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Nap, tupplur, Mittagsschlaf, wǔshuì: no solo en España nos echamos la 'siesta'
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Nap, tupplur, Mittagsschlaf, wǔshuì: no solo en España nos echamos la 'siesta'

El descanso diurno no es exclusivo del universo latino, numerosas lenguas lo recogen. En Japón, por ejemplo, se denomina 'inemuri' y significa literalmente dormir mientras estás presente

Foto: Hombres durmiendo la siesta en Laredo, Texas, Estados Unidos - Siglo XIX. (iStock)
Hombres durmiendo la siesta en Laredo, Texas, Estados Unidos - Siglo XIX. (iStock)

La siesta no es exclusiva del universo latino, pero es voz muy conocida para designar el descanso del medio día. Puede parecer una costumbre nuestra, pero su historia es tan antigua como la civilización, y su influencia tan extensa que se ha adaptado a distantes culturas y estilos en partes del sur de Europa e Hispanoamérica, China, Taiwán, Japón, Filipinas, India, Oriente Medio y norte de África.

El descanso diurno es una acción sencilla, una práctica milenaria, designada con una voz latina y transmitida por el mundo gracias a la expansión de las lenguas románicas y germánicas.

El nombre nació en el sistema horario romano que dividía el día en doce horas desde el amanecer hasta el ocaso. La sexta hora correspondía aproximadamente al mediodía y marcaba una pausa en la jornada laboral. Sexta evolucionó a siesta para dar nombre al descanso.

Difusión

La palabra ha sido prestada a lenguas europeas no romances que adoptan el término por prestigio cultural; a lenguas asiáticas en contextos modernos de salud, bienestar o márquetin; a lenguas indígenas de América donde el español ha tenido una fuerte influencia y no aparece en las lenguas patrimoniales africanas. En muchos casos siesta no reemplaza un término nativo, sino que convive con él como forma asociada a la cultura hispana.

Foto: Cuidado, que se te pasa la hora. (iStock)

Conserva la voz el francés, sieste, el gallego, portugués, occitano y sardo, sesta y el rumano siestă. En su viaje por Europa ha llegado al húngaro szieszta y al finés siesta, préstamos directos del español usados en registros formales. El término del finés nativo es päiväunet, sueño diurno.

El italiano utiliza pennichella (cabezadita) o, de manera más formal, riposo pomeridiano, reposo de después del mediodía. En la misma línea está el catalán migdiada, sueño de mediodía, pero fer la migdiada es un calco de echarse la siesta.

La sexta hora del horario romano correspondía al mediodía y marcaba una pausa en la jornada laboral. Sexta evolucionó a siesta

Suelen las lenguas germánicas conocer y usar la voz en prensa, literatura y conversaciones informales, pero en general se usa en convivencia con otros términos patrimoniales. En inglés, nap; en alemán Mittagsschlaf; en sueco tupplur. Los países anglosajones asocian la siesta, en muchos casos, con la pereza o la enfermedad, pero está resurgiendo como práctica saludable, sobre todo con el auge en entornos laborales modernos de las ventajas de una cabezadita rápida que revitaliza y mejora la energía y el rendimiento. Más tiempo puede trastocar el reloj biológico natural y causar insomnio.

La práctica de la siesta no es tradicional ni culturalmente común en la mayoría de países eslavos. Por eso sus voces suelen ser descripciones funcionales o préstamos informales. La mayoría utilizan, faltos de palabra específica, una frase que se traduce como dormir por la tarde como el ruso поспать днём, el búlgaro следобедна дрямка, el polaco popołudniowa drzemka, el checo odpolední spánek, el eslovaco šlofík po obede, el esloveno popoldanski počitek, y el serbio-croata-bosnio popodnevni odmor.

En algunas lenguas indígenas de América se ha adoptado siesta, especialmente en contextos ambilingües o en préstamos de vocabulario cotidiano. En quechua y guaraní se puede oír en contextos urbanos, así como en náhuatl moderno, aunque existen formas propias.

La palabra patrimonial para siesta en chino mandarín es 午睡 wǔshuì, pero también utiliza el préstamo 西耶斯塔, xi ye si ta que puede aparecer en contextos culturales. La siesta en China se toma muy en serio. Es un derecho legal en empresas y escuelas. Resulta frecuente ver a empleados dormir sobre el escritorio después del almuerzo. Se considera un acto beneficioso para la salud y la productividad.

