¿Y si mañana despertaras y no pudieras ver ninguna película ni serie de Estados Unidos?
La cuota de espectadores de cine de EEUU es del 60% y el contenido de este país en plataformas es del 50%, pero el peso es mucho menor que hace dos décadas y va hacia abajo. El 'yankees go home' se hace realidad en el audiovisual
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Imagínese que usted se despierta hoy y de los cines y de la plataforma a que está suscrito han desaparecido las películas y series estadounidenses. Para empezar se quedaría sin ver ocho de las diez cintas que ahora mismo copan la taquilla en España; también de casi el 50% del contenido —según los datos del Observatorio Europeo del Audiovisual— de esa plataforma (en términos genéricos). Y sería uno de los 45,9 millones de espectadores (espectador, obviamente, no es igual a persona individual) que ve este tipo de producción audiovisual en nuestro país, es decir, la inmensa mayoría, según los datos que maneja el Ministerio de Cultura en 2023 (los últimos registrados). Se quedaría bastante huérfano de cine. En el resto de la UE ocurriría más o menos lo mismo ya que el cine europeo supone el 27% de la tarta mundial frente al 60% procedente de EEUU. Suena a una verdadera distopía, pero en los tiempos trumpistas que vivimos con estas políticas arancelarias tan animales, los cataclismos ya no suenan a algo tan marciano.
No obstante, no se alarme del todo porque, aunque el peso audiovisual estadounidense, gracias a un sistema de blackbusterización brutal, es todavía muy grande… ya no lo es tanto como en décadas atrás. En este sentido, el siglo XXI ya no es el siglo XX en cuanto a la colonización cultural yanki. Pero vamos a ir por partes y por las distintas formas que consumimos ahora producto audiovisual porque hace ya tiempo que dejaron de ser únicamente las salas de cine.
Para empezar, el consumo de cine en los cines se ha desplomado desde la pandemia y a quien más ha afectado es al procedente de EEUU. En 2023 (incluso ya tres años después del cerrojazo mundial), las salas españolas obtuvieron 76,7 millones de espectadores, de los cuales 13,4 fueron a ver cine español; 2,4 cine europeo (sin el español); y 45,9 cine de EEUU. La cuota de espectadores del cine español fue del 17,5%; del europeo, 3,1%; del estadounidense, 59,8%.
EEUU se ha dejado casi la mitad de espectadores en España en estas dos décadas mientras que el español ha aguantado mucho mejor el tirón
En 2019, las salas recibieron 104,9 millones de espectadores, de los cuales 15,9 millones vieron cine español; 10,3 cine europeo y 77,1 cine de EEUU. Pero es que hace veinte años, en 2003, los espectadores totales fueron 138 millones de espectadores: 21,7 millones vieron cine español; 13,5 cine europeo; y 92,5 cine de EEUU. Es decir, EEUU se ha dejado casi la mitad de espectadores en estas dos décadas mientras que el español ha aguantado mucho mejor el tirón (también hay un cierto desplome del europeo). Por cuotas en 2003: el cine español tenía el 15,8%, el europeo el 9,8% y el de EEUU el 67,3%, casi 10 puntos más que en 2023.
Un resumen rápido de los datos que maneja el Ministerio de Cultura desde los años 70 hasta la actualidad: la gran época del cine de EEUU en España fueron los noventa con taquillazos imponentes, incluso con películas menos blockbuster como podía ser American Beauty. Después empezó la bajada.
