Jim Morrison, contado a través de sus propias palabras e imágenes
La editorial Libros del Kultrun publica la primera gran antología del líder de los Doors, que incluye escritos y fotografías inéditos. Publicamos el prólogo del volumen, escrito por la hermana del músico
En 1967, cuando vivía en Londres, por todas partes se oía Light My Fire: a través de las puertas de los apartamentos, por las ventanas abiertas y en los cafés. No me di cuenta de que era mi hermano quien cantaba hasta que recibí un paquete de mi madre. No había nota alguna, solo un disco con una imagen grande de la cara de mi hermano mayor, Jim, bien visible en la portada bajo el título: The Doors.
En el instituto, Jim se pasaba el tiempo escribiendo, leyendo, garabateando y pintando. También le gustaba escuchar discos de humoristas y gastar bromas pesadas. Disfrutaba inventando historias, a veces incorporando personajes o imágenes de los libros que había leído. Una vez nos dijo a un grupo de niños que los peces plátano del famoso relato de J. D. Salinger vivían en el filtro de la piscina de un vecino, luego nos llevó allí para darles piedras para comer. Solía comprar viejos libros de contabilidad y escribía poemas en prosa, así como breves obras de teatro, una de las cuales leyó ante el atónito grupo de bridge de mi madre. Compraba ropa en tiendas de segunda mano, de vez en cuando hacía pellas y pasaba el rato en una biblioteca o librería, donde quedó cautivado por Camus, Genet y Nietzsche.
Después de la escuela secundaria, Jim asistió a un colegio universitario en Florida, donde vivía con nuestros abuelos. No trabajaba, y vivía de las migajas que le mandaban mis padres, una contribución que dependía de que Jim enviara cada mes una carta a casa. Mi madre leía estas cartas en voz alta durante la cena, a menudo para nuestro regocijo; en una misiva particularmente memorable, Jim contaba que había habido un incendio en el cine y que había saltado al escenario y se había puesto a cantar para aplacar al público. Por supuesto, sabíamos que la ficción solía superar a la realidad en esos relatos.
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Siempre pensé que Jim acabaría como un beatnik o un poeta mísero. No estoy segura de que tuviera jamás un trabajo antes de The Doors, y a menudo me preguntaba dónde iba a dar con sus huesos al alcanzar la cincuentena. Sin embargo, acabó graduándose en UCLA, donde estudió cine. Por entonces, nuestra familia andaba desperdigada a lo largo de diez mil kilómetros —desde Londres hasta Los Ángeles, pasando por Alexandria, en Virginia—, y en aquellos días las conferencias telefónicas se limitaban a las emergencias, de modo que mayormente escribíamos cartas. Aunque no supimos mucho de Jim después de que terminara la universidad.
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Después de que saliera el primer álbum de The Doors, seguí la carrera de Jim y me enamoré de aquella música; tras volver a California, los visité a él y a Pam Courson en Los Ángeles. Jim, que siempre andaba con un cuaderno y un bolígrafo a mano, se publicó sus propios poemas, y publicó otros con Simon & Schuster y en algunas revistas literarias. También los grababa y los leía en voz alta en los conciertos. Además, escribió un guion cinematográfico que rodó con amigos. Parte de sus poesías y su cine eran obras personales, íntimas, y algunos de sus escritos se integraron plenamente en las letras de The Doors. Una vez me dijo: "El dinero es libertad". Y así fue cómo vivía; no destinaba el dinero ganado a cosas materiales, sino que lo empleaba para financiar nuevos proyectos. Durante los cinco años en que estuvieron juntos, Jim y los Doors grabaron seis álbumes y dieron numerosos conciertos. Fue una época inolvidablemente creativa y fructífera.
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Mi hermano Andy y yo nos enteramos de la muerte de Jim por la radio el 5 de julio de 1971. No quisimos creérnoslo y pensamos que se trataba de un rumor, como otros bulos que habíamos oído antes. Jim había muerto dos días atrás, el 3 de julio en París.
El estrellato había llegado de golpe y luego, de modo igualmente fulgurante, terminó. Nunca tuve ocasión de verle actuar, ¿cómo iba a saber que todo iba a terminar tan pronto?
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Fue enterrado en el cementerio de Père-Lachaise, únicamente con Pam y unos pocos amigos presentes. El misterio que rodeó a su muerte permitió albergar una esperanza que me acompañó durante años: quizá Jim siguiera vivo. Pero no.
Hacerse cargo de un legado no es fácil. Tras las muertes de Jim y Pam, mis padres y los Courson fueron designados coalbaceas de la herencia de Jim. En 2009, tras la muerte de mis padres, yo pasé a ser la albacea de nuestra mitad. Enseguida decidimos seguir el ejemplo de los restantes miembros de The Doors en todo lo relativo a los proyectos relacionados con el grupo. Pero en lo que concernía a la obra personal de Jim, se respetaron escrupulosamente sus últimas voluntades.
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La decisión de publicar póstumamente sus escritos fue la más trascendente. Al revisar sus diarios, me topé con lo que es ahora la primera página del volumen
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En colaboración con Frank Lisciandro, amigo de Jim, reunimos sus poemas ya publicados, las entradas de los diarios y el guion de la película. Recopilamos las letras que había escrito y citas de diversas publicaciones y entrevistas. También incluimos fotos, fotogramas de su película inédita HWY y páginas manuscritas del diario. Nuestro objetivo nunca fue explicar a Jim, sino dejarle contar su historia a través de sus propias palabras, imágenes y entrevistas.
Sobre el libro:
Jim Morrison fue mucho más que el líder y el cantante solista de los Doors. A lo largo de sus solo 27 años de vida se consideró ante todo un escritor y, de hecho, confesó en varias ocasiones haberse convertido en músico por casualidad. Por supuesto, compuso la letra de la mayoría de los éxitos de The Doors. Pero además desde muy joven llenaba un diario tras otro con poemas y escritos de todo tipo.
Jim Morrison. Obra reunida (Libros del Kultrum) recopila en un solo volumen la gran antología del artista reuniendo obra publicada e inédita, una amplia selección de escritos de sus cuadernos; transcripciones, fotografías y notas de producción de su última grabación de poesía; la reproducción íntegra de The Paris Notebook (el último diario de Morrison), extractos de los cuadernos escritos en 1970 durante el juicio por exhibicionismo y blasfemia al que fue sometido en Miami, el guion y fotogramas de HWY, película que nunca llegó a estrenarse; las letras de sus canciones, borradores manuscritos, fotografías del archivo familiar de los Morrison y como epílogo As I Look Back, su fascinante autobiografía en verso.
Desarrollado a partir de las directrices que el propio artista esbozó en Plan for a Book (documento que se incluye en esta antología, Jim Morrison. Obra reunida se ha editado en colaboración con el Estate of Jim Morrison. El prólogo del libro corre a cargo de Anne Morrison Chewning, hermana de Jim Morrison, y es ese texto el que publica El Confidencial.
En 1967, cuando vivía en Londres, por todas partes se oía Light My Fire: a través de las puertas de los apartamentos, por las ventanas abiertas y en los cafés. No me di cuenta de que era mi hermano quien cantaba hasta que recibí un paquete de mi madre. No había nota alguna, solo un disco con una imagen grande de la cara de mi hermano mayor, Jim, bien visible en la portada bajo el título: The Doors.