El director que rompió las reglas de la música clásica (y recorre las películas de tu infancia)

Quizá a los más puristas les siga sorprendiendo un poco, pero esa es una de las cualidades de la Film Symphony Orchestra. El proyecto nació hace más de una década, de una pasión personal (la de Constantino Martínez-Ors, director de orquesta) por dos cosas muy concretas y a menudo cercanas: el cine y la música. De esta manera surgió primero como una idea, después como el plan de convertirse en una orquesta de referencia en España, también con una finalidad: interpretar en concierto las grandes partituras del cine, respetando al máximo dichas interpretaciones y cuidando con mimo cada detalle de esas partituras.

Hablamos con Constantino Martínez-Ors a propósito de Toon Story, la nueva gira que la orquesta está llevando a cabo y que este viernes aterriza en el Auditorio de Madrid para ofrecer algunos de los temas más legendarios y queridos del cine de animación: desde La princesa Mononoke de Studio Ghibli a los temas más famosos de La bella y la Bestia, El rey león o Pocahontas de Disney, pasando por los ritmos más celtas de Cómo entrenar a tu dragón, la experiencia está pensada para que todos los públicos disfruten (con perdón, incluso, de los muy puristas de la música clásica).

"Quizá no seamos el espectáculo que los más puristas prefieran ir a ver", concede Martínez-Ors, en entrevista con El Confidencial. "Nunca llueve a gusto de todos y no seremos el plato preferido de la ortodoxia, pero tampoco me interesa mantener las ortodoxias ni los extremismos radicales. Entiendo que a algunos puristas les pueda parecer fuera de su gusto, pero nosotros nacimos desde el respeto y el cariño, intentando cuidar al máximo las interpretaciones. Nos tomamos cada película y cada partitura tan en serio como una sinfonía clásica".

Según cuenta el director, quería que la música de cine dejara de ser vista como la hermana menor de la música clásica. "Además, buscamos acercar la música sinfónica al gran público utilizando el cine como hilo conductor. Queríamos romper con la idea de que la música clásica es solo para entendidos. Por eso, desde el principio, hemos incluido muchos elementos: una iluminación espectacular, un vestuario cercano al mundo de los superhéroes que aleja a la orquesta del clásico frac, mis comentarios de humor como director y presentador... En definitiva, la finalidad es acercar la orquesta al público y romper esa cuarta pared, para que todos puedan emocionarse, disfrutar y dejarse llevar por la música de cine".

Visten más cercanos a los superhéroes que con frac, hay comentarios humorísticos... con la idea de acercarse al público y romper la cuarta pared

No es la única orquesta en el mundo que se dedica a acercar la música del cine, pero han conseguido trabajar con un público fiel en España y una marca consolidada. "Afortunadamente, tenemos seguidores que cada temporada esperan ver qué proponemos. Este año, por ejemplo, llegamos con un especial de animación, un homenaje a las bandas sonoras del cine animado. También hacemos otros espectáculos temáticos en Madrid, como los dedicados al cine de terror, al western, al cine romántico por San Valentín o al de Navidad".

En concreto, la gira de Toon Story era algo que el director de orquesta tenía en el tintero desde hacía años. Confiesa que no quería hacer algo predecible, sino un homenaje al cine de animación, lineal y cronológico. "Empezamos por los clásicos como Tom y Jerry, una endiablada obra maestra. Pasamos por estéticas orientales o americanas, como Kung Fu Panda, con una partitura bellísima de Hans Zimmer, o las leyendas de los Estudios Ghibli. De Ghibli saltamos a Disney, con títulos ganadores del Óscar como Aladdín, La Bella y la Bestia, Pocahontas o El Rey León. También incluimos piezas de Pixar como Toy Story o Monstruos S.A., y de DreamWorks, como Shrek o Cómo entrenar a tu dragón. Incluso hay guiños al cine en plastilina (Chicken Run, de Harry Gregson-Williams) y a la animación con muñecos, como Pesadilla antes de Navidad, de Danny Elfman. En resumen, es un viaje muy ecléctico: distintas productoras, estilos que van de lo oriental al jazz o a lo celta, y música para todos los públicos".

— Desde tu perspectiva como experto, ¿qué hace que la música de una película sea tan inmersiva y tan buena? ¿Hay estructuras comunes con la música clásica?

— Es una pregunta complicada, porque lo que gusta a todo el mundo suele responder a estructuras musicales sencillas. Muchas de las canciones más populares tienen una forma clásica de estrofa y estribillo, son pegadizas, no requieren un conocimiento musical profundo para disfrutarlas. Por ejemplo, El Rey León o las canciones de Elton John tienen mucho de eso. Pero también hay partituras ganadoras del Óscar más elaboradas, como las de Alan Menken para La Bella y la Bestia o Pocahontas. Y luego hay obras como las de Tom y Jerry que quizá no conozca el gran público, pero que representan una verdadera joya de la música sinfónica de animación de los años 60. Es fundamental rendir homenaje a esas partituras, porque son los orígenes del género del cine musicalizado. Sin esos clásicos no se entenderían Disney, Pixar o Ghibli. Conocer el pasado es esencial para entender el presente y proyectar el futuro.

Toon Story ha intentado hacer una selección de partituras compleja, para conseguir que todas las piezas encajen entre sí. También rinden homenaje al cine de animación europeo con Anastasia, música típica de los dibujos animados (más cómica o incidental, pensada en momentos cotidianos) y, por supuesto, canciones ganadoras del Oscar como Un mundo ideal de Aladdín o temas de Pocahontas. "Todo convive con fragmentos puramente sinfónicos, con ese trabajo de orfebrería del compositor que sincroniza cada movimiento, cada paso o caída. Esa es la esencia del cine de animación y de su música".

"Es un viaje muy ecléctico: distintas productoras, estilos que van de lo oriental al jazz o a lo celta, y música para todos los públicos"

Entonces, ¿qué recomienda a aquellos un poco escépticos con la temática en cuestión? "Que vengan con ganas de pasarlo bien. No es un espectáculo infantil, aunque los niños lo disfruten mucho. Todos llevamos dentro a ese niño o adolescente que creció con las películas de dibujos animados y sus bandas sonoras. Quien venga va a emocionarse, divertirse y sentirse nostálgico. Hay momentos muy emotivos y otros muy divertidos. Es un concierto para todos los públicos, lleno de emoción, humor y recuerdos".