Trobades de Menorca: repensar el mundo a través de Albert Camus

"Frente a la explosión de los extremismos, la banalización del odio y la mentira, la propagación de los genocidios y las emergencias de las catástrofes climáticas, no podemos cerrar los ojos”, asegura Sandra Maunac, directora de las Trobades & Premis Mediterranis Albert Camus.

No le falta razón, y por eso, entre el 9 y 11 de este mes de mayo, vuelve un año más a Sant Lluís (Menorca) el que sin duda es el homenaje anual más pulcro, humilde y sincero del mundo de la cultura para mantener viva la memoria del escritor franco-argelino. Su abuela fue Catalina María Cardona Fedelich, una payesa que tuvo que buscar lejos de su Sant Lluís natal un lugar donde poder superar el hambre y la pobreza. Es en este ambiente en el que se forja la idea civilizatoria del autor de El extranjero o El primer hombre.

El mundo ha cambiado mucho desde entonces, pero no tanto como para olvidar lo que le preocupaba a Camus, identificar las crueldades y denunciarlas, aunque en este tiempo se subiría por las paredes ante otras maneras de inhumanidad más sutiles que tienen que ver con la mentira. O con la verdad, como se prefiera. Pero no desde el derrotismo, sino desde la ilusión racional del hombre en su sentido más humano.

"Mientras la verdad sea aceptada en lo que es y tal como es, aunque sea solo por un ser", sostenía Albert Camus, "habrá un lugar para la esperanza". Al escritor franco-argelino no le preocupaba, en realidad, la verdad, sino su contrapunto: la mentira. Especialmente, mientras escribía para Combat, durante los años de ocupación nazi, en aquel París pisoteado por las tropas de Hitler. “Al término de estas tinieblas es inevitable, sin embargo, una luz que adivinamos ya y que solo tenemos que luchar para que sea”.

Por Sant Lluís pasarán, entre otros, la escritora y periodista Leila Guerriero, el dúo catalán Tarta Relena o Edwy Plenel, ex director de 'Le Monde'

Han pasado 80 años de aquella pesadilla (el verdadero Día de la Liberación es hoy mismo y no el de los aranceles) y, como se ve, siempre hay una oportunidad para repensar el mundo, como dice el eslogan de las Trobades. O en palabras de Sandra Maunac, “deseamos pensar y activar la cultura como ese espacio que nos ofrece la posibilidad de inventar nuevos mundos, pero esta vez a través de la capacidad para maravillarnos”. Maravillarnos, esa es la palabra en su sentido más exacto: deslumbrar, causar admiración.

Por Sant Lluís pasarán estos días la escritora y periodista argentina Leila Guerriero; el dúo catalán Tarta Relena, puro sabor mediterráneo; el ensayista francés Edwy Plenel, exdirector de redacción de Le Monde; Agnès Spiquel, profesora emérita de literatura francesa; la artista digital Moritz Neumüller; o Mohamed Mahdy, narrador visual cuyo trabajo se centra en documentar comunidades ocultas y frecuentemente invisibilizadas en Egipto que están amenazadas con desaparecer. En definitiva, un elenco multidisciplinar para observar desde diferentes ángulos no solo la obra de Camus, sino su mundo, que es lo mismo que decir su patria mediterránea. Al fin y al cabo, como definió Jean Daniel a Camus, el escritor francoargelino no era otra cosa que “el mediterráneo total”.