Latin power: hay una industria cultural que arrasa en España pero no conoces
Cada vez hay más conciertos y exposiciones de artistas latinos emergentes. Eventos pequeños en salas de barrio o discotecas de nicho que no suelen copar titulares. Conviven con la oferta cultural española, pero no compiten con ella
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El teatro EDP de Gran Vía se llena de forma inesperada. Los organizadores del evento creían imposible que un comediante cubano vendiera 1.000 butacas el domingo en que se decidía La Liga con un juego entre el Real Madrid y el Barcelona. “Muchas gracias por estar aquí y recibirme en casa”, dice en cuanto sale al escenario Alexis Valdés, el monologuista del Club de la Comedia que ha movilizado al público de la capital, de Canarias, de Barcelona, de Mallorca…
A la salida y entrada del teatro no se escucha seseo en el murmullo de los asistentes, porque predominan los compatriotas del artista. Abundan los abrazos y la efusividad en lo que termina siendo un punto de encuentro para una diáspora que ha crecido más que nunca en España. Quizás eso explica que la actual sea la gira más grande realizada por Valdés en Europa durante la última década.
“Yo he notado que la llegada de migrantes se ha revertido muchísimo en la demanda de más oferta cultural latina”, explica a El Confidencial Yuro Leyva, CEO de Hummo Productions, la empresa que trajo a Valdés y organiza un sinfín de eventos en España, principalmente con artistas cubanos. “Nosotros no esperábamos tener un sold out en ese teatro después de un partido de fútbol que demanda tanta atención. Otras presentaciones, de artistas incluso menos reconocidos, siempre se llenan últimamente. A la empresa encargada de ese teatro le están funcionando muy bien los comediantes, venezolanos algunos”.
"Yo he notado que la llegada de migrantes se ha revertido muchísimo en la demanda de más oferta cultural latina"
En los casi 20 años que Leyva lleva radicado en Madrid nunca había tenido tanto trabajo. Lo que más organiza son conciertos para la comunidad latina de grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia. Aunque ha llegado a reunir 8.000 personas en una presentación de Gente de Zona, por ejemplo, su especialidad no son los grandes teatros o plazas. Contrata discotecas o pequeñas salas de concierto para un público menos masivo y más de nicho. España se paraliza para comprar entradas de Bad Bunny y Madrid colapsa para ver a Karol G, los “más duros”, pero las ministrellas latinas, las que celebran un par de millones de views como un Grammy, también tienen público aquí.
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De las 11 categorías que utiliza Ticketmaster para clasificar los conciertos, “Latin” es la segunda que más eventos reúne para los próximos meses en España. Solo la supera “Dance/Electrónica”, categoría que también incluye presentaciones de artistas latinos como Ozuna o Myke Towers.
“Hemos hecho cosas también para los peruanos o venezolanos, que aquí son muchos más que los cubanos y consumen un montón la salsa”, detalla Leyva y pone como ejemplo el gran número de peruanos que asistieron al concierto de la orquesta Havana D’ Primera del 11 de octubre de 2023 en la madrileña Plaza de la Remonta. Ese espacio de más de 11.000 metros cuadrados tuvo que ser cerrado por aforo y se convirtió en uno de los eventos más concurridos del Festival de la Hispanidad que organizan las autoridades locales.
Integración cultural a pulso o una “conquista” a la inversa
Fuentes de la Consejería de Cultura del Gobierno de Isabel Díaz-Ayuso declaran a este diario que no existen políticas oficiales que prioricen el arte latino: “No hacemos distinción entre artistas o públicos migrantes o no. Tratamos como madrileños hasta a los visitantes. Sí que hemos puesto en marcha el Festival de la Hispanidad para representar a todos los hispanohablantes, pero no tenemos una línea diferenciada de programación para gente que vino de fuera”.
El mencionado festival ha sido un éxito rotundo de público desde su primera edición en 2021 (más de 100.000 personas). En 2022, el número de asistentes se estimó en 220.000, en 2023 fueron 563.000 y en 2024 la cifra llegó a 630.000. Se trata de datos que se multiplican, pero no sorprenden, sobre todo si tenemos en cuenta que uno de cada siete habitantes de la Comunidad de Madrid nació en uno de los 18 países de América donde se habla español.
