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El director del documental sobre Quino y Mafalda te explica por qué no morirán nunca
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estreno en cines el 19 de junio

El director del documental sobre Quino y Mafalda te explica por qué no morirán nunca

'Quinografía' recorre la vida de un artista extremadamente lúcido y sensible, quien supo crear un icono de la Argentina de los años 70 que todavía se mantiene vigente y actual

Foto: Quino en los setenta. (Getty/Universal Images Group/Marka)
Quino en los setenta. (Getty/Universal Images Group/Marka)
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"Quino tiene cuatro años y descubre lo que puede salir de un lápiz. A los 15, cuando queda huérfano, un lápiz azul le marca el destino. ¿Qué hace para vivir? Dibujar. ¿Qué otra cosa hace? Dibujar".

Si el camino de los genios estuviera marcado en las estrellas desde un principio, en lo referente a Joaquín Salvador Lavado (mejor conocido por todos como Quino, premio Príncipe de Asturias) no habría muchas dudas. Todos los que le trataron parecen coincidir en dos puntos: era un hombre introvertido hasta la médula y se pasaba el día dibujando de manera metódica. El artífice de Mafalda se solía quejar de que realmente no sabía dibujar, aunque se pasara con un lápiz en la mano toda su existencia. Ahora, los directores Mariano Donoso y Federico Cardone le hacen por fin justicia y este 19 de junio se estrena en cines Quinografía, el documental sobre su vida.

Como todos los documentales que se precien, Quinografía empieza por el final. En concreto, por el final de la vida de Quino, cuando en 2014, prácticamente ciego, volvió de nuevo a su Mendoza natal en Argentina (una ciudad cerca de Chile que él consideraba "hermosamente mediterránea") y concede la que parece su última entrevista (falleció en 2020). De esa última entrevista nos remontamos al principio de los tiempos, gracias a los testimonios de todos aquellos que conocieron y quisieron a Quino, para entender la mente de una de las figuras más importantes de Argentina.

"Quino es como Maradona, es como Borges", cuenta el director Mariano Donoso en entrevista con El Confidencial. "Esos personajes son tan famosos que uno piensa que jamás estará a la altura de hacerle un documental, pero todo se dio un poco por azar. Tras hablar con él en 2014 rescatamos esa entrevista y viajamos por los lugares donde vivió, completamos todo con la patria de Quino que son sus amistades y su familia".

"Quino es como Maradona, es como Borges. Es tan famoso en Argentina que crees que no estarás a la altura para hacerle un documental"

El documental se traslada por Argentina, Francia, Italia o España, pues no duda en recalcar la influencia que las raíces de nuestro país tuvieron en el propio Quino y su obra. Nacido en una familia republicana, desde pequeño le inocularon en la piel las cuestiones políticas. Se crio muy solo y no jugaba a la pelota, simplemente miraba a las hormigas. Perdió a sus padres extremadamente joven, uno de sus tíos dibujaba carteles de publicidad y aquello llamó poderosamente su atención. Como cualquier otro ser humano, estaba lleno de contradicciones: era ateo y anticlerical, pero se estudiaba la Biblia de cabo a rabo para descubrir en ella inexactitudes. Alicia, su mujer (fundamental en su vida y en su obra) ejercía el papel de protectora porque Quino era una persona muy vulnerable. Y Mafalda en concreto está muy inspirada en la segunda mujer de su abuelo: una andaluza bajita, comunista y de ojos vivaces y azules.

"Quino era una persona sumamente introvertida", señala a este periódico el artista musical Guillermo Lavado, sobrino del artista e inspiración para Guille, el hermano de Mafalda. "Estaba dedicado en un 200% a su trabajo. Su vida, vista desde fuera, podía parecer aburrida: se levantaba a media mañana, trabajaba hasta el mediodía, almorzaba y seguía trabajando hasta la noche. Después teníamos largas sobremesas y se iba con una copa de vino y un bloc a ver si surgía alguna idea. Era muy metódico, pero su vida no era rutinaria, cada día era distinto, aunque siempre dedicado a su trabajo. Como tantos que llegan a la excelencia: la excelencia no está en la inspiración, sino en el trabajo cotidiano que choca con la inspiración".

El siglo XX, en un cómic

De Mafalda decían en un principio que las ideas no estaban mal, pero que a los dibujos "les hacía falta mucha sopa". No obstante, la primera vez que salió al mercado se hicieron 5.000 ejemplares y se vendieron en pocos días. Después de Mafalda, el diluvio, porque realmente fue ella (y después los personajes que la acompañan: Felipe, Manolito, Susanita y los demás) la que hizo a Quino inmortal. Tiene algo extremadamente curioso, pues aunque habla de un momento muy determinado del mundo (la Argentina de los años 70), no parece envejecer nunca.

