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El Homo erectus ya fabricaba herramientas de forma metódica hace 1,5 millones de años
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El Homo erectus ya fabricaba herramientas de forma metódica hace 1,5 millones de años

Una investigación del CSIC en la cuna de la humanidad -la Garganta de Olduvai, en Tanzania- revela que nuestros antepasados ya tallaban hachas de hueso de manera sistemática un millón de años antes de lo que se pensaba

Foto: Herramienta de hueso tallada sobre un húmero de elefante de hace 1,5 millones de años. CSIC.
Herramienta de hueso tallada sobre un húmero de elefante de hace 1,5 millones de años. CSIC.

Metódica y sistematizada: así era la producción de herramientas de hueso hace 1,5 millones de años. Es lo que revela el hallazgo de un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Garganta de Olduvai (Tanzania), considerada la cuna de la humanidad. El estudio, publicado en la revista Nature, supone, según los investigadores del hallazgo, un hito de la arqueología de los orígenes humanos, pues antes de descubrir este conjunto de herramientas óseas, se consideraba que la fabricación de este tipo de instrumentos era prácticamente desconocida entre nuestros antepasados más remotos.

Los hallazgos de este equipo del CSIC demuestran que el Homo erectus tallaba hachas de hueso de manera sistemática un millón de años antes que las evidencias más antiguas halladas hasta ahora en yacimientos europeos (sur de Italia), y que consideraban que esa destreza se había adquirido hace unos 500.000 años. Hasta ahora se pensaba que la fabricación de herramientas con huesos de animales era una habilidad casi exclusiva de nuestra especie, el Homo sapiens, pero este nuevo estudio revela que hace 1,5 millones de años Homo erectus producía hachas y cuchillos de hueso de manera metódica y sistematizada.

“Este descubrimiento nos hace suponer que los primeros humanos ampliaron de manera significativa sus opciones tecnológicas, que hasta ese momento estaban limitadas a la producción de útiles de piedra y ahora permitían incorporar nuevas materias primas al repertorio de artefactos potenciales”, explica Ignacio de la Torre, investigador del CSIC en el Instituto de Historia y codirector de la excavación. “A su vez, esta ampliación del potencial tecnológico indica avances en las capacidades cognitivas y las estructuras mentales de estos homininos (homínidos con locomoción bípeda), que supieron incorporar innovaciones técnicas al adaptar sus conocimientos sobre el trabajo de la piedra a la manipulación de restos óseos”, añade.

En África oriental se encuentran las evidencias más antiguas del uso de herramientas por parte de los primeros ancestros del género Homo. La más famosa es la cultura olduvayense, denominada así por los artefactos encontrados en la Garganta de Olduvai. El Olduvayense existió entre hace 2,6 y 1,5 millones de años y se caracterizó por la obtención de lascas de piedra a partir de la percusión de una piedra sobre otra y que se empleaban como cuchillos cortantes. Esta tecnología, relativamente simple, dio lugar hace unos 1,7 millones de años a una nueva cultura: el Achelense (que duró entre 1,7 millones y 150.000 años atrás).

La tecnología achelense se reconoce en el registro arqueológico por la presencia de las denominadas hachas de mano, artefactos de piedra emblemáticos de esta cultura y caracterizados por ser grandes, resistentes, a menudo puntiagudos y con forma de almendra y que requieren de una habilidad considerable para su producción. “Hasta nuestro descubrimiento, la transición de la cultura olduvayense a la achelense se conocía casi exclusivamente a través de los artefactos de piedra”, indica De la Torre.

placeholder El investigador del Instituto de Historia del CSIC Ignacio de la Torre, junto a algunas de las herramientas encontradas en el yacimiento de la Garganta de Olduvai (Tanzania). EFE / Blanca Míllez
El investigador del Instituto de Historia del CSIC Ignacio de la Torre, junto a algunas de las herramientas encontradas en el yacimiento de la Garganta de Olduvai (Tanzania). EFE / Blanca Míllez

Durante cientos de miles de años, los humanos habían visto a los animales con los que compartían las sabanas africanas bien como un peligro, pues se tiene abundante evidencia de que en muchas ocasiones los primeros seres humanos fueron víctimas de felinos y aves de presa; o bien como competidores, pues nuestros ancestros rivalizaban con hienas y buitres por las carcasas de animales cazados por grandes felinos. También eran vistos como una fuente de proteínas, que obtenían sobre todo a partir del tuétano dejado en los huesos no consumidos por los grandes félidos.

“Nuestro descubrimiento indica que, a partir de inicios del Achelense, periodo en el que se formó el yacimiento de T69 Complex de la Garganta del Olduvai y en el que es evidente que los humanos ya tenían un acceso primario a recursos cárnicos, los animales no eran ya solo una fuente de peligro, de competición o de proteínas, sino también una fuente de materias primas con las que fabricar herramientas”, expone el investigador.

Los resultados de este estudio demuestran que, durante la transición de la tecnología olduvayense a la achelense, los homininos de África Oriental desarrollaron una innovación cultural que implicó la transferencia y adaptación de las habilidades de talla desde la piedra al hueso. “Al producir herramientas óseas tecnológica y morfológicamente estandarizadas, los primeros talladores achelenses desarrollaron repertorios tecnológicos que antes se pensaba que habían aparecido de forma rutinaria más de un millón de años más tarde”, indica De la Torre. “Esta innovación pudo haber tenido un impacto significativo en el potencial conductual y adaptativo de los primeros humanos, incluyendo mejoras en sus capacidades cognitivas, desarrollo tecnológico y en la adquisición de materias primas”, añade.

Metódica y sistematizada: así era la producción de herramientas de hueso hace 1,5 millones de años. Es lo que revela el hallazgo de un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Garganta de Olduvai (Tanzania), considerada la cuna de la humanidad. El estudio, publicado en la revista Nature, supone, según los investigadores del hallazgo, un hito de la arqueología de los orígenes humanos, pues antes de descubrir este conjunto de herramientas óseas, se consideraba que la fabricación de este tipo de instrumentos era prácticamente desconocida entre nuestros antepasados más remotos.

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