La gran época del cine de EEUU en España fueron los noventa incluso con películas menos blockbuster como podía ser 'American Beauty'
Esto tiene varias explicaciones (y aquí entrarían las plataformas). Una de ellas la ofrece Elena Neira, experta en nuevos modelos de distribución audiovisual y profesora de los estudios de comunicación en la UOC, y tiene que ver con que el cine, como (casi) cualquier industria cultural, hace taquilla “con la gente que habitualmente no va al cine. Eso significa que son películas que generan la necesidad de ir al cine, casi siempre gracias a campañas de marketing muy potentes.”. Y la gente que no va al cine habitualmente se piensa mucho qué películas ver en una sala…si la va a poder ver en una plataforma en su casa. “Para mucha gente el cine es caro y se reserva sus visitas para ver películas por su espectacularidad, para películas que generan una experiencia. Por ejemplo, no digo que ver Anora [última ganadora del Oscar a mejor película] en el cine no sea una experiencia, pero no es lo que cierta generación entiende por experiencia. Anora se ve perfectamente en tu casa”.
Esto no solo lo dice Neira aunque controle muy bien las estadísticas, sino que el último informe del Instituto de Cine Británico muestra claramente las motivaciones de los espectadores para ir o no al cine: uno era el dinero y el otro era porque ver una película en pantalla grande es un incentivo, una ventaja. No hay más.
De ahí que si miramos la taquilla la fotografía sea cristalina: películas muy espectaculares, muy familiares, muy dibujos animados. Eso es lo que mayoritariamente se ve en el cine. Y ahí se ha colado también un cine español muy familiar (ahí está el caso de las películas de Santiago Segura hechas con un olfato increíble). El cine más independiente (o más relajado) si no eres un super cinéfilo… se queda para la casa.
Vayamos entonces al número de películas de EEUU que se han estrenado en los últimos veinte años. En 2023 fueron 674, lo que supuso el 28,6% de la tarta mientras que en 2003, fueron 734, es decir, el 38% del total. En dos décadas EEUU se ha dejado un 10% de la cuota de pantalla en los cines. El cine español, por su parte, estrenó en 2023 673 películas, el 28,6% del total; en 2003 fueron 411 películas, el 21,5% del total. Nuestro cine ha ganado un 7% de cuota de pantalla. En cuanto a la recaudación, en 2023 el cine de EEUU obtuvo 299,8 millones de euros mientras que el español se quedó en 82,4 millones de euros. Sin embargo, en 2003, el de EEUU se había llevado 430 millones de euros y el español 100,9 millones. Otra estadística que refleja la caída estadounidense.
En dos décadas EEUU se ha dejado un 10% de la cuota de pantalla en los cines españoles
Para dar un poco de calidez a los fríos datos aquí están los comentarios de Juan Francisco Fuentes, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid y autor del libro Bienvenido Mr. Chaplin: La americanización del ocio y la cultura en la España de entreguerras (Taurus), a este periódico: “El cine americano me interesa cada vez menos, el resultado es que voy poco al cine. Y lo siento, porque ver una buena película en una buena sala —o mala: recuerdo haber visto películas maravillosas en salas parisinas infames— es una experiencia incomparable. Yo creo, desde la nostalgia, que el mejor cine europeo se ha hecho en EEUU: Hitchcock, Billy Wilder, Fritz Lang, Chaplin, Ingrid Bergman, Cary Grant... Era como si lo mejor del cine europeo tuviera que emigrar a EEUU para encontrar la inspiración, o el dinero para hacerla realidad. Y sí, creo que hay una decadencia del cine norteamericano que viene de tiempo atrás, muy atrás. Está por ver que ese vacío lo aproveche el cine europeo u otros formatos”.
Parece que quedaron lejos aquellos tiempos en los que Chaplin o el cine negro o el western o los Bailando con lobos o los Titanic o los Gladiator arrasaban y era lo que todo el mundo quería ver (y hablar después de ello). “Es que hay una crisis cuantitativa y cualitativa del cine americano en Europa: se ve menos y se aprecia menos”, así que “la dinámica parece esa: un repliegue de EEUU sobre sus fronteras y su mercado. Es el viejo Yankees go home hecho realidad. Será interesante saber qué o quién ocupa su lugar”, remacha Fuentes.