Los latinos cada vez cobran más protagonismo en los eventos que se organizan en Madrid. Artistas procedentes de Colombia, Uruguay, México, Bolivia, Argentina y Venezuela participaron el mes pasado en la 24ª edición del Festival Hispanoamericano del Siglo de Oro Clásicos en Alcalá de Henares. La nueva directora del Festival de Otoño, otro de los grandes eventos culturales locales (dedicado en 2025 a América y a los jóvenes), es mexicana. Su designación pretende “orientar la mirada de este certamen a la escena hispanoamericana”.
"He llegado a hacer 23 conciertos en un mes con un mismo artista"
Más allá de que pueda estar o no impulsado por las autoridades, el crecimiento de la oferta cultural hecha por y para migrantes en España se trata de un fenómeno orgánico que se fortalece por la demanda que existe. Leyva detecta que un reguetonero emergente encadena varios hits musicales seguidos, por ejemplo, y enseguida intenta traerlo para que gire en España: “Esos artistas son para cubanos básicamente, aunque hemos visto en el público más españoles y latinos de otros países últimamente. A veces, en una misma semana, tengo un concierto en Barcelona, otro en Valencia, en Madrid o fuera de España. He llegado a hacer 23 conciertos en un mes con un mismo artista”.
Demás está decir que estos artistas no viajan en jet privado ni tienen un equipo de asistentes detrás para que el aire entre mejor a sus pulmones. Lo normal es que terminen de cantar, duerman un par de horas y tomen un vuelo o un tren para llegar a la siguiente ciudad donde los espera el público que ha pagado una entrada de 20 euros. Por ahí anda el costo promedio de ese tipo de presentaciones.
Aparte de las grandes urbes, Islas Canarias es uno de los sitios donde más éxito tienen los eventos de Leyva. “Es impresionante lo rápido que se venden las entradas de los conciertos allí”, explica. “No sé si es porque ellos tienen más tiempo para salir de ocio. En el norte de España ya es más complicado. De hecho, se han cancelado hace poco un par de eventos que teníamos en Bilbao, aunque he llevado artistas a Gijón”. Los territorios donde más eventos produce Leyva coinciden con los que más migrantes acogen.
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Ni Leyva ni otros promotores consultados por este diario han recibido fondos o han sido contratados por gobiernos autonómicos para la realización de espectáculos. “Aquí, como en muchos otros lugares, funciona mucho el enchufe y lograr determinadas cosas depende con quién te relaciones”, detalla. “He tratado de hacer un concierto instrumental con ocho pianistas de élite, por ejemplo, y ninguna institución o ayuntamiento me lo ha aprobado porque no quieren invertir dinero en eso”.
Oscar Manrique, un curador de arte español radicado en Madrid, coincide en que el ascenso del arte latino está ocurriendo principalmente fuera de las instituciones, porque “no hay entidades que apoyen todo”, pero “sí se están generando proyectos híbridos y simbiosis que demuestran que hay cabida para todos fuera de las instituciones también”.
Solo el año pasado Leyva se benefició de unas subvenciones que le permitían pagar menos impuestos por los eventos que había producido. Lamenta que no se creen más incentivos para promover su trabajo, a pesar de que tributa “al intercambio y la integración cultural”.
La música y las artes plásticas encabezan la oferta
Manrique asegura que este aumento de la propuesta cultural de origen extranjero comienza a convivir de manera natural con el gremio y los productos artísticos españoles: “Nosotros no hemos puesto resistencia a esto que está pasando. Creo que ha habido una fusión bastante interesante entre lo que hacen unos y otros. No vemos a los latinos como una amenaza, todo lo contrario, resulta muy nutritivo intercambiar con ellos y tratamos de ayudar a los que vienen. Aquí hay espacio para todos. A Madrid, por ejemplo, le viene un gran momento como ciudad multicultural, algo que quizás tenía Barcelona diez años atrás”.
Hace poco Manrique trabajó con el Programa Acelerador para Artistas Latinoamericanos en Madrid, una iniciativa que apoya a los creadores recién llegados. En febrero tuvo una colaboración con la Embajada de Chile para trabajar con una artista de ese país. Ahora organiza la residencia de otro artista latino y en verano colaborará con una curadora venezolana.
