La memoria de África está escrita en sus telas y la ropa que te pones podría acabar con ella
Más allá de la vestimenta y la moda, la mayoría de los tejidos tradicionales africanos tienen una función comunicativa y social por sus significados, aunque podrían caer en el olvido
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F99e%2F409%2Fde7%2F99e409de7f42e8c9c5d48fc6d328f712.jpg)
Pensar en la cultura africana es pensar en ropa llamativa, con colores vivos, estampados geométricos y florales. Pero detrás de esas formas y tejidos, hay algo mucho más importante: su historia, afincada en la memoria de sus gentes. Sin embargo, su legado podría estar en riesgo de desaparecer, y la razón podría estar en tu armario.
Más allá de la vestimenta y la moda, la mayoría de los tejidos tradicionales africanos tienen una función comunicativa y social, y su significado varía según el país, la etnia o la comunidad. “Suponen un lenguaje”, asegura Tida, una senegalesa que vive en El Escorial (Madrid), donde tiene su tienda de ropa. Algo en lo que coincide Becha Sita, que desde su tienda en Alcorcón añade que se trata de la identidad cultural del continente.
Sus significados pueden ir desde reivindicar una nación, a un grupo social, la exclusividad, la democracia, el estado de ánimo o el respeto a los demás. Pero también depende de para qué se usen, ya que mientras que algunas se usan a diario, otras están destinadas a ocasiones especiales como bodas o funerales.
A pesar de que el más conocido es el tejido wax, que simboliza discreción o modestia, y fue extendido por el continente gracias a soldados africanos reclutados por Holanda para trabajar en Indonesia, hay muchos otros. Por ejemplo, el kanga, de África Oriental, que se utiliza para hacer pañuelos de llamativos colores con alguna frase, convirtiéndose en una forma de comunicar; o el kente, en Ghana, que simboliza liderazgo, fortaleza o protección y tradicionalmente estaba relacionado con la realeza de los pueblos Ashanti por su alto coste.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F201%2F461%2F7d5%2F2014617d59738b6dd188162feb088276.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F201%2F461%2F7d5%2F2014617d59738b6dd188162feb088276.jpg)
También está el bogolan, cuyo origen es bambara (“hecho con arcilla”) e históricamente se trabajaba en Mali. Lo usan quienes soportan pérdidas de sangre, como las mujeres para protegerse en sus partos o menstruaciones o los cazadores para escudarse de la energía que puede desprender el animal muerto. De hecho, sus dibujos también varían: una cruz refleja “el cruce de caminos entre la selva y la aldea, dando lugar al temor y respeto” o las formas de zigzag, que se traducen como “el que toma el mal camino”.
Todos ellos tienen un mensaje implícito que ayuda a mantener viva la memoria histórica y la cultura de un pueblo. "La importancia y mensajes de los tejidos nos lo han ido enseñando otras generaciones, por eso yo ahora sé un poco sobre algunos de ellos", dice Gloria, una joven ghanesa, en conversación telefónica.
No obstante, con la colonización, las potencias europeas impusieron sus propios estilos, gustos y modas. “Se impuso un modelo totalmente occidental, haciendo que desapareciera nuestra industria textil, nuestros tejidos, diversidad y autenticidad”, explica Tida.
Esta influencia europea se expandió a todos los espacios, como la educación, las formas de gobernanza o la arquitectura, y ha llegado hasta hoy. “En Congo quieren ser y vestir como los blancos, porque es lo que nos han enseñado desde pequeños, que eso es lo bueno, el ejemplo a seguir”, puntualiza Becha.
"Quieren ser y vestir como los blancos, porque es lo que nos han enseñado desde pequeños, que eso es lo bueno, el ejemplo a seguir"
Fruto de ese pensamiento arraigado, con la globalización y las nuevas tecnologías que permiten que el mundo esté interconectado, cada vez se ve a más gente en África siguiendo la moda occidental, que se ha apoderado de los mercados de segunda mano.
Los mercados de segunda mano que asolan África
Zara, Louis Vuitton, Levi’s… son solo algunas de las conocidas marcas de ropa que te puedes encontrar en los puestos del bullicioso mercado de Kantamanto, en Accra, la capital de Ghana. Se trata de uno de los mayores centros de compraventa de ropa de segunda mano del mundo, y probablemente el destino de esos vaqueros que tiraste hace meses a un contenedor de ropa para que tuviera una nueva vida.
En los últimos años, ha aumentado exponencialmente el consumo de ropa por el auge de tiendas online conocidas por su bajo coste, y, a su vez, también ha crecido la cantidad de ropa que se desecha y se lleva a contenedores de ropa de segunda mano. Una investigación de Greenpeace España en 2024 comprobó que gran parte de esas prendas acababan en África y Asia.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Feb7%2F108%2F53a%2Feb710853aeaab20f8abb22c6ae8e6a32.jpg)
Entre vaqueros, camisas y vestidos de marcas occidentales, es inevitable hacerse una pregunta: ¿dónde está la ropa tradicional africana? ¿Dónde está su identidad?