Las leyes proteccionistas europeas
Por otro lado, el cine español y europeo aguanta en los cines frente al EEUU por la política proteccionista de la Unión Europea con respecto a su producción. En España ocurre lo mismo con respecto a las lenguas cooficiales. Se exige una determinada cuota de pantalla y un apoyo con subvenciones. Esto es lo que se quejaba Trump en un informe reciente aduciendo que “por cada tres días que se proyecte una película de un país no perteneciente a la UE, se debe mostrar una película de la UE en los cines. Esta proporción se reduce a cada cuatro días si el cine proyecta una película en un idioma oficial de España distinto del español y se sigue mostrando la película en ese idioma durante todo el día”. El presidente de EEUU quiere que se acaben estas trabas para que el cine estadounidense recaude más.
"Hay una decadencia del cine norteamericano. Está por ver que ese vacío lo aproveche el cine europeo u otros formatos"
“Esto sí que no va a pasar. Europa no va a abandonar la protección de su cine. Y no es un capricho, es que hay una serie de leyes aprobadas con respecto a este tema. Por mucho que diga Trump, simplemente no se puede hacer lo que él quiere”, manifiesta Neira.
Ahora bien, pongámonos en el caso de que todo estalla. Ya hemos comprobado que el peso del cine de EEUU no es tanto como el de hace décadas, pero, aparte del espectador (muchos, también hay que insistir, no es que de repente estemos todos viendo cine sueco y chino), que se quedaría sin sus películas favoritas habría otros sectores que también sufrirían. Uno sería el de los cines multiplex, es decir, esos multicines que proyectan los grandes taquillazos de EEUU.
“Sería muy difícil que estos cines se llenaran ahora con gente que va a ver otro tipo de cine porque ese no es el negocio, sino el de las palomitas. Pero es que incluso salas prestigiosas, pero mainstream como los Verdi o los Renoir, que también proyectan superproducciones de EEUU porque saben que hay gente que quiere ir a verlas en versión original. Lo hacen por una razón comercial, así que, al final, todo es un negocio”, señala Neira.
"Sería muy difícil que estos cines se llenaran ahora con gente que va a ver otro tipo de cine"
Esta parte de la industria se vería muy resentida, pero el gran caballo perdedor de que España y la Unión Europea dejaran de ser un mercado para EEUU sería el propio EEUU, ya que todavía, con una cuota de pantalla de cine cercana al 40%, es demasiado dinero. Los europeos seguimos siendo un gran negocio para Hollywood y las producciones estadounidenses independientes.
“España y los países que conforman la Unión Europea son territorios clave para amortizar la producción. No creo que los grandes estudios se estén planteando siquiera que el mercado europeo desaparezca. O el chino. Si de repente faltaran estos territorios, una película de EEUU con un presupuesto de 200 millones no podría amortizarse solo con la taquilla de EEUU. Es lo que pasó con la última de Toy Story que había un beso entre dos personajes que no gustó a China y la prohibieron. Eso afectó muchísimo a Pixar”, ejemplifica Neira.
En definitiva, a usted le gustan las películas de EEUU, pero es que, además, EEUU le necesita a usted y más en los últimos años. Por eso Trump quiere diluir la protección europea a nuestro cine y que haya más cuota de pantalla para el cine de EEUU. Sencillo.
Diversificación en las plataformas
Pasemos a las plataformas (Netflix, Amazon, Apple, Movistar +…) que vemos los europeos porque son las que lo han cambiado todo. Para comenzar, los datos del Observatorio Europeo del Audiovisual muestran que EEUU aquí tiene una cuota importante -un 50% frente al 31% europeo- y es donde equilibra de alguna manera esa pérdida de espectadores y cintas estrenadas en los cines. En términos absolutos, en 2023 hubo 1.143.766 pelis, series, documentales de EEUU (50%) frente a 475.597 de la UE (21%), 234. 896 de Reino Unido (10%) y 444.160 de otras nacionalidades (19%).
