"Las pesadillas se me han hecho un hábito": los poemas de la premio Nobel Han Kang
La editorial Lumen saca ahora en España 'Guardé el anochecer en el cajón', el poemario de la escritora surcoreana. Publicamos una selección
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Han Kang (Gwangju, Corea del Sur, 1970), galardonada con el Premio Nobel de Literatura 2024, empezó su carrera como novelista y es famosa por novelas como La vegetariana o La clase de griego. Pero Han Kang también es autora del poemario
Mark Rothko y yo
La muerte en febrero
Aunque no hace falta que lo aclare,
no existe relación alguna entre Mark Rothko y yo.
Él nació el 25 de septiembre de 1903
y murió el 25 de febrero de 1970.
Yo nací el 27 de noviembre de 1970
y todavía sigo viva.
Sin embargo, a veces me pongo a pensar
en el tiempo de nueve meses
que separan su muerte y mi nacimiento.
Días antes o después
de esa madrugada en que él se abrió las venas de las manos
en la cocina anexa a su taller,
mis padres fundieron sus cuerpos
y poco después
una mota de vida
apareció en el útero tibio
cuando en un cementerio de Nueva York al final del invierno
el cuerpo de Rothko no se había corrompido todavía.
No es para maravillarse
sino para entristecerse.
Siendo solo una mota,
sin tener aún un corazón que late,
sin saber lo que es el lenguaje,
lo que es la luz
ni las lágrimas,
me estaba formando
dentro del útero sonrosado,
cuando entre la vida y la muerte,
febrero, una herida abierta,
resistió y resistió
hasta que empezó a cicatrizar por fin,
cuando dentro de la tierra a medio derretir y por eso más fría
la mano de Rothko no se había corrompido todavía.
Danza de la silla de ruedas
Llorar
se me ha hecho un hábito,
pero las lágrimas
no me han engullido del todo.
Las pesadillas
se me han hecho un hábito,
pero las noches insomnes
que queman mis venas y arterias
no me han devorado del todo.
Mirad,
estoy bailando.
Oh, con frenesí
sacudo los hombros
sobre la silla de ruedas en llamas.
No es cosa de magia
ni de trucos,
es solo que nada
puede destruirme del todo.
Ningún infierno
ni los insultos
ni la tumba
ni esta maldita aguanieve
demasiado fría, ni el granizo
afilado como el cuchillo
logró triturar lo último de mí.
Mirad,
estoy cantando
sobre una silla que lanza fuego.
Oh, con frenesí
la danza de la silla de ruedas.
(Dedicado a Kang Won-rae, cantante y bailarín del grupo Clone, quien sufrió un accidente automovilístico que lo dejó discapacitado de la cintura para abajo y, sin embargo, no dejó de actuar).
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Todo está bien
A los dos meses de nacer
el niño lloraba cuando anochecía.
No era que tuviera hambre
o que le doliera algo.
Sin razón alguna,
así estaba tres horas desde el atardecer hasta la noche.
Por miedo a que se esfumara como una burbuja,
lo cogía en brazos
y deambulaba por toda la casa preguntando:
"¿Qué te pasa?
¿Qué te pasa?
¿Qué te pasa?".
Se me caían las lágrimas
y se mezclaban con las del niño.
Un día de pronto,
aunque nadie me lo enseñó,
le dije:
"Todo está bien.
Todo está bien.
Ya está todo bien".
Increíblemente,
aunque el niño no paró de llorar
y la única que sosegó su llanto
fui yo, sin embargo,
de pura casualidad,
unos días después el niño dejó de llorar.
Recién pasados los treinta
supe lo que debía hacer
cuando sollozas dentro de mí.
Como mirando la carita de un niño que gimotea,
me dirijo a tus lágrimas saladas como la espuma:
"Todo está bien".
No digo "qué te pasa"
sino "todo está bien".
"Ya todo está bien".
Esbozo del anochecer 5
Estaba reverdeciendo
un árbol negro que creía muerto.
Se hizo de noche mientras lo miraba.
Fluyó la sangre por los nudos verdes,
la lengua se sumergió en la oscuridad.
La luz al borrarse
dejó rayas transparentes.
(Como estoy viva)
estiré la mano hacia el tronco.
Han Kang (Gwangju, Corea del Sur, 1970), galardonada con el Premio Nobel de Literatura 2024, empezó su carrera como novelista y es famosa por novelas como La vegetariana o La clase de griego. Pero Han Kang también es autora del poemario