en una historia de revuelta de esclavos en el Imperio Romano, su primera gran producción y que, aunque obtuvo un gran éxito, no fue lo que Kubrick buscaba, razón que le llevó a mudarse a Londres.

Su primer filme británico fue Lolita (1962), una adaptación de la novela de Vladímir Nabokov, que cosechó la misma polémica que la versión escrita, tras la que llegaría la única comedia de su carrera, Teléfono rojo: ¿Volamos hacia Moscú? (1964), un irónico filme, pionero en reirse de la energía nuclear.

 

 

Stanley Kubrick, director de 2001: Una odisea del espacio, Espartaco, Senderos de gloria, La naranja mecánica o Barry Lyndon, verdaderas referencias de la cultura del siglo XX, falleció hace diez años (el 7 de marzo de 1999) tras una vida y una obra repletas de genialidad y misterio.

Con sólo 13 largometrajes en su haber, Kubrick es sin duda el director más venerado de la historia del cine gracias a la enorme personalidad que impregnó a sus trabajos, que hizo a su entero antojo, ya que fue uno de los pocos realizadores que consiguió el control total de su obra, incluido el montaje final.

Las impactantes imágenes de sus películas, la originalidad de sus planteamientos, las innovaciones técnicas y la profundidad filosófica de sus historias hicieron de Kubrick un director único, de culto entre los aficionados al cine pero ignorado en lo que a premios se refiere. Sus películas consiguieron 27 candidaturas a los Óscar -cuatro de ellas al mejor director-, de las que se consiguieron 9, pero siempre en categorías técnicas. E incluso fue nominado en los premios Razzie al peor realizador por El resplandor, en 1981.

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