Tiene también vida en japonés y en coreano como préstamo del español vía inglés o directamente: シエスタ, shiesuta y 시에스타, siesta. Japón tiene una forma especial, el inemuri, 居 眠り, literalmente dormir mientras estás presente. Esa siestecilla es aceptada e incluso vista como señal de dedicación al trabajo. Por otra parte, quedarse dormido en el tren o incluso en la oficina es tenido como bueno porque se entiende que ese descanso es consecuencia de un trabajo intenso. También en tagalo, lengua de Filipinas, la voz siesta es herencia léxica y consuetudinaria del español y de los españoles.

La palabra قَ_ل ْول beة qaylūlah del árabe viene a significar descanso breve al mediodía. En la cultura islámica clásica era recomendada por Mahoma como parte de un ritmo de vida saludable. Suele realizarse después del salat al-ẓuhr, la oración del mediodía.

La siesta en China se toma muy en serio. Es un derecho legal en empresas y escuelas.

Para algunas regiones rurales de Senegal, Ghana y Nigeria, es común que la aldea se detenga para dormir o descansar porque la siesta no solo se asocia con el descanso físico, sino también con la armonía social.

Las expresiones utilizadas en las lenguas africanas suelen describir el acto de dormir en general, porque carecen de palabras específicas. En suajili, usingizi wa mchana, sueño de la tarde; en yoruba, sun oorun ọsan, dormir el sueño de la tarde; en amhárico, ቀትር እንቅልፍ qätär änk’läf, sueño corto; en igbo, uurọ ụtụtụ o ụra ehihie, sueño de la mañana o de la tarde.

Nuestro cuerpo está diseñado para dormir dos veces al día. Cronobiológicamente, los seres humanos tienen una caída natural de energía alrededor de las 2-3 de la tarde, incluso si han dormido bien. Ese bajón no es pereza, sino demanda biológica.

Foto: Fachada principal del local de Siesta & Go de Nuevos Ministerios. (Siesta & Go)

La siesta continúa su viaje silencioso, como un respiro merecido ya sea en un cortijo andaluz, en una tienda de Shanghái o bajo un árbol de la campiña mexicana. En empresas tecnológicas como Google se han instalado espacios para echar una cabezadita durante la jornada. En los países nórdicos, donde no existe una tradición formal, se promueven los power naps o siestas cortas que son descansos cortos, de entre 10 y 20 minutos, que pueden mejorar el rendimiento mental y la concentración.

En España la tendencia a echar la siesta es cada vez menor porque la jornada laboral moderna y el estilo de vida urbano están cambiando las costumbres. Según encuestas recientes, solo uno de cada cinco españoles echa regularmente la siesta.

Ludwig van Beethoven tenía como norma un descanso después de la comida del mediodía. Albert Einstein era conocido por sus siestas cortas como parte de su rutina. Dicen que se sentaba en su silla con una cuchara en la mano y un plato de metal debajo para que cuando se quedara dormido, la cuchara cayera y lo despertara. Cuentan que Winston Churchill, que aprendió a echar la siesta en Cuba, fue un cultivador entusiasta que instaló una cama en su despacho del Parlamento y por la noche dejaba atrás a sus colaboradores, ya rendidos, mientras él seguía descansado en horas avanzadas. Salvador Dalí la usaba como trampolín creativo. Se dormía con una llave en la mano, que al caer lo despertaba. Decía buscar así la inspiración artística. Gabriel García Márquez mencionó en entrevistas y obras que la siesta es parte fundamental del ritmo de vida del Caribe. El premio Nobel Camilo José Cela ensalzó la práctica. Sugería, con su original audacia, que se hiciera con pijama, padrenuestro y orinal.

Foto: En cualquier época del año. Descubre lo que la siesta puede hacer por tu bienestar

La gente agradece el descanso de la sexta hora y pocos ponen en duda el beneficio de la restauración mental, de la recuperación física, del aumento de la creatividad, de la mejora de la memoria y el aprendizaje y, sobre todo, de la reducción del estrés.

Rafael del Moral es sociolinguista experto en lenguas del mundo y autor de la 'Enciclopedia de las lenguas', 'Breve historia de las lenguas', 'Historia de las lenguas hispánicas' y' Las batallas de la eñe', así como de numerosos artículos en revistas especializadas.

La siesta no es exclusiva del universo latino, pero es voz muy conocida para designar el descanso del medio día. Puede parecer una costumbre nuestra, pero su historia es tan antigua como la civilización, y su influencia tan extensa que se ha adaptado a distantes culturas y estilos en partes del sur de Europa e Hispanoamérica, China, Taiwán, Japón, Filipinas, India, Oriente Medio y norte de África.

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