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¿Es más fácil publicar un libro si eres mujer? Estas editoras tienen algo que decir
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"EL MUNDO LITERARIO ES FEMENINO"

¿Es más fácil publicar un libro si eres mujer? Estas editoras tienen algo que decir

En los últimos años se ha repetido el cliché de que es más fácil que te publiquen si eres mujer (y joven). Las editoras, las autoras (y los datos) tienen otra opinión

Foto: La artista española Alica Martín ante su escultura "La cascada de libros". (EFE/Sáshenka Gutiérrez)
La artista española Alica Martín ante su escultura "La cascada de libros". (EFE/Sáshenka Gutiérrez)
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Hace un tiempo, la periodista Mara Mariño tomó una decisión que causó polémica en su círculo cercano: leer exclusivamente libros escritos por mujeres. Las razones detrás de su decisión llegaron cuando ella misma publicó su obra Todo lo que mi novio debe saber sobre feminismo, un libro, como su nombre indica, enfocado al público masculino.

"Me di cuenta de que solo me leían mujeres", explica a El Confidencial. "Todo el feedback que recibía era de chicas y aquello era bastante frustrante, aunque para mí fue muy importante que otras mujeres me leyeran, apoyaran cuando iba a firmar o dejaran reseñas de mi libro en Goodreads. Hablando con otras escritoras, me di cuenta de que, independientemente del tema, daba igual lo que escribiéramos porque muy pocos hombres estaban dispuestos a leer mujeres. Pensé entonces que la manera de apoyar a otras mujeres era apostar por el trabajo de otras autoras porque, spoiler, ellos no van a hacerlo".

El caso de Mariño hace años que dejó de ser excepcional. No solo por aquel vídeo viral en el que el futbolista Héctor Bellerín contaba que solo iba a leer a mujeres, sino porque ha sido algo habitual desde octubre de 2016, cuando nació el hashtag #LeoAutorasOct. Es una forma, entre otras cosas, de redescubrir el trabajo de autoras que no se enseñan en la escuela: en El canon occidental, de los 26 autores recomendados por Harold Bloom, cuatro son mujeres.

¿Es verdad aquello que se barrunta en algunos corrillos literarios de que hoy es más fácil ser publicada si eres mujer? En primer lugar, ellas leen más que los hombres, a todas las edades. La brecha se ha ampliado: según los datos de la Federación de Gremios de Editores de España, mientras los hábitos de lectura de los hombres se han estancado en los últimos años, los de las mujeres siguen creciendo: un 71,7% de mujeres leen en su tiempo libre frente a un 59% de hombres. En 2010, la diferencia porcentual era solo de nueve puntos: 61,6% frente a 52,3%. En quince años, hay un 10% más de lectoras (y un 6,3% más de varones lectores).

Este boom ha provocado que el número de autoras haya aumentado en el último lustro, de un 34,2% en 2018 a un 39,7% el pasado año. Aun así, frente al tópico que dice que hoy es más fácil que te publiquen si eres una mujer (Vox publicaba recientemente un artículo titulado “¿Qué fue de los jóvenes escritores varones y blancos?”), en España aún se publica más a los hombres, sobre todo en ciencias sociales y tiempo libre. Tan solo las mujeres publican más que los hombres en dos géneros: literatura infantil y libros de texto.

“Lo que todavía pesa es que hay una literatura de “buen gusto” y otra de segunda”, lamenta Mariño. “Y qué casualidad que la del buen gusto es siempre la de hombres elegidos por hombres. Hay libros, como la trilogía Empíreo, que son súper ventas, con millones de lectoras por todo el mundo, a las que no se da ningún valor, como pasó en su momento con la saga Crepúsculo. Y Rebeca Yarros tiene el récord de ser la autora cuyo libro de ciencia ficción se ha comprado más rápido desde que existen registros. No solo debemos leer a mujeres, sino reivindicar que sean reconocidas para romper con la idea de que la literatura de calidad es la que eligen los hombres, que son lectores en menor medida que nosotras”.

"Tenemos ahora por primera vez un año paritario: 22 hombres y 22 mujeres"

Uno de los motivos de esta aparente distorsión es la existencia de algunos canales promocionales donde las mujeres son muy visibles, como señalan algunas fuentes de la industria: en las revistas de moda o estilo de vida suele tener cabida la literatura, algo que no ocurre en las masculinas. Por ejemplo, es habitual que revistas como Vogue o Elle presenten listas de libros que suelen estar monopolizadas por mujeres. La clave tal vez se encuentre en que la editorial es una industria feminizada donde aún mandan los hombres.

Más escritoras... y editoras

Hay otro factor en la ecuación que muchas veces se suele pasar por alto: las editoras, que seleccionan, corrigen, asesoran y acompañan a los autores, a menudo de forma invisible, suelen ser mujeres. Desde los tiempos de Esther Tusquets, directora durante 40 años de Lumen, o Carmen Balcells, hasta nuestros días, con María Fasce en Alfaguara, Silvia Sesé en Anagrama, Ofelia Grande en Siruela o Elena Ramírez en Seix Barral. Detrás de todo gran éxito editorial, masculino o femenino, lo más probable es que haya una mujer.