"Tiene la misma fuerza que hace 50 años", admite Mariano. "Y funciona en todas partes: de repente te llega un chico de Taiwán que también es fanático de Mafalda, aunque no comparta su contexto. Creo que Mafalda y la obra de Quino tienen universalidad, dada por su altura artística. Es como ver un cuadro de Goya en el Museo del Prado. Quino era un artista autodidacta, le costaba mucho dibujar. No era como Mozart, que volcaba una partitura perfecta. Quino probaba, borraba, hacía y deshacía, era más como Beethoven. La profundidad con que reflejó el siglo XX, la relación del hombre con el poder, está condensada de manera magistral en sus páginas. Y eso se mantiene como los clásicos. En el fondo te das cuenta de que aunque habla de los años 70 en Argentina, sigue hablando de problemas actuales, porque no han cambiado".

"Leer a Mafalda es como ver un cuadro de Goya, de ahí su universalidad. Reflejó con profundidad el siglo XX y la relación del hombre con el poder"

Es lógicamente una de las preguntas claves del documental, todo el mundo trata de entender qué tiene Mafalda para ser inmortal. Quino se consideraba a sí mismo "débil y frágil", y pensaba que la suya era la mirada del pisoteado, veía la realidad a través de los ojos del oprimido. También tenía una impresionante sensibilidad para entender el mundo que le rodeaba: sorprende en el documental cuando le preguntan, en su última entrevista allá por 2014, cuáles son los problemas que le preocupan. Extremadamente lúcido, Quino da una respuesta que podría ser actual: dice que le preocupa el conflicto de Ucrania y Rusia, Israel y Palestina o las elecciones de Estados Unidos.

"Cuando revisamos el material nos sorprendió mucho encontrar esa parte, se nos había olvidado que habíamos grabado algo así", señala Mariano. "Esa intuición o sensibilidad para leer el entorno que tenía Quino era increíble. La mayoría de artistas tienen esa antena cósmica abierta, siempre alerta, siempre dispuestos a captar algo que pueda ser interpretado. Eso lo entrenó toda su vida".

placeholder Portadas de Mafalda en China. (Cedida)
Portadas de Mafalda en China. (Cedida)

El director cree que Quino se proyectaba en todos sus personajes. "Está claro, él mismo lo dice. Felipe, por ejemplo, representaba su propia timidez: Quino era muy tímido con las mujeres y se identificaba mucho con Felipe, también por la pereza. Mafalda también tiene muchas características de Quino, sobre todo en sus ideas políticas. Refleja sus propias incertidumbres, no solo sus certezas. Es muy fácil pensar en Mafalda como una figura que lucha por la paz mundial o la igualdad, pero también hay una cierta duda sobre cómo se llega a ese ideal. Por ejemplo, su relación con la sopa es una metáfora perfecta de esa incertidumbre. La sopa, que en su casa le insisten en que debe comer, representa algo que los padres creen que es bueno para ella, aunque ella no lo disfrute. Esa es una de las contradicciones que Quino presenta en su obra: las certezas que nos imponen, aunque no siempre sean fáciles de aceptar".

"Pero hay algo más, y es muy interesante. Mafalda, como personaje, tiene una visión política muy clara, pero también hay algo que es mucho más profundo: la aceptación de la diferencia. Los personajes que la rodean son muy distintos entre sí, no solo en términos políticos, sino también en lo cultural y lo personal. Manolito, por ejemplo, es un personaje que parece muy diferente a Mafalda en términos de valores, pero aun así es su amigo. Y lo mismo pasa con Susanita, que también es un personaje con el que Mafalda no necesariamente se identifica, pero la acepta, la respeta y la defiende", señala.

"Lo que transmite Mafalda es la idea de que las diferencias deben ser aceptadas con naturalidad, con alegría y hasta con humor"

"Quino nos muestra que, a pesar de las diferencias, es posible convivir, entender y respetar a los demás. No se trata solo de tolerar a alguien, porque la tolerancia en sí misma tiene una connotación negativa, como si uno estuviera haciendo un favor al otro. Pero en Mafalda, lo que se transmite es la idea de que esas diferencias deben ser aceptadas con naturalidad, con alegría y hasta con humor. Es un mundo donde, a pesar de las discrepancias, los personajes siguen juntos, jugando, compartiendo, y respetando esas diferencias. Eso es lo que creo que hace que Mafalda, y en general la obra de Quino, siga siendo tan relevante. Porque no solo habla de un momento político específico, sino que nos plantea preguntas universales sobre la convivencia, la aceptación y la lucha por lo que creemos. Y esa es la clave de su éxito".

"Quino tiene cuatro años y descubre lo que puede salir de un lápiz. A los 15, cuando queda huérfano, un lápiz azul le marca el destino. ¿Qué hace para vivir? Dibujar. ¿Qué otra cosa hace? Dibujar".

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