La reina y la otra: un karaoke sentimental llamado La Oreja de Van Gogh
Amaia volvió, pero ¿alguna vez se fue? La Oreja de Van Gogh celebra su 30º aniversario recuperando a su vocalista original tras 18 años de ausencia y evidenciando que jamás tuvo una sustituta posible
Los miembros de La Oreja de Van Gogh, en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid en Mayo de 2006. (Carlos Alvarez/Getty Images)
Este verano fui por primera vez a Donostia-San Sebastián. Y como alguien que aún no ha decidido hacer boicot total a Spotify -más por practicidad que por razones morales- hice lo que cualquiera haría en un viaje por carretera en 2025: crear una playlist compartida para el trayecto. La premisa era clara: canciones Donosti Sound. Hicimos caso omiso por completo al hecho de que, en sí, el donosti sound hace referencia a un movimiento musical surgido en dicha ciudad durante los 90, caracterizado por un estilo indie pop introspectivo, nostálgico y elegante, y capitaneado por grupos como Family, Le Mans o La Buena Vida, y metimos un poco de todo, mientras fuera donostiarra y coreable en un coche. La fusión nos dio una lista en la que encontrabas de Euskoprincess a Duncan Dhu, pasando por Merina Gris y las bandas indies anteriormente citadas. Pero el plato fuerte, el que se convirtió en el rey de nuestro particular karaoke y acabó monopolizando los altavoces fue La Oreja De Van Gogh.
Sorprendentemente (o no), y sin haberlo hablado, ninguno de los temas de esa banda sonora fue entonado por Leire Martínez Ochoa, vocalista de la banda durante más de diecisiete años. Como tantos otros antes que nosotros, nos habíamos ceñido inconscientemente a lo dicho por el propio grupo, el amor verdadero es tan sólo el primero [...] y los demás son sólo para olvidar.
En 2026 La Oreja de Van Gogh cumplirá 30 años, y lo hará estando más viva que nunca. Prácticamente se podría decir que ha vuelto de los muertos. El pasado miércoles 15 de octubre el grupo anunció el regreso de su cantante original, Amaia Montero, 18 años después de su partida. Un par de días antes, la banda había colgado en sus redes una imagen en blanco y cambió su biografía a "Solo juntos tiene sentido". Internet enloqueció. ¡Vuelve La Oreja de Van Gogh! Y ahí estaba ella: gafas de sol negras, maquillaje de estrella, vestido blanco y siendo la figura central de la nueva imagen de la banda. La reina del pop de la que cantaba en El Viaje de Copperpot (2000) había regresado.
Pero La Oreja de Van Gogh nunca se había ido. ¿Acaso no era un simple cambio de formación, como el anterior? ¿Por qué después de 17 años de LeireMartínez siendo la voz y front woman de la banda aún es considerada como la otra? ¿Ya la habíamos olvidado? ¿Qué hechizo lanzó Montero de 1998 a 2007 para seguir siendo para muchos la única y legítima voz de La Oreja? ¿Por qué no pueden coexistir ambas con el mismo valor? Hay cosas que parecen estar grabadas con fuego en nuestra cultura popular, y una de ellas es que Amaia Montero es La Oreja de Van Gogh. Pero más allá de la emoción compartida, los karaokes en el coche y los argumentos más pasionales que te pueda dar alguien a las dos de la madrugada en una verbena, existe una justificación lógica y racional. Pero para ello hay que empezar por el principio.
Todo el mundo tiene sus orígenes y los de la banda donostiarra se sitúan en la universidad con Álvaro Fuentes, Pablo Benegas, Xabi San Martín y Haritz Garde -miembros fundadores- poniendo en marcha una banda de versiones de U2 y Nirvana. Por ese entonces se llamaban a modo de broma "Los Sin Nombre". Pero no fue hasta 1996, después que Pablo Benegas y Amaia Montero se conocieran en una cena con amigos y él le pidiese que se uniera al grupo, que nació La Oreja de Van Gogh. Un año después ganaron el VI Concurso Pop-Rock Ciudad de San Sebastián, lo que les permitió grabar una maqueta y presentarse ante Sony. Funcionó lo suficientemente bien como para ir a Madrid, y junto a Epic Records, producir su primer disco: Dile Al Sol. El trabajo fue lanzado en mayo de 1998 con El 28, canción que hacía referencia al bus que cogía la banda para ir de su barrio al estudio. Ese tema les llevó a ganar el Premio Ondas al Artista del Año, dar más de 150 conciertos por todo el territorio español y posteriormente salir de gira junto a Hombres G, ganando así credibilidad dentro del sector. Se habían convertido en el nuevo grupo de moda, y a día de hoy su álbum de debut acumula casi un millón de copias vendidas.
