'Adolescencia': ¿Quién teme a un chaval de 13 años?
Entusiasmo de la crítica con una serie que estigmatiza una vez más a los varones menores de edad
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fecb%2F08f%2F7aa%2Fecb08f7aa7f691fd31e5e05737021caa.jpg)
Irrumpió con fuerza esta semana el estreno de Adolescencia, la nueva serie producida por Netflix en el Reino Unido. A la gente le ha gustado mucho. A la crítica le ha gustado mucho. Hemos leído elogios que creíamos olvidados y hemos descubierto nuevas alabanzas fruto de la necesidad de ser el espectador del mundo al que más le ha gustado Adolescencia. Se piden premios. Habrá premios. El actor protagonista (Owen Cooper, 13 años en la serie; hoy, 15) ha inventado el arte interpretativo él solo. Nunca un niño había hecho lo que Owen, dicen.
Adolescencia cuenta con cuatro capítulos de casi una hora de duración. El gancho preliminar es que cada episodio está rodado en un único plano-secuencia. Ya saben que el plano-secuencia es el malabarismo cinematográfico según el cual el cine toma lo mejor del teatro sin la limitación aparejada a un escenario. Como en la representación teatral, los actores nunca dejan de actuar; pero, a diferencia de los pobres reos de proscenio, ellos pueden salir a la calle, subirse a los coches, encontrarse con otros actores y ser siempre observados. Esto provoca movimientos de cámara inauditos, rayanos en lo imposible, como vimos en Athena (2022), amén de suponer una aproximación más naturalista al hecho actoral, que se propone exento de trucos (Victoria, 2015).
El primer episodio nos presenta a un batallón policial dirigiéndose a una casa residencial de clase media. ¿Terroristas, fans de Taylor Swift, asesinos en serie? No, buscan a un niño de 13 años acusado de acuchillar a una chica. Lo detienen, lo suben a un coche y lo llevan a comisaría. También registran la casa como si buscaran armas químicas o discos de Taylor Swift. La destrozan. Los padres del chaval y su hermana están apabullados. Proclaman la inocencia del niño.
De una obra de arte pasamos a un spot publicitario del Gobierno del Reino Unido
Después viene un minucioso (a fin de cuentas, se narra en tiempo real) retrato de los protocolos de detención y encarcelamiento en comisarías británicas; abogados de oficio, pruebas médicas, consultas de la familia, máquinas de café. La cámara va y viene por la comisaría siguiendo a un personaje por un pasillo, única manera de no cortar el plano (el montaje cinematográfico se inventó para algo, al cabo), lo que constituye el único pero de su propuesta estética: demasiados pasillos y espaldas justificados únicamente por llevarnos de una escena a otra.
Cuando el capítulo acaba, yo estoy muy a favor de ponerle a Adolescencia cuatro o cinco estrellas. Me gusta el perturbador asunto elegido: ¿y si tu hijo de sólo 13 años ha matado a alguien, te lo creerías? Recuerda a Tenemos que hablar de Kevin, novela de Lionel Shriver llevada al cine por Lynne Ramsay. Además, me pasma la crueldad policial, pues en ningún momento un agente hace notar que sabe que está deteniendo a un pobre chaval de 13 años, al que tratan impecablemente, sí; como si fuera un terrorista más. Pienso (pues a diferencia de usted, no he leído nada sobre la serie) si Adolescencia no querrá criticar la labor policial, su frialdad e impiedad, a la manera de películas como El acusado (Yvan Attal, 2021) con las denuncias por violación, donde las mujeres denunciantes son sometidas a escalofriantes interrogatorios y cuestionamientos.
Así que, al final del capítulo primero, íbamos bien.
Pero luego la serie busca un motivo, un asidero periodístico, y empiezan a aparecer palabras como “manosfera” e “incel”, y ahí se me cayó por completo. De una obra de arte pasamos a un spot publicitario del gobierno del Reino Unido, muy preocupado por que los chavales sigan en internet las enseñanzas de Andrew Tate. Sobre el debate que en aquel país hay alrededor de estas influencias tóxicas ya comentamos aquí el documental Yo soy Andrew Tate. Como en España los jóvenes no saben inglés, Andrew Tate nos da bastante igual. Aquí aún estamos en Bertín Osborne.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F840%2F2e2%2F386%2F8402e2386e640e316526eff171b5870d.jpg)
El actor Stephen Graham ha escrito la serie y se encarga de promocionarla por todo el mundo. En las entrevistas explica la elección del tema. Parece que leyó “dos” (sic) noticias donde “incels” apuñalaban a mujeres, y se le ocurrió una serie donde un chaval de 13 años asestaba como ocho puñaladas a una joven hasta matarla. Yo me pregunto humildemente: ¿es lo peor que tenéis en Inglaterra, un niño de 13 años?
Parece que Stephen Graham no leyó la prensa cuando la web de la BBC denunció que se producía “una violación cada hora en Londres”; 8800 al año. Tampoco parece que le inspiraran ninguna serie para Netflix los casos de las niñas violadas en Rotherham, a saber: “La explotación sexual infantil en Rotherham, Reino Unido, ocurrió entre finales de los 80 y 2013, afectando a unas 1400 niñas, muchas de hogares vulnerables.” Quién sabe por qué esto no le daba para una serie, ¿eh?
Asociar “incel” a un niño de 13 años resulta indecente. La pérdida de virginidad en Reino Unido se sitúa en los 17 años entre los varones, de modo que absolutamente todos los niños ingleses son peligrosos “incels”. Otra pregunta: ¿ustedes han visto fuera de los periódicos el más leve problema relacionado con algo llamado “incel” o algo que podemos considerar “hombres rechazados por las mujeres”? Yo lo que veo todo el tiempo son problemas con hombres precisamente no rechazados por las mujeres.
Asociar "incel" a un niño de 13 años resulta indecente. La pérdida de virginidad en Reino Unido se sitúa en los 17 años
Pienso que hay mucha cobardía en Adolescencia, al estigmatizar a los adolescentes varones blancos sabiendo que nadie va a cabrearse y salir en su defensa, como sucedería con otros colectivos; y no poca irresponsabilidad, pues se asusta a los padres haciéndoles creer que sus hijos se dedican a acuchillar amigas a nada que ven cuatro vídeos en TikTok. Hombre, ¡algún chaval habrá que les proponga ilusionado ir juntos al cine!
Así, lo que en el primer capítulo me parecía una denuncia de la gelidez policial con un niño, se revela como el trato exacto que la serie cree que merecen estos menores. Mano dura con los adolescentes. Seguro que esto ayuda mucho a los chavales de hoy.
Irrumpió con fuerza esta semana el estreno de Adolescencia, la nueva serie producida por Netflix en el Reino Unido. A la gente le ha gustado mucho. A la crítica le ha gustado mucho. Hemos leído elogios que creíamos olvidados y hemos descubierto nuevas alabanzas fruto de la necesidad de ser el espectador del mundo al que más le ha gustado Adolescencia. Se piden premios. Habrá premios. El actor protagonista (Owen Cooper, 13 años en la serie; hoy, 15) ha inventado el arte interpretativo él solo. Nunca un niño había hecho lo que Owen, dicen.