Una de ellas es Roberta Gerhard, editora de Random House, que niega la tesis de que se publique a más hombres de mujeres. "Desde Random House, generalmente, solemos publicar más hombres que mujeres", responde. "Y, por fin, en 2026, cuya programación estamos cerrando ahora, tenemos por primera vez en muchísimo tiempo un año completamente paritario, con 22 hombres y mujeres publicando sus libros".

Aunque las mujeres lean más que los hombres, eso no influye en su criterio. “Tengo la suerte de estar en un sello literario donde lo que se premia y lo que se busca por encima de todo es la calidad literaria”, responde. “Si yo recibo un manuscrito, me da igual si es de un hombre o de una mujer mientras la historia me atrape y mientras que tenga talento”. Algunos autores que ha publicado en los últimos años han sido Emiliano Monge, Javier Zamora, Kevin Lambert, Laura Chivite, Javier Argüello, Sarah Bernstein, Thomas Korsgaard, Rodrigo Cortés, Gabriela Wiener o Pola Oloixarac.

Otra cuestión es que las mujeres lectoras sean más visibles y, con ello, las posibles escritoras a las que apoyan, como muestran fenómenos sociales alrededor de la literatura romántica o young adult. "El mundo de la literatura es muy femenino, el mundo editorial también, así como el de las redes donde se habla de literatura", concede. "He ido a muchísimos clubs de lectura, tanto en Madrid como en Barcelona, y en la grandísima mayoría, por no decirte en todos, solo hay mujeres, de todas las edades, pero mujeres: me he encontrado con tres hombres a lo largo de más de diez clubes de lectura que he hecho este año".

"Hacer listas de mujeres y hombres por separado puede ser contraproducente"

Leer es someterse a una voz

La escritora Marta Jiménez Serrano, autora de No todo el mundo (Sexto Piso), uno de los grandes éxitos de los últimos años, confiesa estar cansada de esa separación entre escritores y escritoras. "Estoy harta de ‘los temas femeninos y masculinos’, ‘las mujeres y la literatura’. Hay más mujeres que antes publicando, pero como en cualquier ámbito laboral. Y hay más lectoras que lectores, pero no es nada nuevo, ya lo decía Boccaccio en el Decameron", responde.

"Es natural que cuando las mujeres se incorporan a la escritura aparezcan temas o modos de mirar que interpelan más a otras mujeres, y por eso se revalorizan o generan ciertas corrientes, modas o tendencias, pero al final una mujer puede tener una escritura masculina y un hombre una femenina", expone. "Me encantaría que habláramos más de los textos en sí y no de las personas que los escriben, porque hay textos con mucha testosterona… y precisamente no los han escrito hombres".

"Si me preguntas si ahora es más fácil publicar en España siendo una escritora joven que un escritor joven… te diría que sí", apuntala Jiménez Serrano. "Pero eso no significa que se nos lea con seriedad ni que se nos trate con legitimidad. Seguimos estando, por decirlo de alguna manera, en “la mesa de los niños”. Leer un libro es someterse a una voz y el pacto de ficción es eso: creer lo que esa voz te dice. Y los hombres siguen teniendo más problemas para someterse a la voz de una mujer, más aún si es joven".

placeholder Vivian Gornick ha visitado recientemente España. (EFE/Sergio Pérez)
Vivian Gornick ha visitado recientemente España. (EFE/Sergio Pérez)

Pero tiene un último matiz: "De todas formas, también creo que algunas cosas que hacemos en torno a ese tema pueden ser contraproducentes. Hablar de mujeres, por un lado, y hombres por otro… esas 'listas' que se hacen solo de escritoras, por ejemplo, no sé hasta qué punto ayudan si lo que queremos es ser leídas de forma legítima y sin excepciones. Para mí, el ideal sería estar todos en la misma lista", concluye.

Los hombres mandan más manuscritos

La escritora Alba Carballal, autora de novelas como Bailaréis sobre mi tumba (Seix Barral) y editora y fundador de Plasson e Bartleboom, saca la calculadora ante la pregunta. “He contado los libros y me salen seis hombres y cinco mujeres, pero es casualidad, porque lo que intento es publicar libros que me conmueven”, responde. “Yo, por lo menos, como editora no he buscado activamente autoras mujeres”. Para 2026 también tiene firmados más hombres que mujeres.

Uno de los datos más interesantes que proporciona Carballal tiene que ver con el síndrome del impostor. Aunque la proporción de autores y autoras sea semejante en su editorial, la desproporción entre el número de manuscritos recibidos es "inmensa": alrededor de cinco de hombres por cada uno de una mujer. "El feedback que he recibido de las mujeres es el de mandarlo a una editorial y al no tener respuesta guardarlo en un cajón porque creen que no merece la pena, mientras que los hombres insisten hasta que les publican", explica.

