Juan del Val, ganador del Planeta 2025: "No me tengo que defender de las críticas"
El colaborador televisivo señala a este periódico que espera que antes de ser criticado se lea la novela con la que ha ganado el galardón de un millón de euros. Insiste en su crítica a las "élites que creen que lo comercial es malo"
Juan del Val con el premio Planeta (EFE/Quique García))
El ganador del premio Planeta 2025, Juan del Val, es un hombre curtido en polémicas. Es lo que hace llevar años en programas de prime time con audiencias estratosféricas como El hormiguero opinando de casi todo. “No me tengo que defender de las críticas”, manifiesta a este periódico solo unas pocas horas después de haberse conocido el bombazo de su galardón, dotado con un millón de euros, el de mayor cuantía en el mundo por un libro. “Uno tampoco es responsable de la imagen que otros tienen de ti. De mí dicen que tengo un perfil provocador, pero es que creo que cualquier persona que hace algo creativo debe tener la vocación de provocar. Cuando uno habla o escribe sabe que alguien puede molestarse. Pero es que eso es imprescindible”, añade. Así que es sí: está preparado para todo lo que le venga desde hoy y durante toda la gira de promoción de su novela Vera, una historia de amor.
La noche anterior, tras recoger el premio, sí pudiera ser que se hubiera querido poner la venda antes de la herida, ya que sus palabras fueron un escudo antimisiles: “Yo prefiero que me lea la gente y cuanta más gente mejor. Se escribe para la gente, no para una élite. Y considerar que comercial y calidad son opuestos es faltarle el respeto a la gente y de la gente vivimos todos los que estamos aquí”. Lo dijo con aplomo, de corrido, con soltura, como si estuviera en un plató. Una especie de si me buscas, me encuentras. Del Val está acostumbrado: lleva años disparando con bala. Él sí.
“Pero yo es que respeto a la gente que no está de acuerdo conmigo”, matiza a El Confidencial. No le molesta que le critiquen por sus opiniones, ni sus posicionamientos políticos - "a veces les gusto a la gente de izquierdas y otras a los de derechas, depende del día"- pero sí le irrita más que puedan criticar una novela “que todavía no se ha leído nadie”. “Lo primero es leérsela. Yo lo que intento siempre es ser honesto, la honestidad siempre te lleva a algo bueno. Y esta novela tiene mucho de honestidad”, recalca.
Sin embargo, no cayeron en saco roto sus palabras contra la élite intelectual y cultural. Expresiones que pueden parecer una pose de antiilectualismo, de ir contra la cultura, casi como lo que la influencer María Pombo manifestó con aquello de que leer no te hacía mejor persona, provocando unas de las polémicas del verano (en ese nivel de polémicas estamos). En alguna entrevista hace años ya había insistido en que “me tiene sin cuidado la aceptación de mi literatura desde las élites intelectuales”.
“Lo quería decir es que este es un premio literario y comercial y lo comercial a veces parece algo menor y creo que no, porque la literatura tiene que ser popular porque escribimos para que otros nos lean. La escritura es algo íntimo, pero tiene la intención de llegar a cuantas más personas mejor. Lo que parece es que hay un prejuicio de las élites que consideran que lo comercial es todo malo. Y no, habrá bueno y malo. Lo sesudo tampoco tiene que ser bueno. ¿Qué es El Quijote, comercial y de calidad, no? Pues eso lo que hay que reivindicar”, comenta. Y al instante indica socarrón: “Por favor, no pongas que me estoy comparando con Cervantes, eh”.
