Los imperios de Disney/Pixar y Dreamworks se tambalean: la letona 'Flow', favorita para el Oscar
La cinta letona ganó el Globo de Oro de Animación y llega muy bien posicionada, según las predicciones de Hollywood. Sus rivales serán las más previsibles 'Robot Salvaje', que también podría ganarlo, y la taquillera 'Del revés 2'
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Llegó a los cines hace un mes casi sin hacer ruido, con un trazo un poco feúcho, pero con muchísimo encanto. Se trata de Flow, un mundo que salvar, la película letona que este año puede dar la campanada en los Oscar, según las predicciones que manejan los medios en Hollywood. Está nominada a mejor cinta de animación y mejor cinta internacional -aunque este segundo Oscar está muy cantado para Aún estoy aquí- y puede ser ese caballo de troya que explote en medio de la sala sin que nadie lo espere. De hecho, ya atrapó el Globo de Oro en la categoría animada. Si se hiciera con este Oscar, el gatito grisáceo de Flow y muchísimos espectadores aplaudirían felices.
Hace ya tiempo que las películas de animación dejaron de ser exclusivamente para niños. Al menos, no todas. Se ha creado esa categoría en la que un niño puede disfrutar (más o menos) y un adulto pasárselo también en grande. Disney y sobre todo Pixar lo explotaron muy bien y, por eso, y por toda su historia, son los grandes imperios de la animación con permiso de Dreamworks. Pero estos gigantes ya no son los únicos que son capaces de hacer eso. Les están saliendo competidores de otros países que manejan los códigos de la animación con muchísima soltura, profesionalidad y con mayor riesgo. Mientras que a Disney y Pixar se les ve un poco agotados de ideas y entrando en sagas y secuelas, allende fronteras estadounidenses se está haciendo un cine de animación bastante interesante. Otro asunto en el que la cultura de EEUU ofrece malos síntomas.
El año pasado fue el español Pablo Berger el que pudo haberse llevado la estatuilla con Robot dreams, esa historia de amor en Nueva York entre un perro y un robot que tanto acarició el corazón. No le hicieron falta palabras para que muchos acabáramos encandilados con esta historia. Se lo terminó llevando El chico y la garza, del maestro Miyazaki, porque es un genio y porque puede ser su última película, pero Berger hubiera merecido sin duda ese premio.
'Flow' se estrenó en Cannes y ya se quedó en el cerebro de los que la vieron con un periplo posterior estupendo en otros festivales
Esta vez el afortunado puede ser el letón Gints Zilbalodis del que apenas sabemos nada, más allá de que tiene 31 años, un talento enorme, tres cortos de animación y otro largo (Away) que desconocemos completamente. Se ha presentado internacionalmente con Flow, que se estrenó en Cannes y ya se quedó en el cerebro de los que la vieron con un periplo posterior estupendo en otros festivales. A veces pasan estas cosas bonitas.
No es de extrañar. La película, que cuenta la historia de un gato y otros animales que tienen que ayudarse entre ellos para sobrevivir en un mundo apocalíptico, te atrapa desde el primer momento. No es el dibujo más bonito de la historia, ni siquiera está muy bien definido, pero hay algo muy tierno ahí. Y tiene algo muy diferente a la moralina neoliberal de Disney (y el tú puedes tú solito). En Flow hay un mensaje colaborativo claro: es el ayudaos los unos a los otros que incluso se puede encontrar en las escrituras bíblicas, pero es que quizá nos lo tenemos que repetir más. La cinta es evidente: tú solo no vas a ningún lado.
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Por cierto, en esta película tampoco hay ninguna palabra. Y se huye una vez más de esa humanización de los animales y cosas que es tan habitual en las películas estadounidenses. Solo se escucha el sonido que hacen los animales y el de la naturaleza. Y es verdaderamente relajante (incluso cuando esta se pone fiera). Flow es feelgood del de verdad. Y quédense con la banda sonora que ha compuesto también Zilbalodis junto a Rihards Zaļupe. Es sedante.
La taquilla mundial está siendo un gran éxito y ya ha llegado a los 20 millones de dólares. En España no le ha ido nada mal y se ha colado en unos cuantos cines (le distribuye una empresa letona, una belga y otra francesa pequeña). Al cierre de esta edición lleva casi un millón de euros de recaudación y más de 140.000 espectadores y es la 13ª película más vista de 2025 en nuestro país. Probablemente obtenga unos cuantos más.