"No conozco a demasiados directores editoriales hombres, es un sector copado por mujeres"

La proporción se está reequilibrando pero de forma natural, en su opinión, aunque "haya editoriales que puedan perseguir el boom de la literatura femenina". Pero el éxito literario es mucho más huidizo de lo que parece, y como recuerda Carballal, si imitas el modelo de la novela de moda, ya has llegado tarde porque la tendencia será otra en el momento en el que tu propuesta se publique: "El éxito tiene algo de mágico".

¿Otra editora en un mundo de editoras? ¿Por qué? "No conozco a tantos directores editoriales hombres, es un negocio muy copado por nombres femeninos", añade. Para la autora es algo natural, por el mayor interés por la literatura de las mujeres y las menores posibilidades de publicar, que tal vez llevó a muchas a que "si te interesaba la literatura como mujer, no pensabas en escribir porque era un mundo masculinizado, así que a lo mejor el movimiento más inteligente si querías estar en un lugar más destacado era editar: hemos estado en la sombra porque es lo que se nos ha permitido".

Las lectoras son más activistas

Noelia Olbés es jefa de prensa en Sexto Piso, editorial que edita a Jiménez Serrano, además de otras autoras como Brenda Navarro, Nell Leyshon, Valeria Luiselli, Vivian Gornick, Dahlia de la Cerda, Katie Kitamura, Rebecca Makkai, Jane Smiley o Tess Hadley. “No sé si a las escritoras les cuesta más llegar a ser las apuestas”, responde. “La realidad es que en los últimos años la mayoría de las apuestas de Sexto Piso han sido escritoras”.

Olbés conoce el mundo editorial a todos los niveles, y considera que esta supuesta facilidad es más bien “un ánimo de corrección de esa balanza que históricamente se ha inclinado hacia los hombres, tanto por parte de las lectoras como por parte de las editoriales”. No considera que sea más fácil publicar para una mujer. “Si se está publicando a más mujeres que antes, aunque los datos nos muestran que todavía son menos que los hombres, es porque las historias que están escribiendo son interesantes y tienen cabida en un panorama literario que actualmente es más variado que hace unas décadas en cuanto a género, procedencia o nivel socioeconómico de los lectores”, añade.

Las mujeres también son más activas, coincide. “Leen más y son mayoría asistiendo a eventos, presentaciones y clubs de lectura”, añade. “Son mayoría también en la conversación literaria digital”. Alrededor del 60% de las seguidoras de las redes de Sexto Piso son mujeres. “Todos tenemos en mente sellos editoriales que publican libros de influencers o presentadores de televisión por el público que ya tiene detrás”, concluye. “Sin embargo, en los sellos literarios sigue primando la calidad del libro y su adecuación al catálogo frente a cualquier otra cosa”.

"Solo editamos a mujeres"

Algunas pequeñas editoriales han apostado por una postura igualmente radical: editar exclusivamente libros escritos por mujeres. Es lo que decidió hace cinco años Inés Martínez, al frente de la Editorial Libero, cuyo catálogo está centrado mayoritariamente en poesía de mujeres latinoamericanas. “Aunque tenemos dos chicos en el catálogo”, aclara. “La editorial es una manera de reivindicación. Según los barómetros de lectura, la poesía debería tener más presencia, pero la sociedad de lectores españoles no apuesta por dar a conocer a escritoras latinoamericanas. Conozco más mujeres que leen, y también veo más mujeres en los talleres de lectura. Sin embargo, en premios literarios e instituciones como la Real Academia, la mayoría de premiados siguen siendo hombres, lo cual es inquietante”.

"Cuando hay mujeres al frente, es más probable que publiquen a otras mujeres"

Martínez coincide en que quizá se están publicando más mujeres porque, en la actualidad, hay más editoras que editores, especialmente en editoriales independientes. “Cuando hay mujeres al frente, es más probable que publiquen a otras mujeres para dar visibilidad a sus realidades y crear un espacio de compañerismo y respaldo”.

Algo similar opina Luis Abril, un hombre al frente de una editorial de mujeres (con M de Mujer). Él lo explica: “Mi padre era editor y, antes de esta, creé la editorial Libros Indie y la experiencia fue óptima. En su día mi madre tuvo un proyecto llamado con M de Mujeres que estaba dedicado a la concienciación, así que tomé el nombre porque siempre me gustó. El primer libro que publicamos estaba escrito por una policía municipal de Chamberí y contaba historias reales de mujeres que denunciaban violencia de género”.

A raíz de eso, comenzaron a recibir manuscritos similares y decidieron crear un proyecto de denuncia social. “Pero vimos que algunas editoriales usaban la ‘imagen de las mujeres con fachada de pobrecitas’, por lo que decidimos ampliar el enfoque: un proyecto con figuras femeninas dentro del panorama literario nacional, publicando a mujeres con memoria histórica o protagonistas femeninas. De hecho, yo soy el primer autor de la editorial”.

Hace un tiempo, la periodista Mara Mariño tomó una decisión que causó polémica en su círculo cercano: leer exclusivamente libros escritos por mujeres. Las razones detrás de su decisión llegaron cuando ella misma publicó su obra Todo lo que mi novio debe saber sobre feminismo, un libro, como su nombre indica, enfocado al público masculino.

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