Entrados en el 2000, lanzaron su segundo disco, que les catapultó a la fama internacional. El Viaje de Copperpot dejó atrás las pinceladas de donosti sound, para entregarse al power pop, con canciones como Cuídate, La Playa -que actualmente cuenta con más de cuatrocientos millones de reproducciones en Spotify- o París. Ese álbum fue la puerta a una gira sudamericana en 2002 que culminó con un millón de ventas del disco en todo el mundo en tan solo dos años. Y como no hay dos sin tres, su siguiente álbum siguió la estela de este éxito. Lo que te conté mientras te hacías la dormida(2003) fue presentado en Madrid junto a El Canto del Loco, se convirtió en doble platino en Estados Unidos, vendió más de 600.000 copias en España y para junio de 2013, había vendido 88.000 copias en Chile, donde se convirtió en el álbum más vendido del siglo XXI en formato físico hasta dicha fecha. Los donostiarras tenían al público hispanohablante comiendo de su mano.
Pero cuando estaban en lo más alto, todo cambió. Después de publicar en 2006 Guapa y Más Guapa, a propósito del décimo aniversario de la banda y convertirse con este tema en la primera banda española en ganar un Grammy Latino a Mejor Álbum Vocal Pop Dúo o Grupo, Amaia anunció en 2007 su partida. Ella misma subrayó que se trataba de "la decisión más difícil de mi vida". El grupo respaldó su salida no sin antes remarcar que "hemos sentido mucha tristeza, no sólo por los motivos musicales evidentes, sino también por todos los años y experiencias vividas y por vivir." La noticia que dejó conmocionada no solo a sus fans, sino también a cualquier oyente de la radiofórmula.
Leire Martínez interpreta un tema durante su presentación en julio de 2008 como nueva vocalista de La Oreja de Van Gogh. (EFE/Manuel H. de León)
Pero tras la aparente ruptura, Amaia no se desvinculó por completo del grupo. Poseía, y posee, el 20% de este, del mismo modo que los otros miembros fundadores. Más allá de las giras, videoclips y documentales, Montero también se había colado en nuestro imaginario colectivo de forma muy concreta. Con ella , La Oreja fue la primera banda española en formar parte de un videojuego: Los Sims 2: Mascotas. Para la ocasión, la formación donostiarra realizó una versión de su segundo sencillo Dulce locura en simlish, el idioma de Los Sims, acompañada de una versión jugable de Amaia, además de convertirse en uno de los grupos españoles con más canciones en la franquicia de videojuegos Sing Star, con nueve canciones para las fiestas de karaoke caseras. Cerrando así el periodo de Amaia Montero con unas ventas que a día de hoy se estiman casi en siete millones de discos en todo el mundo.
Pero la fiesta no iba a parar. Los miembros restantes afirmaron que "aún sentimos que nos quedan muchísimas canciones por escribir". Así que en 2008 se sumó al proyecto Leire Martínez Ochoa, exconcursante de la primera edición española de Factor X. Ese mismo año lanzaron A Las Cinco En El Astoria, un disco que, a pesar de contener Jueves, su exitosa balada inspirada en los atentados del 11 de marzo de 2004 de Madrid, no llegó a vender 500.000 copias en todo el mundo. Esta posición era un caramelo envenenado, y Martínez lo sabía. Aunque ha expresado abiertamente la gran oportunidad que supuso para ella, en muchas ocasiones ha hablado también del vértigo que sintió y del hecho de que no tuvo ocasión de prepararse adecuadamente. Súmale a eso un público que seguía enamorado de una ex que se negaba a regresar. Se trataba de una banda que no se encontraba en proceso de crecimiento y adaptación, sino en pleno auge, lo que hacía más reacio a los fans a amoldarse a nuevos rostros. Y a pesar de que las letras, en su gran mayoría, seguían estando escritas por los integrantes originales, nunca llegaron a tener la fuerza que les daba Montero, y que la posicionó como uno de los iconos del pop nacional más importantes de principio de siglo. La suma de todos estos factores han dado como resultado que durante los 17 años de Leire en la formación, se vendieran poco más de un millón de discos en total, lo que equivale a un solo disco con Amaia.
Durante los 17 años de Leire en la formación, se vendieran poco más de un millón de discos en total, lo que equivale a un solo disco con Amaia.
Por su parte, durante las casi dos décadas que Amaia no estuvo en activo en el proyecto, inició su carrera en solitario "para explorar nuevos caminos". Con su primer disco, Amaia Montero (2008), superó las ventas del lanzamiento de su anterior formación y logró un doble platino en España. Aun así, y de manera paulatina, sus números fueron decreciendo con sus tres discos posteriores. Pero lo que nunca se desvaneció fue el interés por el ¿qué había pasado con el grupo? Nadie parecía estar satisfecho con los comunicados oficiales, así que la figura de Amaia Montero -más allá de sus trifulcas online con personalidades como Malú, o sus conciertos en los que se podía intuir que no estaba en plenas facultades- se convirtió en la principal fuente de información. El foco mediático nunca la abandonó. En una ocasión, entrevistada por Risto Mejide en 2016, intentó desmentir que su salida de La Oreja se debiera a una discusión con Pablo Benegas. Esta explicación no fue suficiente y tampoco logró calmar los infinitos comentarios de fans de la banda, del estilo "A mí lo que me jode es que nunca pude ir a un concierto de LODVG con Amaia. Me conformaré con escuchar aquellos discos que para mí serán inigualables", que se pueden leer en el apartado de comentarios de esa misma entrevista o en cualquier post de la formación.
