Enrico Letta: "Europa se enfrenta a una amenaza existencial por parte de EEUU y Rusia"
El ex primer ministro italiano y europeísta convencido asegura que si la UE no avanza en la soberanía común será su suicidio. El título de su nuevo libro lo dice todo: "Europa. Última oportunidad'
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Ha sido primer ministro de Italia, ministro de Políticas Europeas y de Industria, secretario general del PD (la principal formación de la izquierda italiana), europarlamentario, profesor universitario, decano de la Escuela de Asuntos Internacionales de Sciences Po París, diputado en el Parlamento italiano durante varias legislaturas (y hasta diciembre pasado), autor de numerosos libros… En la actualidad es presidente del Instituto Jacques Delors y, desde octubre pasado, ocupa también el cargo de decano de la Escuela de Política, Economía y Asuntos Globales de la universidad IE.
Pero si hubiera que elegir un solo título para Enrico Letta (Pisa, 1966) sería el de europeísta convencido. Lo demuestra el pin con 27 estrellas amarillas que Letta luce en la solapa de su impecable traje. Y lo atestigua también que viva a caballo entre tres capitales europeas: Roma, París y Madrid.
Letta no sólo es desde siempre un ardiente defensor de la UE, sino que conoce muy bien cuáles son sus virtudes y defectos. No en vano, en su juventud trabajó en varias de sus instituciones. Con ese bagaje, no es de extrañar que la prpia UE le encargaran la elaboración de un informe sobre el futuro del mercado único europeo. Para hacerlo, Letta viajó durante nueve meses por Europa, manteniendo más de 400 reuniones en 65 ciudades con personalidades y colectivos de todos los ámbitos.
El resultado de todo eso es el Informe Letta, un documento con propuestas para lograr el relanzamiento de Europa y que constituye también el corazón de Europa. Última Oportunidad (Espasa), su nuevo libro, en el que argumenta que la UE se encuentra en una disyuntiva histórica y que si no avanza en la soberanía común corre el riesgo de convertirse en insignificante. Hablamos con Letta desde el piso 27 de la Torre IE en Madrid, con la ciudad a nuestros pies.
PREGUNTA. Su libro se titula Europa. Última oportunidad. ¿De verdad nos queda sólo un único cartucho para salvarnos?
RESPUESTA. Creo que sí. Sobre todo porque una oportunidad como esta va a tardar mucho en volver a llegar. Estamos ante una alineación planetaria absolutamente única que hace que Europa se encuentre bajo una doble presión procedente del oeste y del este, de Rusia y Estados Unidos. Y esa doble presión es una amenaza existencial contra Europa y contra la Unión Europea. Se trata naturalmente de presiones diferentes. Pero la amenaza es concreta, es real.
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P. Vamos por partes. ¿Qué debe temer Europa de Trump?
R. Trump representa una amenaza real para la Unión Europea y, más concretamente, para Groenlandia. Su actitud tan agresiva contra Europa creo que revela su rechazo a la idea misma de Europa, a la de un continente en el que no es el más fuerte el que decide por todos los demás, mientras que en América es al contrario: Trump es quien decide y el resto se limita a aplicar lo que él dictamina. Pero Europa es otra cosa. En Europa tenemos como ministra de Asuntos Exteriores a una mujer que no viene ni de Alemania ni de Francia sino de Estonia, un país pequeño.
P. Los propios servicios de inteligencia europeos alertan de que es muy posible que Rusia ataque a un país de la OTAN en los próximos cinco años, antes de 2030.
R. Yo creo que hay una amenaza clara contra Groenlandia -y decir Groenlandia es decir Dinamarca- y contra los países bálticos en general. El lunes estuve en Dinamarca para presentar mi informe en el Parlamento y toda la atención estaba puesta en el tema de Groenlandia. Se trata de un tema gravísimo, la posibilidad de cambiar fronteras en Europa es algo inimaginable para nosotros. Pero está pasando.
P. Es que si aceptamos que un país como Ucrania, que ha sido invadido, ceda a Rusia los territorios que esta ya ha conquistado, se está sentando un precedente muy peligroso, ¿no le parece? ¿Cree que Rusia puede realmente tratar de anexionarse algún país europeo?
