El libro de mil páginas que 10 años después sigue siendo 'bestseller' gracias a Dua Lipa y TikTok

Un simple vistazo a la web de la editorial Lumen lo confirma: sigue siendo el libro más vendido del mes. No solo eso, fue inspiración de un desfile de Valentino. También "uno de los primeros libros con los que lloré abiertamente. Se queda contigo para siempre, es implacablemente triste" afirmó la cantante Dua Lipa, ávida lectora, que suele recomendar novelas en sus redes sociales y quedó hechizada con su encanto. La gente se tatúa los nombres de los personajes. Se ha lanzado un audiolibro narrado por Matt Boomer. Dior lo ha incluido en su club de lectura, y la actriz Rosamund Pike (embajadora del mismo) lo ha calificado como "una de las novelas más devastadoras que he leído". El efecto que causa lo prueba un vídeo de una chica que se hizo viral hace unos meses: su hermana la graba en un tren mientras ella lee las últimas páginas y se pone a llorar a mares cuando al fin lo termina.

Pocas veces un libro de 1.000 páginas que habla sobre eventos particularmente traumáticos y desagradables consigue convertirse en un fenómeno pop, pero esta es la historia de Tan poca vida, de la escritora y periodista Hanya Yanagihara. ¿Cuál es su secreto? ¿Es una novela sobresaliente o una gran estrategia de marketing?

Fantasía y perversión sobre el dolor masculino

Han pasado diez años y todavía es complejo entender lo que provocó (y continúa provocando) la increíblemente monumental novela Tan poca vida (Lumen, 2016). La historia de casi mil páginas sigue, al menos en un principio, la vida de cuatro amigos que viven en Nueva York: JB, Malcolm, Willem y Jude, sus vidas, amoríos y éxitos (o fracasos) laborales en una ciudad que, aparentemente, acoge a todo el mundo, independientemente de su pasado o procedencia. Pero la temática pronto acota y se centra en Jude, el personaje más misterioso de los cuatro, recorriendo los traumáticos eventos de su infancia, plagados de violencia sexual, y cómo estos han afectado en su vida adulta.

Desde su publicación en Estados Unidos, el libro se convirtió en un auténtico fenómeno digno de estudio: fue finalista del Man Booker Prize y del National Book Award. Periódicos como The Washington Post, The Wall Street Journal o The Guardian se postraron ante Yanagihara asegurando que era "la mejor novela del año en Estados Unidos". "Me encanta la enfermedad", explicaba la escritora (de procedencia japonesa, hawaiana y coreana por parte de madre) en una entrevista con The Guardian. "Lo duro que lucha el cuerpo por sobrevivir". Porque lo que fascina especialmente a los fans acérrimos de la novela (los que se tatúan los nombres de los personajes y siguen la playlist que la propia autora ha creado en Spotify) es el dolor. Jude sufre física y psicológicamente, su vulnerabilidad y fragilidad componen el retrato de un hombre destruido que, sin embargo, lucha por sobrevivir, y que ha marcado un canon (la novela Mañana, y mañana y mañana, otro bestseller increíblemente popular, de Gabrielle Zavin, construye en Sam un arquetipo de personaje muy parecido a Jude, —frágil, con traumas y heridas del pasado, depresivo, con miedo sexual—).

El otro pilar fundamental de la novela es, por supuesto, la amistad, el vínculo platónico y el amor profundo entre hombres —en este caso, la relación entre Willem y Jude, algo así como una "familia no elegida"—. Se la ha llamado una novela de "sufrimiento queer", pues Yanahigara suele tocar esta temática, aunque paradójicamente los críticos no se ponen todavía de acuerdo en si se trata de una novela gay o no. Solo uno de los personajes se califica como homosexual, y la sexualidad del resto es bastante ambigua, lo que no quita que en más de una ocasión se la ha incluido en las listas de mejor ficción LGTBIQ+, pese a la controversia en torno a él por la manera morbosa en la que retrata al colectivo.

Pero, más increíble que el fenómeno en sí, es el hecho de que una década después de su publicación —y en un mundo donde los productos parecen de usar y tirar—, todavía se mantenga como líder de ventas. Eche un vistazo en su librería de confianza, seguro que encuentra un ejemplar colocado entre los más vendidos.

Según nos cuentan desde la editorial Lumen, tan solo en español (es decir, España y Latinoamérica) llevan más de 220 mil ejemplares vendidos y 26 ediciones. Las 375.000 palabras que conforman la novela fueron escritas a lo largo de dieciocho meses en lo que su responsable ha calificado de "estado febril" y por defecto de noche, pues las escribía tras regresar a casa del trabajo. El editor de Yanagihara le aconsejó que aligerara los tormentos por los que tiene que pasar el personaje de Jude, pero ella se negó tajantemente.

