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El 'show' de Juan Manuel de Prada: "Soy católico, pero un escritor profano, no meapilas"
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El 'show' de Juan Manuel de Prada: "Soy católico, pero un escritor profano, no meapilas"

El escritor presentó, junto a Ana Iris Simón y Andrés Calamaro, 'Mil ojos esconde la noche 2. Cárcel de Tinieblas', la segunda parte de su gran historia sobre los intelectuales españoles en el París ocupado. El público acabó encandilado

Foto: Juan Manuel de Prada, entre Andrés Calamaro y Ana Iris Simón.
Juan Manuel de Prada, entre Andrés Calamaro y Ana Iris Simón.

El escritor Juan Manuel de Prada es un animal de escenario. Modula la voz, introduce anécdotas, chistes, juegos de palabras y encandila al público. Y lo sabe. Lo hizo esta tarde en la presentación de la volumétrica segunda parte de Mil ojos esconde la noche 2. Cárcel de tinieblas (Espasa) en la Fundación Telefonica acompañado por la escritora Ana Iris Simón y el músico Andrés Calamaro. Les interpeló, se interpeló a sí mismo, se autodefinió: “Soy católico, pero un escritor profano, no meapilas”; y dio unas cuantas estocadas: “Toda la historia contemporánea española es una construcción de mentiras” y “esta novela es escatológica para cabreo de los estreñidos” (o de los meapilas que se escandalizan con la escatología), solo por citar algunos ejemplos. Y, efectivamente, el público que había llenado toda la sala y que también sabía a lo que venía, aplaudió al final entusiasmado.

Comenzó la charla con un texto de Simón en el que ensalzó esta novela que había ido leyendo entre el tren y el metro -al igual que el anterior tomo, publicado hace solo diez meses- y que sintetizó en la palabra resentimiento. De hecho, es una novela que no solo va de esta emoción sino de su superación, lo que entronca con esa cuestión católica del escritor. Es una novela que retrata a la colonia de intelectuales españoles -Picasso, César González Ruano, Gregorio Marañón, Ana de Pombo, María Casares…- que se cobijó en París tras la Guerra Civil, pero que vivió la ocupación nazi. Y una novela por la que pulula ese personaje, Fernando Navales, que Calamaro se preguntaba si era el propio Prada, y que ya apareció por primera vez en aquella aplaudida Las máscaras del héroe.

De Simón, Prada se encargó de señalar con cierta ternura, pero también humor cómo se conocieron durante el confinamiento cuando ella le llevó su libro Feria- “rompiendo esas normas absurdas que vosotros cumplisteis” (las primeras risas entre el público)- y cómo a día de hoy la considera su discípula porque se enfrenta “a una sociedad ruinosa llena de mentiras proclamadas por los poderosos” y “lo haces con gallardía”.

placeholder 'Mil ojos esconde la noche 2. Cárcel de tinieblas', de Juan Manuel de Prada (Espasa)
'Mil ojos esconde la noche 2. Cárcel de tinieblas', de Juan Manuel de Prada (Espasa)

También dedicó bellas palabras a Calamaro: “Me gusta porque ve España con curiosidad y no con desdén como hace la mayoría de argentinos”. El músico había ofrecido un texto poético hablando de aquella colonia de españoles que vivió en París en aquellos años difíciles y que venía también de una situación muy complicada en España. Llegó a decir que era la novela que esperaban leer las izquierdas sobre el siglo XX. Y con respecto a Navales…sembró esa duda sobre si era el propio Prada.

“No, Navales es quien me hubiera gustado ser para hacerle cabronadas a unos cuantos capullos con los que me he encontrado, pero nunca me atreví porque en el fondo soy un chico bueno. No tiene mucho de mí, aunque algunas opiniones sí son mías como que Picasso fue un pintor horrendo”, manifestó provocando más risas.

De su catolicismo que nombró Simón, insistió en que, por supuesto, lo era pero que esa etiqueta “ahora sirve para meterte en un nicho, como si dicen escritor trans -alguna risa más por ahí-, es la cuota friki”. Y recordó a Menéndez Pelayo quien había dicho que en España no existía un solo escritor que no fuera católico. Que también lo habían sido Miguel Hernández y Lorca, y que el problema de la literatura española actual, a la que calificó de yerma, es que “los escritores piensan que pueden vivir al margen de la tradición”.

Prada: "Toda la historia contemporánea española es una construcción de mentiras"

Otro tema que se tocó fue el de los personajes femeninos, tratados con cariño, según apostilló Simón. “Es que Navales es un falangista feminista”, recalcó Prada (y más risas del público). Por la novela aparece su bien conocida Ana María Sagi, a la que ha dedicado un libro y mucha investigación, pero también Ana de Pombo, María Casares - “me cae muy bien”, y Victoria Kent, la socialista a la que defendió con ahínco. “Es que siempre se ha dicho que estaba en contra del sufragio universal y no es verdad. Ella lo que quería era un voto progresivo para la mujer, primero las municipales y así. Sin embargo, están en contra de ella hasta los socialistas, que han dado el nombre de una estación de tren a Clara Campoamor, que era de derechas y además de la de Lerroux, la más corrupta. Es una cuestión de ignorancia de los políticos”. En la novela, Prada imagina la vida de Kent en París, a donde se exilió tras la guerra.

Y, finalmente, es muy probable que esta no sea la última novela del personaje Fernando Navales. El escritor, “si Dios quiere”, tiene pensado hacer otras dos más. Una de ellas con Navales durante la Guerra Civil española por la que cree que le podían meter en la cárcel y que iría de 1936 a 1940. “La guerra contada desde la perspectiva de Navales sería puro vitriolo. Se contaría todo lo que no se cuenta o se cuenta mal”, comentó Prada.

"Es una novela humorística, hay mucha burla de solemnes verdades que se han proclamado"

La otra sería el regreso a España de Navales en 1944 y cómo ya la política de Franco ha ido evolucionando y Falange cada vez tiene menos importancia. “Han cambiado las alianzas y ahora se mira más a EEUU… Es también la aparición de nuevos escritores como Cela, Delibes…”, comentó el escritor. Habrá que ver cuándo estos dos proyectos salen a la luz.

De momento, la presentación de este segundo tomo de Mil ojos esconde la noche 2 culminó con humor -”esta es una novela muy humorística, hay mucha burla de solemnes verdades que se han proclamado”- y con la escatología. “Es el recordatorio de nuestra naturaleza mortal. Ya nos lo enseñó el Barroco: quien es capaz de deponer, es capaz de lo más sublime”, zanjó el escritor. Y vinieron los aplausos.

El escritor Juan Manuel de Prada es un animal de escenario. Modula la voz, introduce anécdotas, chistes, juegos de palabras y encandila al público. Y lo sabe. Lo hizo esta tarde en la presentación de la volumétrica segunda parte de Mil ojos esconde la noche 2. Cárcel de tinieblas (Espasa) en la Fundación Telefonica acompañado por la escritora Ana Iris Simón y el músico Andrés Calamaro. Les interpeló, se interpeló a sí mismo, se autodefinió: “Soy católico, pero un escritor profano, no meapilas”; y dio unas cuantas estocadas: “Toda la historia contemporánea española es una construcción de mentiras” y “esta novela es escatológica para cabreo de los estreñidos” (o de los meapilas que se escandalizan con la escatología), solo por citar algunos ejemplos. Y, efectivamente, el público que había llenado toda la sala y que también sabía a lo que venía, aplaudió al final entusiasmado.

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