R. Yo quiero creer que no. Pero tenemos que estar preparados, para no dar a Rusia la posibilidad de contemplar esa opción. Ese es el punto. Y la verdad es que algunos países europeos, España, Portugal e Italia en particular, no están preparados para una situación de tensión y de conflicto, todos los Eurobarómetros y los sondeos muestran de manera muy clara que en estos tres países la sensación de la amenaza se percibe como baja. El sentido de este libro es tratar de explicar a los lectores italianos, españoles o franceses que en los países bálticos, en Finlandia, en Escandinavia, en Polonia o en República Checa la percepción de la amenaza es muy grande, para ellos las prioridades son seguridad, seguridad y después seguridad. Creo que hay que aprovechar este momento y esta sensibilidad para explicar a todos los europeos que seremos más fuertes si tenemos una defensa integrada, y también un mercado financiero único, un mercado energético único y un mercado de telecomunicaciones único.
La seguridad no consiste solo en tener armas. Seguridad también es ser independientes energéticamente, seguridad es tener un mercado financiero autónomo, seguridad es tener un sistema de telecomunicaciones que no dependa de Trump o de Elon Musk. Para mí lo fundamental, el verdadero cambio, fue la frase de Elon Musk contra los ucranianos, cuando les dijo: “O se portan bien o les desconecto”. Es una frase increíble que también sirve para nosotros, porque si no somos autónomos e independientes tecnológicamente también nos podrá amenazar con desenchufarnos. Tenemos que ser autónomos.
P. Y más cuando, tal y como señala en su libro, más que una guerra convencional, la amenaza a la seguridad de Europa es la de una guerra híbrida, con ciberataques.
R. El de la tecnología para mí es un tema central, un tema que vinculo con el de la financiación. En mi informe hago mucho hincapié en la necesidad de movilizar el capital privado en Europa, algo que ahora mismo es un gran problema porque no somos capaces de hacerlo. Estados Unidos sí es capaz, el liderazgo que ahora tiene en inteligencia artificial y en conquista del espacio tiene un fuerte vínculo con el capital privado. Nosotros en Europa aún tenemos la idea de que las inversiones tienen que ser públicas, pero el dinero público no es suficiente.
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P. Dice que hay que avanzar en la soberanía europea pero, hasta ahora, poner de acuerdo a los 27 ha sido casi siempre una misión imposible, ¿Por qué ahora va a ser diferente?
R. Es verdad que en el pasado ha sido muchas veces imposible. Pero creo que ahora es más posible, más fácil. Por dos razones. La primera es que los 27 están sintiendo de manera muy fuerte esa presión que nos afecta a todos. Le pongo un ejemplo muy, muy concreto: si Trump lanza un ataque contra los coches alemanes, España o Italia pueden decir que bueno, que eso en realidad es problema de los alemanes. Pero la mitad de un coche alemán se construye físicamente en Italia, en España o en Polonia, así que un ataque a los coches alemanes afecta al empleo de trabajadores italianos y españoles y a sus pymes. El sistema europeo está tan integrado que no es posible imaginar un ataque solo a uno o a otro, es un ataque a toda Europa. Y en ese sentido creo que los 27 se están dando cuenta de que necesitan estar juntos.
P. Hablaba de dos razones que hacen más fácil alcanzar ahora un consenso en la UE, ¿cuál es la segunda?
R. El otro aspecto está vinculado al mercado único europeo. En realidad, las decisiones en el mercado único europeo no tienen por qué tomarse por unanimidad, basta la mayoría. Y los países miembros tienen hoy la posibilidad concreta de aplicar la regla de la mayoría en muchos temas que indico en mi informe, temas en los que ahora mismo existe una fragmentación en Europa y legislaciones diferentes en cada país: energía, telecomunicaciones, mercados financieros… Y todas esas áreas son fundamentales para la seguridad europea.
P. Señor Letta, ¿usted ya tiene preparado el kit de emergencia para sobrevivir 72 horas?
R. Yo creo que la fuerza de Europa es la inteligencia colectiva, el hecho de que cuando nos encontramos en dificultad podemos confiar los unos en los otros. La confianza recíproca funciona siempre, y yo creo que va a funcionar ahora.
P. ¿Hemos perdido mucho tiempo, verdad?
R. Muchísimo, y eso es clave. Los últimos diez años han sido una década perdida, por dos motivos principales: la crisis financiera y el Brexit. El Brexit absorbió una cantidad enorme de energía, de dinero, de esfuerzo, de tiempo… Ahora somos afortunados, porque gracias a Trump Europa vuelve a tener una buena conexión con los británicos. Pero de 2012 a 2022 fue verdaderamente una década perdida para Europa, y ahora tenemos que recuperar ese tiempo perdido.
