El historiador experto en racismo: "España fue el primer país europeo en institucionalizarlo"
Francisco Bethencourt, catedrático de Historia en el King's Collage de Londres, ha analizado la historia del racismo desde la Edad Media al siglo XX. Y asegura que el racismo no es algo innato al ser humano
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Las palabras “racista” y “racismo” se crearon recientemente, en la década de 1890 la primera y en la de 1900 la segunda. Sin embargo, la idea de que existen grupos étnicos que son superiores a otros es muchísimo más antigua.
El portugués Francisco Bethencourt ha dedicado años a estudiar la historia del racismo. Empezó a interesarse sobre ese asunto cuando se enteró de que un amigo suyo era considerado blanco en Brasil y negro en Estados Unidos, y quiso entender el porqué de esa diferencia.
Titular de la cátedra de Historia Charles Boxer en el King’s College de Londres, Bethencourt ha volcado el fruto de todas sus investigaciones en ese campo en
PREGUNTA. Usted tiene su propia definición de racismo. ¿Cuál es?
RESPUESTA. Racismo es el prejuicio basado en la ascendencia étnica y acompañado de una acción discriminatoria. Me ha llevado tiempo conseguir esa definición, porque al principio yo tenía una visión muy amplia. Pero al comenzar mis investigaciones me di cuenta de que debía concentrarme en el racismo, definirlo bien y estudiar las teorías de las razas en función de esos prejuicios acompañados de acción discriminatoria. Dar con esa definición me ha facilitado mucho el trabajo, porque me ha permitido aplicarla al estudio de diferentes periodos de la historia en diferentes espacios y partes del mundo. Como decía el gran historiador francés Lucien Febvre, antes de que existan las palabras con frecuencia existe el fenómeno, y el término “racismo” fue acuñado sólo a principios del siglo XX, pero el fenómeno existía desde mucho antes. Definir bien lo que es el racismo me ha permitido estudiar el fenómeno en diferentes periodos de historia y en diferentes continentes.
P. Su libro arranca con la Edad Media. ¿Es que en el mundo clásico, en Grecia y en Roma, no había racismo?
R. Yo no digo que no existieran casos. El historiador Benjamin Isaac ha demostrado que en Grecia había prejuicios de ascendencia étnica contra los negros, y también contra los sirios y otras poblaciones. Por ironía de la historia, los prejuicios de los griegos contra los sirios luego fueron adoptados por los romanos contra los propios griegos, y esa es una buena lección de la historia: los prejuicios pueden volverse contra quien los ha creado. Lo que me parece es que en el mundo clásico no hubo una acción discriminatoria sistemática contra un grupo étnico que fuera importante o ampliamente difundida. Existía racismo, por supuesto, pero no de manera extensa.
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P. ¿El racismo comenzó entonces en la Edad Media?
R. El Imperio Romano intentó comprender e incluir a las diferentes etnias de ese mundo en expansión, atribuyéndoles incluso la ciudadanía romana. La expansión europea en la Edad Media se produjo fundamentalmente a través las Cruzadas, y no intentó esa inclusión, fue un proceso colonial que duró mucho en el tiempo, que por ejemplo mostró prejuicios contra los cristianos griegos, aunque no se activó una discriminación sistemática contra ellos, y que no buscó integrar a otras etnias, porque su patrón era el cristianismo romano.
P. En la Edad Media en España se obligó a musulmanes y a judíos a convertirse al cristianismo y luego se creó el concepto de ‘pureza de sangre’ para establecer clases entre los cristianos viejos y los nuevos…
R. Cuando hablamos de pureza tendemos a pensar en las castas de la India, pero desde el siglo XVI los europeos elaboraron conceptualmente y con gran detalle un sistema de castas muy rígido. Esa idea de la limpieza de sangre se desarrolló sobre todo en España y después en Portugal y era una forma de crear fronteras internas, barreras internas, y de evitar en el caso de España y de Portugal el acceso de los conversos a los puestos de gobierno municipal, a la universidad, a las órdenes religiosas, militares y a las funciones más importantes… Sabemos, por estudiosos como por ejemplo Enrique Soria, que muchos conversos consiguieron pasar las pruebas de limpieza de sangre, pero estaban siempre bajo sospecha, esas pruebas podían ser requeridas de nuevo y toda la familia podía resultar desacreditada y excluida de las posiciones sociales que había alcanzado. La idea de la limpieza de sangre existió en España y en Portugal, no en el resto de Europa. En el resto de Europa hubo profesiones que se consideraban impuras, como por ejemplo la de verdugo, pero ese concepto no se aplicaba a una etnia o grupo social completo, eso es algo que sólo ocurrió en la Península Ibérica.