Las especulaciones, y sus carreras en paralelo, siguieron, cada vez con menos impacto, hasta 2024. Ese año, la cuenta oficial de LODVG hizo pública la partida de Leire. "Después de 17 años maravillosos repletos de música y emociones que jamás olvidaremos, queremos anunciar que las trayectorias profesionales de Leire y La Oreja de Van Gogh seguirán caminos separados… La decisión ha sido dura y difícil, pero llega después de mucho tiempo de reflexión y profundas conversaciones en las que no hemos conseguido acercar nuestras diferentes maneras de vivir el grupo." Leire Martínez, por su parte, aclaró públicamente que no firmó ese comunicado y que no se sintió cómoda con varios pasajes del mismo.
Si durante los últimos años los posts en redes de la banda apenas alcanzaban los 5.000 likes, este acumuló 75.000 me gustas en tan solo una hora. Todos los ojos estaban puestos en el ring. Leire fue descartada como una tirita de la que ya se habían cansado, sin concederle ni tan siquiera un espacio común en el que expresarse. Esta despedida fue más fría, menos sentida y mucho más abrupta. Sus diecisiete años en la formación parecían no importar. Se confirmaba así que Leire jamás había podido sustituir la voz de Amaia. Que la alquimia pop que se había dado en su primera formación no había podido replicarse, algo que se podía intuir desde el principio pero que jamás podría justificar un cierre así.
Este paso abrió la puerta al esperado retorno de Amaia. En este caso hablamos de la espera como algo similar al anhelo de volver a comer algo que probaste de niño y del que guardas un buen sabor. Lo deseas, pero en el fondo sabes que es irrepetible. Tu gusto, criterio, y circunstancias han cambiado. Y eso mismo ha pasado con la vuelta de Montero. Aunque el 15 de octubre la cantante comunicara ya desde las redes su nueva soberanía -"Tocar todos juntos otra vez, cerrar los ojos para escuchar mejor y no poder reprimir una sonrisa"- lo cierto es que no estaban todos. Discretamente, como siempre han sido los chicos de la banda, Pablo Benegas -el mismo que invitó a Amaia a unirse al grupo y el supuesto punto de conflicto que habría hecho que ella para abandonara la formación en 2007- dejó claro que no acompañaría a la banda en este nuevo capítulo. Una manera sutil de decir que mantendría el 20% que le toca, pero no seguiría en ningún caso en el proceso creativo del grupo y por lo tanto no trabajaría con Montero. ¿Se puede decir entonces que ha vuelto La Oreja De Van Gogh o quizás solo teníamos ganas de volver a oír a Amaia entonando los temas que tantas veces hemos cantado de fiesta?
Esta telenovela, que nos ha llegado con pinceladas aguadas y cruza toda la carrera de La Oreja de Van Gogh, junto a la representación en ventas, ha logrado difuminar toda aportación posible de Leire en la banda. La personalidad arrolladora e inconfundible de Amaia ha logrado revivir una banda que carecía de interés desde hacía tiempo. Ahora solo queda ver si este resurgir es solo un fantasma fruto de la nostalgia, o si por lo contrario, capitaneados por una de las mujeres más potentes del pop nacional, la banda logra emprender un nuevo camino de éxitos.
Este verano fui por primera vez a Donostia-San Sebastián. Y como alguien que aún no ha decidido hacer boicot total a Spotify -más por practicidad que por razones morales- hice lo que cualquiera haría en un viaje por carretera en 2025: crear una playlist compartida para el trayecto. La premisa era clara: canciones Donosti Sound. Hicimos caso omiso por completo al hecho de que, en sí, el donosti sound hace referencia a un movimiento musical surgido en dicha ciudad durante los 90, caracterizado por un estilo indie pop introspectivo, nostálgico y elegante, y capitaneado por grupos como Family, Le Mans o La Buena Vida, y metimos un poco de todo, mientras fuera donostiarra y coreable en un coche. La fusión nos dio una lista en la que encontrabas de Euskoprincess a Duncan Dhu, pasando por Merina Gris y las bandas indies anteriormente citadas. Pero el plato fuerte, el que se convirtió en el rey de nuestro particular karaoke y acabó monopolizando los altavoces fue La Oreja De Van Gogh.