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“El festival que estoy diseñando de arte latinoamericano con esa comisaria de arte venezolana implicará a muchas embajadas, al Ayuntamiento de Madrid, la Cámara de Comercio…”, explica el artista de 31 años. “Este proyecto que pretende llenar a la ciudad de arte latino se ha generado desde Carabanchel y no se podría dar si no hubiese una gran afluencia de público y una buena recepción. Carabanchel es un barrio con una gran masa de población latina, además de los artistas e instituciones que se están viniendo. Este barrio se está convirtiendo en el epicentro de todo esto y por eso estoy girando mucho mi trabajo hacia Latinoamérica. Creo que allí se están desarrollando las corrientes artísticas más potentes y a nivel técnico se están creando escuelas muy buenas. Como compartimos la lengua se facilita mucho el intercambio cultural”.
"Vienen artistas de Colombia, Ecuador, Puerto Rico, Dominicana para hacer conciertos"
Para ofrecer un espacio físico a los artistas, Manrique administra su propio local en Carabanchel, surgido de una colaboración con una galería peruana. Lleva diez años en el sector y lamenta que antes no fuese tan fuerte esta presencia de arte latinoamericano en España. “Ahora está en boga todo el tema del colonialismo”, explica. “Nuestro pabellón en la última Bienal de Venecia estaba dedicado justamente a los discursos poscoloniales que se están generando ahora”.
Sandra Gamarra, la artista peruana elegida para representar a España en la mencionada bienal, declaró en ese momento a El Confidencial que en el Museo Nacional del Prado faltaba más arte americano. En espacios españoles más efímeros como las tarimas o los estudios de grabación, ya se redime la ausencia de arte hispanoamericano. El Mundo publicó en agosto de 2024 un reportaje sobre las disqueras latinas que se habían instalado en España durante los últimos años.
Carlos H. Vázquez, periodista especializado en temas musicales, considera que “es interesante” lo que está sucediendo: “Ahora te encuentras carteles, no solo de fiestas temáticas en discotecas latinas, sino que vienen artistas de Colombia, Ecuador, Puerto Rico, República Dominicana para hacer conciertos. Creo que es una manera de que la gente que está aquí, que ha emigrado de otros países, sobre todo de Latinoamérica, se encuentre un poco en casa”.
"En los últimos años se ha hecho más presente la migración en la cultura española"
El contexto propiciado por lo que algunos medios denominan como “latin power” beneficia incluso a migrantes que se habían alejado del arte y decidieron retomar sus carreras. Tal es el caso de 95 Christ (Christian Iribar), un joven que ha estrenado hace poco una canción dedicada a la capital, la ciudad que volvió a inspirarlo: “Estuve tres años en Bilbao y llevo tres en Madrid. Desde que llegué noté la multiculturalidad, pero en los últimos años se ha hecho más presente la migración en la cultura española. Sobre todo porque la gente de aquí se ha acoplado y consume mucho la música de nuestros países. Esos cambios en el mercado me abren oportunidades para poder intentarlo otra vez”.
Iribar trata de enfocar su música a un público heterogéneo, tanto español como latino. Suele acompañar a sus compatriotas cubanos “más rankeados” en los conciertos que logran organizar y eso le da la posibilidad de presentarse como artista y de hacer contactos. “Madrid para mí es el sitio ideal para vivir y crear ahora mismo”, explica. “Como es tan cosmopolita, tiene mucho que ofrecernos, igual que España en general. La mayoría de mis oyentes no son cubanos, sino españoles”.
Para Vázquez, es fundamental que los jóvenes talentos puedan abrirse camino acá: “Uno que viene a hacer bachata, por ejemplo, pero no es tan conocido como puede ser Juan Luis Guerra, logra llenar salas pequeñas o discotecas. Creo que está muy bien como oferta cultural para los migrantes, y sobre todo es una manera de integrarlos en nuestra cultura de ocio. Los artistas españoles no ven problemas con esto, sino todo lo contrario, lo ven muy bien. Los músicos españoles no compiten con una discoteca latina, por horarios, por estilo o por público”.
“Por Madrid, por Madrid sin ti / Baby me da cosa no volver a verte / Mucho ruido haces en mi mente / Miro el lago de El Retiro y tu reflejo está presente…”, canta Iribar en “Por Madrid”.
El teatro EDP de Gran Vía se llena de forma inesperada. Los organizadores del evento creían imposible que un comediante cubano vendiera 1.000 butacas el domingo en que se decidía La Liga con un juego entre el Real Madrid y el Barcelona. “Muchas gracias por estar aquí y recibirme en casa”, dice en cuanto sale al escenario Alexis Valdés, el monologuista del Club de la Comedia que ha movilizado al público de la capital, de Canarias, de Barcelona, de Mallorca…