Es noticia
Los Oscar 2025 pasan de Trump y se marcan una gala bastante apolítica
  1. Cultura
una gala sin proclamas

Los Oscar 2025 pasan de Trump y se marcan una gala bastante apolítica

Alguna pincelada hacia el conflicto israelí-palestino, algún ¡gloria a Ucrania!, pero en los Oscar, mejor guardar la ropa, que luego pasa lo que pasa y ya no tienes trabajo

Foto: Daryl Hannah alzó la mano con el gesto de la victoria y gritó: ¡Gloria a Ucrania! (REUTERS Carlos Barria)
Daryl Hannah alzó la mano con el gesto de la victoria y gritó: ¡Gloria a Ucrania! (REUTERS Carlos Barria)

Desde que Will Smith le soltó una bofetada a Chris Rock en los Oscar ya no se habla de política sino de otras cosas. De memes y alguna pullita y poco más (más allá de los premiados). La tontería lo acaba absorbiendo todo así que este año era todo de lo más previsible una vez que se le agotaron las esperanzas (o se las agotaron) a Emilia Pérez y los miembros de la Academia optaron por la otra extravagancia del año (Anora) que al menos tenía unos cuantos rusos a los que mamporrear. Y se rejuvenecía la audiencia (en los pases de Anora van a poder ver a unos cuantos espectadores de la Generación Z).

Así que sí, pese a que la cosa política está candente con Donald Trump y su troupe haciendo desaguisados en la Administración, a los Oscar se va a ver y que te vean y subir alguna idiotez a las redes con algunas honrosas excepciones como el documental para No other land que, por otra parte, es el discurso israelí-palestino que siempre ha defendido Hollywood y el Estados Unidos más progresista (y judío).

La primera burla del presentador Conan O’Brien -que tampoco sabes quién es- fue precisamente contra Rusia a costa de Anora. En la película salen unos cuantos matones rusos que dan más risa que miedo. De hecho, parecen los nazis de las películas de Indiana Jones, así como un poco tontos todos. Si esa escena de la pelea te la rueda otro igual te encoges en la butaca, pero con Sean Baker solo puedes esperar que salga algún puñetazo comiquero como en el Batman televisivo. Qué idiotas los rusos. Incluso los magnates quedan caricaturizados. Y se quejaban los mexicanos de Emilia Pérez.

Qué idiotas los rusos. Incluso los magnates quedan caricaturizados. Y se quejaban los mexicanos de 'Emilia Pérez'

Más cosas. Adrien Brody, Oscar al mejor actor por hacer de judío traumatizado -una especialidad- se acordó de este mundo en guerra y recalcó al recoger el premio: “Estoy aquí una vez más para representar los traumas persistentes y las repercusiones de la guerra, la opresión sistémica, el antisemitismo y el racismo”. “Y rezo por un mundo más saludable, más feliz y más inclusivo. Si el pasado puede enseñarnos algo es que no debemos dejar que el odio pase desapercibido. … Luchemos por lo que es correcto”. Aquí que cada uno ponga qué lado es el correcto, que él no lo dijo. Sí lo dijeron los creadores del documental No other land: la injusticia es la ocupación.

La mejor actriz de reparto, Zoe Saldaña, por su papel en Emilia Pérez -otro galardón cantado- se acordó de los inmigrantes, que tampoco lo deben estar pasando bien en estos nuevos tiempos estadounidenses. No citó a Trump ni las políticas de expulsión, pero sí señaló: “Soy una orgullosa hija de padres inmigrantes, con sueños y dignidad y manos trabajadoras”. Menos es nada.

Solo la actriz Daryl Hannah alzó el puño al entregar el Oscar al mejor montaje para gritar: "¡Slava Ukraini" (gloria a Ucrania en español)

Y de Ucrania prácticamente nada pese a que el año pasado el documental ganador fue 20 días en Mariupol y el anterior el dedicado al activista ruso anti Putin, Navalny (que murió, curiosamente, en la cárcel). Así de rápido va todo. Solo la actriz Daryl Hannah alzó la mano con el gesto de la victoria al entregar el Oscar al mejor montaje para gritar: "¡Slava Ukraini" (gloria a Ucrania en español). Y ya está.

No parecen ya los Oscar la plataforma para que los miembros de Hollywood lancen proclamas políticas. Sí lo hacen en otras galas con menos publicidad y televisión como la de los actores, donde Jane Fonda volvió a hacer de Jane Fonda contra Trump. O en los del cine independiente donde también se vertieron críticas al nuevo Gobierno. Pero en los Oscar, mejor guardar la ropa, que luego pasa lo que pasa y ya no tienes trabajo.

Desde que Will Smith le soltó una bofetada a Chris Rock en los Oscar ya no se habla de política sino de otras cosas. De memes y alguna pullita y poco más (más allá de los premiados). La tontería lo acaba absorbiendo todo así que este año era todo de lo más previsible una vez que se le agotaron las esperanzas (o se las agotaron) a Emilia Pérez y los miembros de la Academia optaron por la otra extravagancia del año (Anora) que al menos tenía unos cuantos rusos a los que mamporrear. Y se rejuvenecía la audiencia (en los pases de Anora van a poder ver a unos cuantos espectadores de la Generación Z).

Premios Oscar Cine