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El secreto detrás del nacimiento del cine: el día que los hermanos Lumière engañaron a Méliès
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estreno el 14 de marzo

El secreto detrás del nacimiento del cine: el día que los hermanos Lumière engañaron a Méliès

Thierry Frémaux estrena 'Lumière, la aventura continúa', donde revela un centenar de películas remasterizadas de los hermanos inventores con la idea de entender mejor su historia

Foto: Trabajadores saliendo de la fábrica, rodado por los Lumière. (Getty Images/Hulton Archive)
Trabajadores saliendo de la fábrica, rodado por los Lumière. (Getty Images/Hulton Archive)

Una noche de insomnio en la que daba vueltas en su cama y muchas imágenes transcurrían ante sus ojos cerrados por el duermevela, Louis Lumière inventó el cinematógrafo (que significa literalmente "escribir el movimiento"). A partir de un kinetoscopio que su hermano había traído de su regreso de un viaje, concibió un aparato uniendo otros aparatos que ya existían, el cual tendría tanto cámara como proyector. La historia posterior es bien conocida: el 29 de diciembre de 1895 la máquina de los sueños de los Lumière echó a andar. Los hermanos realizaron una exhibición comercial de las películas que habían estado rodando en el Salon indien du Grand Café, en el número 14 del Boulevard des Capucines en París. Un mago, ilusionista y fantasioso se acercó a ellos y les preguntó si podía comprar aquel fantástico invento, pero ellos le despacharon: "Es un invento sin futuro", aseguraron.

El mago en cuestión era, por supuesto, Georges Méliès, y años después sería el artífice de algunas de las primeras películas más fascinantes de la historia del cine. Los hermanos Lumière, sin embargo, aunque creadores de ese "producto sin futuro", han sido considerados siempre por la historia como simples inventores, no cineastas reales. Mediante planos fijos, rodaban la realidad del mundo con la idea de plasmar momentos determinados, pero no con una verdadera intención artística. Eso se creía hasta hace poco, porque Thierry Frémaux, director de Cannes, tiene otra teoría: los Lumière sabían perfectamente el producto que habían creado, pero por pura cuestión empresarial le dijeron a Méliès que no tenía futuro, con la idea de evitarse posible competencia.

Frémaux defiende que los Lumière le dijeron a Méliès que el cine no tenía futuro con la idea de evitarse posible competencia

Es imposible avalarlo, teniendo en cuenta que los protagonistas de la historia murieron hace mucho tiempo, pero si alguien sabe algo de los Lumière, ese sin duda es Frémaux. El próximo día 14 se estrena Lumière, la aventura continúa, que no es sino la segunda parte del proyecto que comenzó en 2016 con ¡Lumière! Comienza la aventura. Si en el primer filme se revelaban un centenar de películas de los Lumière restauradas, este ha remasterizado otras cien (de 50 segundos cada una) con la idea de profundizar en la historia de la invención del cine en el mundo. Mediante películas de Lumière se cuenta la vida y la historia de los Lumière.

"Las películas que se veían en las salas se proyectaron en diez años, desde 1895 hasta 1905", explica Thierry Frémaux en entrevista con El Confidencial. "Se proyectaban en funciones de media hora, con varias películas que se iban alternando. Luego, el cine mudo trató de estandarizarse con formatos más largos, y ya en los años 20 y 30, la duración de una película oscilaba entre una hora y media y dos horas. Yo me enamoré muy joven del cine de los Lumière, pero entiendo que si muestras durante una hora estas películas de 50 segundos sin ningún contexto, el público acaba perdiendo el interés. La idea, por tanto, era hacer una película que recopilara y comentara estas primeras obras, como si un especialista en música clásica te explicara alguna Sinfonía de Beethoven. La primera película tuvo mucho éxito, pero con la segunda quería cambiar un poco el enfoque coincidiendo con que se cumplen 130 años de la creación del cine. Si la primera era una recopilación, esta tiene una filosofía más profunda sobre nuestra relación con el cine actual".

Ahora mismo, el equipo de Frémaux tiene registradas 2.000 películas de los Lumière, de las cuales han recopilado 500 (200 para la primera película y 300 para la segunda). Esa es una de las teorías que el director de Cannes sostiene para explicar por qué los Lumière sí confiaban en su invento: "Louis Lumière dirigió 2.000 películas, lo que demuestra que creía en el futuro de su invención", cuenta. "Además, aunque no hay muchos archivos sobre su opinión sobre el cine, sí existen documentos sobre la forma en que reclutaban operadores para grabar alrededor del mundo. Ellos promovían el cine como una aventura, como una forma de capturar la diversidad del mundo. Esto indica que sí veían el potencial del cine más allá de su función inicial".

"Ellos promovían el cine como una aventura, como una forma de capturar la diversidad del mundo"

Aunque es café para muy cafeteros, el documental no solo pretende contar la historia de los Lumière (y de alguna forma redimirlos), sino que las películas son testigos mudos de una época extinguida. Dejando a un lado la salida de la fábrica o la famosa locomotora, hay muchas otras producciones más desconocidas que sorprenden por su narrativa: una familia de acróbatas hace piruetas. Un grupo de chicos intentan ligar con unas chicas en un carnaval en París, tirándoles confeti. Louis rueda y Auguste hace de actor, mientras desayuna. El famoso regador es regado, componiendo la adaptación de una tira cómica. Está considerada la primera película de la historia del cine, con una verdadera trama argumental y no, simplemente, un documental.

Reflexiona Frémaux, por supuesto, acerca del futuro del cine. "Ya se habló en los 80 y 90 con la llegada del vídeo de la muerte del cine, pero hoy el peligro es otro: la desaparición del cine como práctica social. Antes se vivía en comunidad, pero desde el covid las plataformas están poniendo en riesgo las audiencias colectivas. De todas formas, no pueden ser vistas como enemigas del cine, de hecho, aunque la regla en Cannes es que una película en competencia debe ser proyectada en salas, no podemos ignorar la importancia que ahora mismo están teniendo las plataformas, necesitamos su inversión y su capacidad de llegar a nuevas audiencias".

Tanto la intención del documental como la de Frémaux está bien clara: preservar el cine en la memoria colectiva para que no se pierda. "Chaplin o Buster Keaton en su época eran extremadamente populares, ahora parece que su cine es como un arte elevado y solo accesible para una élite. Hay un problema con la preservación de la historia del cine. Necesitamos trabajar para que las nuevas generaciones lo redescubran, igual que pueden redescubrir un libro de Shakespeare junto a otros modernos, o la música de Mozart. La educación cinematográfica es clave, y figuras como Tarantino o Almodóvar ayudan a mantener vivo este legado. Es un desafío, pero es fundamental que sigamos luchando por ello".

Una noche de insomnio en la que daba vueltas en su cama y muchas imágenes transcurrían ante sus ojos cerrados por el duermevela, Louis Lumière inventó el cinematógrafo (que significa literalmente "escribir el movimiento"). A partir de un kinetoscopio que su hermano había traído de su regreso de un viaje, concibió un aparato uniendo otros aparatos que ya existían, el cual tendría tanto cámara como proyector. La historia posterior es bien conocida: el 29 de diciembre de 1895 la máquina de los sueños de los Lumière echó a andar. Los hermanos realizaron una exhibición comercial de las películas que habían estado rodando en el Salon indien du Grand Café, en el número 14 del Boulevard des Capucines en París. Un mago, ilusionista y fantasioso se acercó a ellos y les preguntó si podía comprar aquel fantástico invento, pero ellos le despacharon: "Es un invento sin futuro", aseguraron.

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