R. Si no se avanza en la soberanía conjunta, ¿será el suicidio de Europa?
R. Creo que sí. En ese sentido, el título de mi libro en español es un título fuerte: Europa. Última oportunidad. En Italia y en Francia se publicó a finales del año pasado, antes de la toma de posesión de Trump, con títulos más suaves. En Italia se titula Mucho más que un mercado, como mi informe, y en Francia Nuevas ideas para Europa. Creo que es justo que ahora, en la versión en español, el libro tenga un título más fuerte, porque si Europa no aprovecha esta oportunidad tengo el temor de que se desmorone.
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P. ¿Y de cuánto tiempo disponemos?
R. De un par de años. Creo que 2025 y 2026 van a ser los años decisivos, años cruciales. Una legislatura europea dedica el primer semestre a la organización de la Comisión, a ver el panorama del Parlamento Europeo…. Después de eso hay dos años para hacer las cosas, para hacer propuestas y legislar las reformas, de manera que al final quede solo la actuación y la preparación de las elecciones. Y por eso creo que este año y el siguiente van a ser cruciales, y que hay que concentrar toda la energía en este momento. Pero, como le decía, veo un alineamiento de los planetas. En los últimos cuatro años Alemania, a causa de la fragmentación de la alianza de gobierno en tres partidos que no hablaban el uno con el otro, ha estado ausente del debate europeo, nos falta el fuerte motor alemán. Los grandes pasos adelante de Europa siempre han sido con Alemania, con Helmut Kohl, con Angela Merkel, y en ese sentido los últimos años han sido un desastre. El que Alemania regrese a la Mesa (el organismo que coordina el trabajo del pleno y las comisiones) con un canciller fuerte como va a ser Mertz, apoyado por una coalición de dos partidos, es una buena noticia.
P. Los avances que usted propugna exigen dinero.
R. Ese es un punto fundamental, y además tenemos un problema de financiación a nivel europeo. Ahora tenemos los fondos Next Generation EU, fruto de una gran decisión, de una decisión muy positiva. Pero los fondos Next Generation terminan a finales del año próximo. Y si terminan y no tenemos una alternativa, será dramático, porque regresaremos al presupuesto de antes del covid. Y ese presupuesto obligaría a llevar a cabo recortes, lo que sin duda sería horrible. Es necesario tomar rápidamente una decisión sobre cómo financiar el futuro de Europa después del Next Generation, porque si no la UE entrará en una fase de declive, porque está claro que con todos los problemas que tenemos un presupuesto normal no sirve.
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P. Usted es optimista y ve la alineación de los planetas en sentido positivo. Yo soy pesimista y veo que todo se confabula para llevarnos al desastre.
R. Yo creo que los planetas se han alineado para darnos una última oportunidad. Pero si no aprovechamos esta última oportunidad, será efectivamente un desastre. Este es un momento dramático en la historia europea, un momento que nunca jamás hemos vivido. Lo que me hace ser optimista es que todos los partidos políticos hoy están representados en los gobiernos europeos, y todos tienen claro que tenemos que estar juntos, porque al final, el verdadero cambio de los últimos 20 años es un cambio de tamaño. Cuando Jacques Delors creó el mercado único europeo, Italia tenía 60 millones de habitantes, los mismos que tiene hoy, pero entonces económicamente Italia era tan grande como China e India juntas. Hoy, India y China son 20 veces Italia a nivel económico.
P. Pero en la Unión Europea está también Hungría, cuyo presidente, Viktor Orbán, apoya sin reservas a Trump.
R. Bueno, vamos a ver qué pasa con Hungría. Pero Hungría es un caso aislado en Europa. Eslovaquia, por ejemplo, no ha seguido a Hungría en la oposición, Eslovaquia votó con nosotros la última vez. Creo que Orbán es un caso aislado.
P. Si no me equivoco, desde hace algunos meses vive a caballo entre Roma y Madrid, ¿no?
R. Y París, porque soy presidente del Instituto Jacques Delors.
P. ¿Y cómo ve Enrico Letta a España y a la política española?
R. Es difícil dar un juicio. España va muy bien económicamente, los resultados son fantásticos. Yo veo un país dinámico y un país muy atrayente, trabajar en Madrid es verdaderamente un gran placer. Pero también es evidente la polarización, y eso me preocupa.
Ha sido primer ministro de Italia, ministro de Políticas Europeas y de Industria, secretario general del PD (la principal formación de la izquierda italiana), europarlamentario, profesor universitario, decano de la Escuela de Asuntos Internacionales de Sciences Po París, diputado en el Parlamento italiano durante varias legislaturas (y hasta diciembre pasado), autor de numerosos libros… En la actualidad es presidente del Instituto Jacques Delors y, desde octubre pasado, ocupa también el cargo de decano de la Escuela de Política, Economía y Asuntos Globales de la universidad IE.