'Tiburón': medio siglo de la película (y el libro) que nos inocularon el terror a los escualos
El filme, dirigido por un joven Steven Spielberg de 28 años, revolucionó el mundo del cine y cambió para siempre nuestra relación son esos animales, que sin embargo tratan de evitar a los humanos y casi nunca muerden
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Dos notas musicales, sólo dos, que sonaban con machacona insistencia cada vez que el monstruo se aproximaba, desatando inmediatamente el terror. Hablamos de Tiburón, la película dirigida por un joven de 28 años, entonces bastante desconocido, llamado Steven Spielberg, sobre un escualo gigante devorador de humanos. El filme, que el viernes cumple medio siglo de vida, revolucionó Hollywood, transformando para siempre la industria del séptimo arte y dejando una marca imborrable. Que levante la mano el que alguna vez, al bañarse en el mar, no haya sentido escalofríos al recordar a aquel gigantesco tiburón blanco.
La película se estrenó en Estados Unidos el 20 de junio de 1975. Basada en la novela de Peter Benchley, Tiburón fue la primera gran producción que se rodó en mar abierto, sobre todo en exteriores de Martha 's Vineyard, una isla de Massachusetts. Desde el principio se convirtió en una auténtica carrera de obstáculos. Para empezar, el tiburón mecánico —apodado Bruce por Bruce Ramer, el abogado de Spielberg—sufrió fallos constantes durante el rodaje, pero el cineasta aprovechó esas limitaciones para intensificar la tensión. El recurso de hacer ver al tiburón sólo parcialmente, o de no mostrarlo en absoluto, terminó siendo una de las mayores lecciones de suspense de la historia del cine.
Al no poder contar con el tiburón para muchas escenas, Spielberg recurrió al sonido para advertir de la presencia del escualo. Y ahí entró en juego la banda sonora compuesta por John Williams y cuyo tema principal —que alterna dos notas, mi y fa— se ha convertido en un clásico del suspense, al lograr crear una atmósfera angustiosa. “La música es muy simple, pero efectiva. Son solo dos notas, pero es el ritmo y la forma en que se usan lo que la hace tan poderosa”, asegura el compositor. Aquellas dos notas, de hecho, le valieron a Williams el Oscar a la mejor banda sonora. Tiburón también se llevó el Oscar al mejor montaje y a la mejor edición de sonido.
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El color también juega un papel importante en el filme. Spielberg decidió prohibir el uso del rojo en los decorados y en el vestuario de los personajes, lo que hizo que el azul sea el color predominante en Tiburón. El objetivo de Spielberg, obviamente, era reservar el rojo para la sangre, para hacer aún más impactantes las escenas en las que ataca el tiburón. Las únicas excepciones van siempre en esa dirección: hay por ejemplo un personaje (Alex Kintner) que viste en todo momento unos pantalones cortos de color rojo brillante, una señal que anticipa su violento final.
Protagonizada por Roy Scheider en el papel del jefe de la policía local Martin Brody, Richard Dreyfuss como el oceanógrafo Matt Hooper, Robert Shaw interpretando al cazador de tiburones Quint, Murray Hamilton dando vida al alcalde de la isla y Lorraine Gary haciendo de Ellen, la esposa del sheriff Brody, la película se convirtió rápidamente en todo un fenómeno cultural, y una de sus frases, la mítica “Vas a necesitar un barco más grande” que pronuncia el personaje de Martin Brody al ver lo enorme que es el tiburón, se hizo mundialmente famosa y entró a formar parte de la cultura popular, siendo repetida, recordada y parodiada en numerosas películas y series de televisión.
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El caso es que los propios responsables del filme dudaron en su momento de que pudiera llegar a tener éxito. “Pensamos que el público se podía echar a reír y, sin embargo, se pusieron a gritar”, ha admitido recientemente el diseñador de producción Joe Alves en referencia a la proyección de prueba que se hizo de la película antes de su estreno oficial.
"Fue horrible. Fue un rodaje horrible. Estaba tan estresado que pensé que nunca iba a terminar la película. No podía dormir, me sentía enfermo y, por supuesto, cada vez que las cosas iban mal, sentía que me estaba jugando mi carrera", declaraba Spielberg al New York Times en 1975, poco después del estreno de Tiburón. “Fue espantoso”, insistía en una entrevista el año pasado.