Sus rivales: más predecibles
Una de sus competidoras en los Oscar será, precisamente, la película de animación más taquillera de la historia en todo el mundo. Del revés 2, de Disney/Pixar, es más floja que Del revés, sobre todo porque ya no era sorprendente este mundo de emociones animado que Pixar creó en 2015 y que deslumbró al mundo, pero se convirtió en la novena película más taquillera de todo el cine mundial con más de 1400 millones de dólares de recaudación. Si a la gente le ha gustado algo, dale más de lo mismo que aunque sea peor funcionará por inercia.
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En España fueron a verla casi siete millones de personas. Fue la película más vista en los cines españoles de todo 2024 y doblando a la siguiente (Deadpool y Lobezno). Un auténtico fenómeno. Consiguió una recaudación de más de 45 millones de euros. Contra esto es difícil luchar en los Oscar, que les suele gustar bastante la taquilla, pero si se lo dan será decepcionante.
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La otra gran empresa de animación estadounidense, Dreamworks, llega a los Oscar con Robot Salvaje, que sigue esa estela tan norteamericana de animales y robots habladores - ay, dónde quedó aquella maravilla de Walle-E, de Pixar- y también ha conseguido muy buenas críticas. Es un rival fuerte para Flow por la producción -el gato letón es muchísimo más artesanal-, por la distribución y porque es una buena película. Ha funcionado muy bien en la taquilla mundial con una recaudación de 330 millones de dólares. En España fue la octava película más vista de 2024 y consiguió más de 1,5 millones espectadores. Su recaudación alcanzó los 10,3 millones de euros.
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Menos probabilidades tiene la británica Wallace y Gromit: La venganza se sirve con plumas que forma parte de la saga Wallace y Gromit realizada a partir del stop motion y la plastilina. En otra ocasiones tras la producción de esta saga ha estado Dreamworks, pero ahora se ha encargado de ella la BBC y Netflix y el estudio Aardman (que fueron los que lanzaron el éxito de Wallace y Gromit, además de otras pelis como Chicken Run en el año 2000). Con unos personajes conocidos y afianzados, este año ya han conseguido el BAFTA en el Reino Unido. Las críticas han sido excepcionales, pero sería demasiado sorprendente que consiguieran el Oscar. En España se estrenó directamente en Netflix a comienzos de enero.
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La gran rival del gato Flow, más allá de las inversiones económicas, debería ser la australiana Memorias de un caracol, de Adam Elliot. Es la otra rareza de las nominadas. Y esta sí que no es una película para niños aunque esté protagonizada por niños, como ya hemos alertado por aquí. Eliot siempre hace películas oscuras (con algo de Tim Burton), pero una gran ternura y ganas de vivir (que no tenía Tim Burton). Ya ganó el Oscar al mejor corto de animación con Harvie Krumpet sobre un tipo al que le pasa todo lo malo pero tiene un optimismo a prueba de bombas. Y el largo Mary y Max (2009) tenía un argumento un tanto inquietante: la larga amistad por correspondencia entre un cuarentón judío y obeso de Nueva York, y una niña australiana de ocho años que vive en los suburbios de Melbourne. Era una película muy buena.
En esta ocasión, también cuenta otra extraña pero necesaria amistad como la que se da entre una anciana y una niña que acaba de perder a su hermano. Será la anciana la que le saque de su angustia, su tristeza, su soledad y su dolor por la pérdida. Encantadora. Eso sí, es la que ha conseguido por ahora menos espectadores en España (unos 4.000 al cierre de este texto). Es la más difícil de encontrar en los cines (y no está aún en plataformas).
Llegó a los cines hace un mes casi sin hacer ruido, con un trazo un poco feúcho, pero con muchísimo encanto. Se trata de Flow, un mundo que salvar, la película letona que este año puede dar la campanada en los Oscar, según las predicciones que manejan los medios en Hollywood. Está nominada a mejor cinta de animación y mejor cinta internacional -aunque este segundo Oscar está muy cantado para Aún estoy aquí- y puede ser ese caballo de troya que explote en medio de la sala sin que nadie lo espere. De hecho, ya atrapó el Globo de Oro en la categoría animada. Si se hiciera con este Oscar, el gatito grisáceo de Flow y muchísimos espectadores aplaudirían felices.