Por ejemplo, observamos, según el informe sobre contenidos de cine y series en los catálogos TVOD, SVOD y FOD (televisiones y plataformas) de 2022, que la proporción de películas disponibles en televisión y plataformas es algo mayor para las películas producidas en EEUU que para las hechas en la UE. Esto, a grandes rasgos, es porque el cine europeo llega menos a las plataformas que el de EEUU. Para que se entienda fácil: recuerde ese maratón de películas navideñas de EEUU de cada año.
Ahora bien, aunque EEUU colonice a las plataformas en contenidos… el espectador europeo también diversifica mucho lo que ve y las plataformas ya están optando por apoyar producciones europeas. “Es que las cifras varían mucho según la plataforma. En la universidad analizamos el peso de la producción en inglés, en el caso de las series, y cuál era su peso en el ranking de las series más vistas y estábamos cerca del 40% en Netflix”, señala Neira.
Es más, para esta experta si mañana usted despierta y ha desaparecido todo el catálogo estadounidense de su plataforma… tendría todavía bastante que ver y, además, le gustaría. Nada de pesadas películas iraníes con un plano eterno hacia el horizonte. Si lo piensa, la serie que más está dando que hablar en estos momentos, Adolescencia, es británica.
“Hay plataformas como Prime y Netflix que han liberado suficiente producción como para sobrevivir si no tuvieran un catálogo de EEUU. Por ejemplo, cuando hubo la huelga de guionistas en EEUU fue el contenido local lo que salvó a Netflix y Prime ya que contaban con mucha producción local”, manifiesta Neira que también explica que si a usted le gusta el cine clásico de EEUU que tienen plataformas como Filmin no se preocupe ya que eso suelen ser paquetes de licencias que se compran para varios años. Igual para cuando venzan Trump no sigue por aquí. “Ahora mismo a quien más afectaría que desapareciese el contenido de EEUU es a Movistar y a las televisiones de pago que no han diversificado tanto su producción”.
"Con la huelga de guionistas en EEUU, fue el contenido local lo que salvó a Netflix y Prime"
De hecho, desde Netflix España confirman a este periódico que la mira de la multinacional estadounidense es cada vez es más hacia la producción local. No ofrecen datos muy específicos pero sí señalan que entre 2020 y 2023, concretamente, invirtieron 6.500 millones de euros en la producción de series y películas europeas de habla no inglesa incluyendo títulos tan populares como La sociedad de la nieve en España, En las profundidades del Sena en Francia, Troll en Noruega, Borgen en Dinamarca o La mano de Dios en Italia.
Además, confirman que el contenido español, junto con el coreano o el japonés, está entre los más consumidos en el mundo en su plataforma y solo en 2024 varios estrenos españoles se situaron entre los títulos más populares a nivel global, como La sociedad de la nieve (con 104M de visualizaciones); BERLÍN (49 millones); El hoyo 2 (46 millones); El caso asunta (31 millones); Ni una más (25 millones); o Respira S1 (20 millones).
Por tanto… si usted mañana despertara y no hubiera nada de contenido estadounidense… vería otra cosa.
Imagínese que usted se despierta hoy y de los cines y de la plataforma a que está suscrito han desaparecido las películas y series estadounidenses. Para empezar se quedaría sin ver ocho de las diez cintas que ahora mismo copan la taquilla en España; también de casi el 50% del contenido —según los datos del Observatorio Europeo del Audiovisual— de esa plataforma (en términos genéricos). Y sería uno de los 45,9 millones de espectadores (espectador, obviamente, no es igual a persona individual) que ve este tipo de producción audiovisual en nuestro país, es decir, la inmensa mayoría, según los datos que maneja el Ministerio de Cultura en 2023 (los últimos registrados). Se quedaría bastante huérfano de cine. En el resto de la UE ocurriría más o menos lo mismo ya que el cine europeo supone el 27% de la tarta mundial frente al 60% procedente de EEUU. Suena a una verdadera distopía, pero en los tiempos trumpistas que vivimos con estas políticas arancelarias tan animales, los cataclismos ya no suenan a algo tan marciano.