Y, sin embargo, el filme supuso un auténtico terremoto para la industria cinematográfica, marcó un antes y un después. “Tiburón cambió Hollywood”, en palabras de Jonathan Kuntz, historiador del cine y profesor en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Para empezar, la película dio al traste con el declive que registraba la asistencia a los cines desde la década de 1950 debido al auge de la televisión. Tiburón logró atraer a un público joven, estableciendo el verano como la temporada principal para los estrenos cinematográficos y marcando el inicio de la era del blockbuster moderno. El filme estableció nuevas estrategias de marketing y distribución que siguen vigentes hoy en día. Fue el primero en tener una distribución masiva, mientras que hasta entonces las películas se lanzaban en un número limitado de salas, principalmente en las grandes ciudades.
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Y qué decir del marketing: Universal invirtió dos millones de dólares en promocionar Tiburón, una cifra colosal para la época. La película, que partía con un presupuesto inicial de 4 millones de dólares, acabó costando nueve millones. Ingresó 480 millones de dólares a nivel global, marcando un récord que se mantendría hasta el estreno dos años después de La Guerra de las Galaxias. “Tiburón desató rápidamente el apetito por grandes ganancias; los estudios querían que todas sus películas fueran Tiburón”, tal y como ha señalado el historiador especializado en cine Peter Biskind.
“La película puso fin a cinco años de recesión en Hollywood, a la vez que marcó el comienzo de una era de thrillers de alto coste, alta tecnología y alta velocidad”, destaca Thomas Schatz, experto en cine y televisión americanos con varios libros en su haber.
Tiburón también fue precursora en temas ecológicos y económicos. La película se desarrolla en Amity, un pueblo costero de ficción que se ve aterrorizado por la presencia de un gran tiburón blanco que devora a los bañistas. Ante el peligro, el jefe de policía quiere cerrar las playas, pero el alcalde se opone, porque supondría un varapalo a la industria turística de la que vive el lugar. El filme denuncia la explotación excesiva de la naturaleza con el objetivo de ganar dinero y la arrogancia de los hombres, que se creen los dueños del mundo. Hasta que el tiburón, al igual que la ballena Moby Dick, les recuerda lo contrario.
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Para conmemorar el 50º aniversario de Tiburón, Spielberg ha grabado una introducción especial al filme, que se emitirá este viernes 20 a las 20:00 horas, coincidiendo con la fecha exacta del estreno original de la película en los cines de EEUU, en una transmisión especial de tres horas en la cadena de televisión estadounidense NBC Y en España la Editorial Planeta ha vuelto a sacar en tapa dura la novela en la que se basa la película, el libro
El libro Tiburón fue la primera novela escrita por Benchley, periodista y autor de varios discursos del presidente Lyndon Johnson. Se publicó en la primavera de 1974 y recibió críticas en general favorables. “Lean Tiburón, léanlo sin duda”, recomendó por ejemplo el crítico del New York Times. Poco después de publicarse, la novela entró en la lista de libros más vendidos del New York Times, donde permaneció durante 44 semanas. Y cuando salió la edición de bolsillo, se convirtió en un auténtico fenómeno editorial: ocupó durante meses el primer puesto en las listas de bestsellers de todo el mundo: Solo en Estados Unidos se vendieron más de nueve millones de ejemplares, 20 millones en todo el mundo.
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Benchley, que luego contribuyó a escribir el guion de la película, recuerda en el texto que escribió hace 20 años y que ahora acompaña a modo de prólogo a la reedición de su libro que todo lo que se cuenta en la novela es en cierto modo verdad. “Una y otra vez les aseguré sin dudarlo a los entrevistadores que hasta el último incidente relacionado con los tiburones que se describía en Tiburón (el libro, recordad, no la película) había pasado en realidad; no todos a la vez y no todos protagonizados por el mismo tiburón, pero sí a lo largo de los años y en algún mar del mundo. Y tenía razón; todos los episodios contados en el libro habían sucedido…, pero no por las razones que yo planteaba, ni tampoco con los resultados que yo imaginaba. Tardaría años en descubrir las verdades biológicas y conductuales de los tiburones en general y de los blancos en concreto. Una de las primeras lecciones que aprendí fue que los tiburones no solo no buscan y atacan a los humanos, sino que nos evitan siempre que pueden y casi nunca nos muerden”.
Demasiado tarde Benchley. Desde hace 50 años es imposible pensar en un tiburón sin sentir terror.
Dos notas musicales, sólo dos, que sonaban con machacona insistencia cada vez que el monstruo se aproximaba, desatando inmediatamente el terror. Hablamos de Tiburón, la película dirigida por un joven de 28 años, entonces bastante desconocido, llamado Steven Spielberg, sobre un escualo gigante devorador de humanos. El filme, que el viernes cumple medio siglo de vida, revolucionó Hollywood, transformando para siempre la industria del séptimo arte y dejando una marca imborrable. Que levante la mano el que alguna vez, al bañarse en el mar, no haya sentido escalofríos al recordar a aquel gigantesco tiburón blanco.