Albañil y cronista taurino
Del Val, no obstante, se acogió a la carta del “pueblo” ya desde anoche. De eso de venir de abajo como pilar para sostener todas sus argumentaciones. El chico de barrio que sale del barrio y toca un paraíso a priori vedado. De hecho, lo primero que resaltó fue que su vida “estaba destinada al fracaso, expulsado del sistema por años en los que todo era polvo, era hormigón, eran obras”. Y sí, el colaborador televisivo, al que no le fueron bien los estudios, empezó en el andamio como albañil. Se fajó con el ladrillo hasta que se topó con la crónica taurina, con Nuria Roca y lo demás es historia. Cuando ella era aún la más conocida de la pareja, empezaron a publicar libros juntos y a tener entrevistas en las que contaban lo bien que les iba como pareja abierta. Su fama se disparó y se convirtieron en una pareja de oro con programa televisivo (La Roca) propio. Hoy son padres de tres hijos y ayer las palabras de Del Val -y el posterior beso que le dio- reflejaron la estupenda onda que fluye entre los dos. Amor, dinero, felicidad, buen rollo y el morbo justo. Ese es el marco.
De ahí que el colaborador también lleve todas estas horas señalando lo afortunado y feliz que se siente -"la felicidad es una actitud, es voluntad, somos lo que queremos ser"- y la importancia que le da a lo inesperado (como embolsarse un millón de euros, que tampoco está nada mal). “Lo mejor viene siempre de ahí. En la novela, una mujer de 45 años emprende un camino hacia la libertad y aprende a ser libre cuando pierde el miedo a equivocarse. De eso va la libertad”, sostiene. Una novela, por otra parte, cuajada de sexo -es habitual en sus historias- que piensa que no es nada gratuito: “No, no, el sexo explica a mis personajes. La ausencia de sexo puede explicar muy bien que algo le está pasando a ese personaje”, señala.
"La felicidad es una actitud, es voluntad, somos lo que queremos ser"
Él tomó el camino de quizá equivocarse con la escritura con su primera novela en solitario, publicada en 2017 y cuyo título era Parece mentira. “Era completamente autobiográfica y da una pista de lo que es mi vida: parece mentira que yo esté aquí ahora, en esta situación”, confiesa. De la obra saltó a la crónica de toros, al periodismo, aunque afirma que él siempre había querido contar historias “el arma daba un poco igual”. Y los libros le cambiaron completamente la existencia. “Yo soy lo que escribo. Y a mí, además, la escritura me salvó de tener una vida más dura de lo que me apetecía”, manifiesta.
Publicó con Espasa y lo cierto es que vendió. Y mucho. Más de 300.000 de Delparaíso, la novela que publicó en 2021, según su editorial. Y ahora vendrá mucho más. Por eso lo tiene bastante claro y no muestra ningún escrúpulo en afirmar que espera críticas de todo tipo, buenas y malas, y que estará ahí para recibirlas sin aspavientos. “Yo es que soy amigo de lo fácil y enemigo de lo simple. Me esfuerzo para que todo se comprenda bien y reivindico permanentemente todo lo que hago. Como la palabra entretenimiento, que es un respeto al lector para ponerle las cosas fáciles. Yo lo que busco es entretener, hacer pensar, excitar, hacer reír y que haya merecido la pena el viaje”, zanja. El 5 de noviembre, cuando sale a la venta Vera, una historia de amor sabremos si lo ha conseguido.
El ganador del premio Planeta 2025, Juan del Val, es un hombre curtido en polémicas. Es lo que hace llevar años en programas de prime time con audiencias estratosféricas como El hormiguero opinando de casi todo. “No me tengo que defender de las críticas”, manifiesta a este periódico solo unas pocas horas después de haberse conocido el bombazo de su galardón, dotado con un millón de euros, el de mayor cuantía en el mundo por un libro. “Uno tampoco es responsable de la imagen que otros tienen de ti. De mí dicen que tengo un perfil provocador, pero es que creo que cualquier persona que hace algo creativo debe tener la vocación de provocar. Cuando uno habla o escribe sabe que alguien puede molestarse. Pero es que eso es imprescindible”, añade. Así que es sí: está preparado para todo lo que le venga desde hoy y durante toda la gira de promoción de su novela Vera, una historia de amor.