Paseando por las callejuelas del mercado, cuesta ver alguna de esas reconocibles prendas, aunque se pueden ver más en los pueblos y en personas más mayores. Según explica Tida, las mujeres de mediana edad son las que más usan los tejidos africanos, aunque con un corte más funcional. “Se ha adaptado a la modernidad y a los nuevos tiempos”, apunta. Sin embargo, son los jóvenes los que más se dejan llevar por lo occidental, aunque apunta que esto también se debe a una cuestión de practicidad y comodidad, de ahí la importancia de adaptarlo. Gloria añade también el factor económico: "Te sale mucho más barato vestir con ropa europea que africana, por eso yo prefiero reservarla para ocasiones especiales".
Pero más allá de lo estético, hay una cuestión que preocupa aún más, y es el coste medioambiental que supone la moda rápida, como la emisión de gases de efecto invernadero, la contaminación del agua o la basura: "Ha influido mucho, ha hecho mucho daño. No solo a nivel estético, sino sobre todo a nivel medioambiental, por todo el daño que hace con los contenedores enormes, al final genera muchísima basura”, explican Laura y Maica de la Carrera, dos hermanas madrileñas que fundaron la galería de Mamah África, una tienda en Navacerrada que recoge la esencia del continente a través de complementos, tejidos, decoración, moda y exposiciones.
"La moda rápida ha influido mucho, ha hecho mucho daño. No solo a nivel estético, sino sobre todo a nivel medioambiental"
Todo empezó cuando su hermano se fue a vivir a Dakar y traía telas a Maica, que estudiaba diseño de moda. Con ellas empezó a crear modelos que fusionaban la moda occidental y africana. “Ahora seguimos investigando sobre las telas, vamos a los países de origen y nos reunimos con diseñadores, tejedoras… y luego las importamos”, cuentan. De hecho, impulsaron la exposición 'El lenguaje de las telas en África Occidental', llevándola al Museo de Antropología de España o a Nigeria.
Por su parte, Tida ha optado por lo que llama “mestizaje cultural”, ya que sus creaciones se caracterizan por utilizar telas africanas con diseños más contemporáneos y occidentales. Mientras, Becha, que creó su marca Besha wear en 2013, admite que cuando empezó quería hacer lo mismo, una combinación, pero pronto se dio cuenta de que la gente quería autenticidad.
La simbiosis perfecta: un poco de África en Madrid
Con su cara y su cruz, la globalización ha supuesto un arma de doble filo para la cultura africana. Si bien es cierto que ha hecho que se extienda la moda europea en el continente, también ha ocasionado lo que Tida denomina como “el despertar”. Y es que muchas veces es la propia distancia la que ayuda a reconectar con tus raíces. “Hay más sensibilización para reescribir nuestra historia. Porque hasta ahora no hemos sido nosotros, la han contado los demás. Ahora, las personas afrodescendientes desde la diáspora, sobre todo, están intentando cambiar esas lecturas”, dice.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F2cc%2F253%2F258%2F2cc2532585c2486cf9c300a122aa67f8.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F2cc%2F253%2F258%2F2cc2532585c2486cf9c300a122aa67f8.jpg)
Desde Mamah Africa precisan que hay una necesidad de recuperar las tradiciones “como símbolo de permanencia y de comunidad”, y eso se ve reflejado tanto en la diáspora como en los artesanos y diseñadores locales, que cada vez ponen más en valor su cultura. Desde Espacio Afro, en Madrid, también siguen esta estela a través de actividades como el Mercado Afro, "un punto de encuentro para charlar y acercarse a los productos y servicios de la comunidad negra, africana y afrodescendiente", tal y como recogen en su web.
Tanto en la tienda de Tida como en la de Becha la mayoría de los clientes son españoles y amantes de África. “Realizamos una labor de difusión, visibilización y sensibilización de la cultura africana, y a través de la ropa y los tejidos podemos contar nuestra historia”, aseguran a El Confidencial.
Algo en lo que coinciden las cuatro mujeres es que hay interés por la cultura africana, y está en nuestras manos (y en nuestros armarios), que su memoria no caiga en el olvido.
Pensar en la cultura africana es pensar en ropa llamativa, con colores vivos, estampados geométricos y florales. Pero detrás de esas formas y tejidos, hay algo mucho más importante: su historia, afincada en la memoria de sus gentes. Sin embargo, su legado podría estar en riesgo de desaparecer, y la razón podría estar en tu armario.