Es noticia
"No me llame señora". Contra las comisiones de investigación
  1. Cultura
Juan Soto Ivars

Por

"No me llame señora". Contra las comisiones de investigación

Todo hacía prever el lunes pasado una mañana más de dispendio de recursos públicos, cuando la diputada Pilar Vallugera rompió la baraja con la reacción más ridícula y petulante que he visto

Foto: Cristóbal Montoro en la comisión de investigación de la 'Operación Cataluña'. (EP)
Cristóbal Montoro en la comisión de investigación de la 'Operación Cataluña'. (EP)
EC EXCLUSIVO

Cristóbal Montoro, exministro de Hacienda, comparecía esta semana en la comisión de investigación del Congreso por la “Operación Cataluña”. Como suele pasar en estos espectáculos, los diputados interrogadores se mostraban severos y tajantes, subían a redes sociales sus preguntas capciosas, y los comparecientes se choteaban de ellos porque saben que no se juegan nada.

Cuando miembros de un partido político reciben la citación de otro partido político, la comisión va a ser un rifirrafe tan estéril como el que se da en las sesiones ordinarias del Congreso, el Senado o cualquiera de las cámaras.

Todo hacía prever el lunes pasado una mañana más de dispendio de recursos públicos para lucimiento de los partidos, cuando la diputada Pilar Vallugera (ERC) rompió la baraja con la reacción más ridícula y petulante que jamás he visto. Después de hacer sus preguntas acusadoras, Montoro empezó a responder:

-Señora…

Pero no le dio tiempo a decir más. Vallugera se puso como una hidra. “¡No me llame señora!” Dijo que quería que Montoro se dirigiera a ella como “señoría” o “diputada”. Montoro estaba estupefacto. ¿Señora es ofensivo? Sí, señora era muy ofensivo. No le gustaba a Vallugera, que tenía la gestualidad de un Mussolini con rizos y ojeras, que Montoro hubiera dicho “señora” con ese “tono”.

Montoro dijo que no entendía nada y Vallugera le contestó que sería por la edad. ¡Eso es respeto! Luego ya quité el vídeo. Había visto suficiente. La actitud autoritaria y disparatada de Vallugera me pareció valiosa de ver. Es el mejor resumen, no de esta comisión en concreto, sino de todas ellas.

No le gustaba a Vallugera, que tenía la gestualidad de un Mussolini con rizos y ojeras, que Montoro hubiera dicho "señora" con ese "tono"

Ahora mismo hay activas varias comisiones de investigación en las cámaras españolas. En el Senado, está el PP luciéndose con su comisión sobre el caso Koldo, y en el Congreso están los indepes pasándolo en grande con la “operación Cataluña”. No me cabe duda de que el caso Koldo y la operación Cataluña son asuntos importantes. Pero hay que ver las cosas que se dicen.

¿Para qué tenemos un poder judicial? Para que luego los políticos se indulten entre ellos cuando se les condena tras investigaciones que sí son trascendentes. Las comisiones no son más que los juicios sumarísimos fingidos y sin consecuencias. Caprichos de los partidos, simulacros de investigación. Tenían tal vez un sentido en la mente de los ingenuos padres del sistema. Basándose en la honradez y honestidad de los servidores públicos, las comisiones arrojarían luz sobre muy diversas cuestiones: una expresión más de la soberanía popular expresada en las cámaras.

Pero los partidos políticos convierten en manipulación todo lo que tocan. Tirando de la reacción iracunda de Vallugera, pienso que esas comisiones son hoy la expresión más pura del autoritarismo de los partidos políticos. El momento en que mejor pueden canalizar su deseo de “ordeno y mando”. Aunque todo es opereta, en España es delito no presentarse a la farsa si un partido te cita.

Bueno, te cita el Congreso, la cámara, la "democracia". Ok, pero ya sabemos de qué estamos hablando.

¿Para qué tenemos un poder judicial? Para que luego los políticos se indulten entre ellos cuando se les condena

Esta obligatoriedad, que los diputados aprovechan después para hacerse pasar por Berias, me parece un ultraje. Pregunté a una abogada y me dijo que, si en cualquier momento te citan, tienes que ir por narices o te juegas una buena multa. Es decir: estamos obligados a prestarnos al juego de comisarios de los diputados. Allí te faltan al respeto, te acusan y te leen la cartilla. Y lo estás pagando tú.

Esto tiene particular enjundia cuando el citado no es miembro de ningún partido político, aunque se haya acostado con él. Jésica, la de Ábalos, tenía que comparecer el lunes en el Senado y tuvo que pedir un justificante médico para no ir, pero volverán a citarla. Nadie puede escapar del deseo de lucimiento.

No me cabe duda de que lo que pueda decir Jésica sobre Ábalos y el PSOE afecta al interés público. Pero para eso están los tribunales de justicia, donde todo ciudadano está obligado a comparecer si se le cita como testigo, y a decir la verdad, y de donde salen sentencias trascendentales. Los diputados no son jueces, ni tienen autoridad moral para obligar a nadie a comparecer a sus espectáculos.

*Si no ves correctamente el módulo de suscripción, haz clic aquí

Yo, como periodista, no puedo obligar a comparecer a Pedro Sánchez ni a Alberto Núñez Feijóo por más que mi trabajo pueda enmarcarse en una investigación. Los políticos pueden mandarte al cuerno si les solicitas una entrevista, y eligen dónde van según las filias de los entrevistadores. Mienten, esquivan y ocultan, pero basta que les dé por montar uno de estos circos para que tú tengas que ir a decir la verdad, sin posibilidad de plantón y bajo amenaza de multa.

Los mentirosos obligándote a decir la verdad en una opereta diseñada con fines de propaganda. Y lanzando sus preguntas capciosas con el tonito de Vallugera, sin ir más lejos. Es que te tienes que reír.

Cristóbal Montoro, exministro de Hacienda, comparecía esta semana en la comisión de investigación del Congreso por la “Operación Cataluña”. Como suele pasar en estos espectáculos, los diputados interrogadores se mostraban severos y tajantes, subían a redes sociales sus preguntas capciosas, y los comparecientes se choteaban de ellos porque saben que no se juegan nada.

Congreso de los Diputados Senado Cristóbal Montoro Trinchera Cultural
El redactor recomienda