Provoca un curioso efecto de cinco estrellas: los lectores no quieren calificarla tan bien, pero lo hacen por el impacto emocional que provoca

Por supuesto, las redes sociales están detrás del renacimiento del fenómeno. La novela tiene mucha presencia en redes sociales y la cuenta de Instagram @littlelifebook (con más de 65 mil seguidores) sigue publicando varias veces por semana, compartiendo con frecuencia obras de arte, fotografías y tatuajes de los fans relacionados con la novela. En 2020, el investigador Joseph Worthen realizó un estudio sobre la recepción de la novela en Goodreads y llegó a la conclusión de que tiene algo único porque consigue producir algo así como un "fenómeno de cinco estrellas". Esto es: los lectores no quieren calificar el libro tan alto, pero se sienten obligados a hacerlo debido al fuerte impacto emocional que ha provocado en ellos.

También TikTok o figuras clave como Dua Lipa tienen mucha influencia en el éxito de los productos y su marketing. Por ejemplo, la cantante Rosalía suele recomendar distintos productos que provocan un "efecto llamada" en las ventas: el grupo Alcalá Norte, los muñecos Sonny Angel o la novela En la tierra somos fugazmente grandiosos (del vietnamita Ocean Vuong, Anagrama) tuvieron un pico de fama después de que la catalana se dejase ver con ellos o los recomendase en redes sociales. Sucede algo muy parecido con Dua Lipa que fundó la plataforma Service95, famosa entre la generación Z, donde ha recomendado libros muy diversos (desde Cien años de soledad de Márquez a Medio sol amarillo, de la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie). Lógicamente, Lumen percibió un aumento en las ventas considerable después de que la cantante de ascendencia albanesa recomendase Tan poca vida.

La autora confesó que varias cadenas y estudios habían rechazado hacer una serie del libro y que algunos ejecutivos le habían pedido rehacerlo

Pero como todo producto que es muy popular, Tan poca vida también cuenta con detractores que afirman que el terrorismo emocional de la novela es excesivo —"No recomendaría este libro ni a mi peor enemigo", señala tajante, blandiendo la novela, un booktuber en un vídeo—. No se puede negar el sadismo de un libro que parece cebarse continuamente contra sus personajes. Es sorprendente, sin duda, que una novela tan famosa todavía no se haya trasladado a la gran pantalla (o, al menos, se haya hecho una serie de televisión). En 2022, la escritora aseguraba en una entrevista con The Guardian que su libro había sido rechazado por numerosas cadenas, servicios de streaming y estudios, y que algunos ejecutivos le habían pedido que rehiciera la historia para hacerla "más parecida a Sexo en Nueva York".

Yanagihara incluso comenzó a trabajar en los guiones de una serie de 12 episodios que, finalmente, quedaron en nada. Culpó entonces al presupuesto que se requería (60 millones de dólares), la incomodidad del tema y la exigencia del control creativo, pues le preocupaba no conseguir un producto que convenciese a los fans acérrimos de la novela (muchos). Lo que sí consiguió al menos fue una adaptación teatral que primero se estrenó en Ámsterdam en 2018 (con una duración de cuatro horas, lógico teniendo en cuenta la longitud del libro), después en el Festival Internacional de Edimburgo, más tarde en Nueva York y, finalmente, hace dos años en el teatro Harold Pinter de Londres, con el actor James Norton como Jude.

La fascinación morbosa con el dolor de Jude ha llevado a que los fans hagan sudaderas y colgantes de los protagonistas (y se tatúen)

Hay algo más que diferencia a Tan poca vida: el marco donde puede englobarse, lo que no es necesariamente bueno. Los críticos no saben si calificarla como pornografía emocional o literatura seria, y muchos justamente han querido mencionar que la pluma de su autora es muy parecida a ese tipo de fanfiction (generalmente escrito por mujeres) que fantasea de alguna forma con la perversión, el dolor y la vulnerabilidad masculina, pues el trauma que se manifiesta a lo largo de sus páginas acaba generalmente canalizando en violencia sexual. Pero la fascinación morbosa (o quizá identificación) con el dolor de Jude ha llevado a que los fans fabriquen incluso merchandasing de los protagonistas (desde colgantes a sudaderas).

Resumía bastante bien la ganadora del Pulitzer, Andrea Long Chu, la temática del libro y el dolor arbitrario que expone, en un artículo de Vulture: "Las novelas de Yanahigara no son campos de exterminio, son hospicios. Sus palabras son difíciles de leer para quienes hemos pasado por la idea del suicidio y hemos salido, si no felices de estar vivos, sí aliviados de no estar muertos. Tan poca vida, como la vida misma, continúa sin fin. Cientos de páginas después de comenzar la novela, Jude se pregunta abiertamente por qué sigue vivo. Porque ese es el significado del sufrimiento: hacer posible el amor". Quizá eso explique bien un fenómeno que ha vendido, mientras esto se escribe, tres millones de ejemplares en todo el mundo.