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El cineasta Danis Tanovic reinterpreta a Kieslowski en 'El Infierno'
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El cineasta Danis Tanovic reinterpreta a Kieslowski en 'El Infierno'

Conocido en todo el mundo por la original En tierra de nadie, con la que logró el Oscar, el cineasta bosnio Danis Tanovic, afincado en París,

Foto: El cineasta Danis Tanovic reinterpreta a Kieslowski en 'El Infierno'
El cineasta Danis Tanovic reinterpreta a Kieslowski en 'El Infierno'

Conocido en todo el mundo por la original En tierra de nadie, con la que logró el Oscar, el cineasta bosnio Danis Tanovic, afincado en París, cambia totalmente de registro en El Infierno, un drama escrito por Kieslowski poco antes de morir, y para el que ha contado con cuatro estrellas del cine galo.

Enmanuelle Béart, Carole Bouquet, Marie Gillaim y Karin Viard protagonizan este filme, que se estrena el viernes, y donde Tanovic aborda por primera vez el universo femenino, algo que no le es ajeno, pues, como explica Viard a un grupo de periodistas en París: "Danis tiene una presencia que impone, es muy viril; pero posee una sensibilidad femenina".

Tanovic, tras el Oscar logrado en 2001 con su primer largometraje -uno de los primeros en acercarse a la guerra de los Balcanes y, además, con una perfecta combinación de drama, humor negro y crítica social- había escrito varios guiones y había leído la trilogía de Kieslowski El Paraíso, El Purgatorio y El Infierno, antes de decidirse por su siguiente filme.

En un principio, mostró interés por El Purgatorio, protagonizada por un fotógrafo de guerra. Pero, años después, al volver su mirada hacia la trilogía, -cuando el Paraíso ya se había rodado-, la vida personal de Tanovic había cambiado totalmente. Instalado en París, era padre de dos hijas. Eso le hizo sentirse más cercano a El Infierno, ya que, como él mismo expresó en su momento, la guerra ya la sentía lejos y no quería volver sobre esa temática.

El Infierno habla de la familia, la carencia de amor, la paternidad, la mentira, la ausencia... con una trama centrada en tres hermanas que vivieron en su niñez el drama de descubrir a su madre expulsando de casa a su padre, recién salido de la cárcel, y sin permitirle verlas. Y, acto seguido, presenciar su suicido.

Nadie habló nunca de aquello y el silencio trajo consigo la distancia y la destrucción de la familia. Sólo la hermana mediana, encarnada por Viard, visita a su madre, recluida en una residencia. Pero cada una de ellas, como quería explicar Kieslowsky con su guión, vive su propio infierno. Un infierno cotidiano, pues, como coinciden Tanovic y el realizador polaco, fallecido en 1996, el infierno puede estar en el interior de cada uno.

Viard explica que conoció a Tanovic en Cannes y se hicieron amigos, mantuvieron el contacto y, cuando él iba a comenzar el proyecto, le dijo: "Elige el papel que te guste". Y ella, una actriz de 41 años, conocida, sobre todo en Francia, por sus extraordinarias dotes camaleónicas, alternando todo tipo de géneros dispares, escogió a Céline, la mediana. "Dudé entre el papel de Béart y el mío. Los dos me atraían por ser totalmente distintos a mí, pero me decanté por esta mujer que sacrifica su propia vida en favor de la vida de los otros", cuenta.

Y añade: "Tiene una apariencia tan corriente, que da la sensación de estar perfectamente integrada en la sociedad; cuando, realmente, es un juguete roto. Está sola, sin amigos, nunca se ha acostado con nadie y vive aterrada pensando que alguien espere algo de ella".

Mientras, las otras dos hermanas sufren el infierno del desamor, al haber elegido al hombre equivocado. Y, cuando finalmente se desvela el secreto que evidencia el error cometido por la madre, las hermanas vuelven a unirse, tras descubrir que ella no está dispuesta a reconocer su error.

Viard reconoce que le costó meterse en su papel pues, "al estar tan alejado de tu personalidad, hay que tomarlo desde dentro -apunta-. Y con Tanovic no podía, porque él no te da ese margen. Es un director sensible a la imagen, a la música, y tiene una clara visión de lo que va a ser la película y sus personajes, pero no es un director de actores".

Conocido en todo el mundo por la original En tierra de nadie, con la que logró el Oscar, el cineasta bosnio Danis Tanovic, afincado en París, cambia totalmente de registro en El Infierno, un drama escrito por Kieslowski poco antes de morir, y para el que ha contado con cuatro estrellas del cine galo.