P. Pero lo de la pureza de sangre no fue suficiente, visto que entre 1609 España expulsó a los moriscos, a los 300.000 musulmanes que se habían convertido al cristianismo. ¿Por qué tanta inquina?
R. Es un caso muy claro de racismo. Esas personas eran cristianas, al menos formalmente, y fueron todas ellas expulsadas entre 1609 y 1614. Evidentemente, hubo siempre cierta resistencia, siempre hubo moriscos que no se conformaron con la conversión forzada. Pero hubo también otros que se habían adaptado a ser cristianos, hay estudios que muestran que en ciertas comunidades de Castilla que había comunidades de moriscos muy bien integradas y que contaban con el apoyo de los llamados cristianos viejos. La expulsión de los moriscos respondió, más que a una política de discriminación o segregación, a la idea de purificar el territorio del reino, y eso tiene una relación clara con el racismo. Fue un caso de integración forzada seguido de discriminación sistemática.
"En Europa hubo profesiones consideradas impuras, como la de verdugo, pero ese concepto no se aplicaba a un grupo social completo"
P. ¿España inventó entonces el racismo institucionalizado?
R. En el caso de Europa, está claro que España primero y después Portugal institucionalizaron el racismo. Por supuesto, hubo racismo en otras regiones de Europa. Pero el caso de España fue distinto, fue un caso de racismo interno, de discriminación de personas que fueron convertidas y formaban parte de la comunidad cristiana, fue un caso de racismo institucional. No digo que España fuera el primer país del mundo en institucionalizar el racismo, hay casos de discriminación muy claros en India, en Japón, en Corea... Pero España y Portugal después fueron los primeros en Europa en institucionalizar el racismo, en tener estatutos de limpieza de sangre que excluían por primera vez a miembros de la comunidad cristiana. El contraste en ese sentido de España y Portugal con Italia es enorme, porque Roma no aceptó la conversión forzosa ni que se distinguiera luego entre cristianos nuevos y viejos. Hay que tener en cuenta que en España y en Portugal las poblaciones musulmanas eran mucho más numerosas que en Italia. La Reconquista cristiana fue un proceso largo y contra una mayoría musulmana.
P. ¿Hubo muchas diferencias en cuanto a racismo en la expansión europea en otros continentes, entre lo que hicieron ingleses y españoles en sus respectivas colonias?
R. Las etnias de los distintos continentes que fueron dominadas permanecieron en algunos casos con estatuto de extranjeras: es el caso de los ingleses, que en su expansión en América del Norte consideraron a los nativos americanos como extranjeros. Hasta 1870 los nativos americanos no fueron reconocidos por Estados Unidos y solo en 1924 se les concedió la ciudadanía. Ese proceso fue muy diferente del de la América española, donde las etnias locales fueron integradas y convertidas, pero siempre con un grado de discriminación. La expansión inglesa fue con segregación y la expansión ibérica se caracterizó por la integración con discriminación.
"Es una certeza que el racismo nace de proyectos políticos que movilizan prejuicios y que procuran organizar formas de discriminación"
P. Usted, a diferencia de muchos otros académicos, sostiene que el racismo no es algo innato o natural al ser humano, sino que es algo que siempre está motivado por cuestiones políticas.
R. Para mí es algo que está muy claro. Recuerdo que en una ocasión, mientras estaba realizando mis investigaciones, di una conferencia en la universidad de Mánchester y expuse mi hipótesis. Alguien me preguntó entonces si había algún ejemplo que fuera contrario a mi hipótesis, y no, no los hay. Para mí es una certeza que el racismo nace de proyectos políticos que movilizan prejuicios y que procuran organizar formas de discriminación o de intimidación. Si se revisa la historia, está claro que los casos de racismo están motivados por proyectos políticos de monopolización de los recursos. Es la monopolización de los recursos lo que está siempre detrás del racismo.
P. Ahora, tanto en Estados Unidos como en Europa, vemos cada vez más proyectos políticos que señalan a los inmigrantes como responsables de los problemas nacionales de paro, de colapso de la sanidad, de aumento de las ayudas sociales…
R. Sí. Yo no digo que el proceso sea siempre igual, adopta diferentes formas y contornos, pero la lógica de estos procesos es históricamente siempre la misma y debemos entenderla para estar preparados para lo que viene en estos días. Y claramente la lógica que subyace en estos procesos es la de monopolizar los recursos y la de discriminar a aquellos que vienen de fuera y que pueden competir. Porque hay que destacar que muchos inmigrantes tienen educación, son personas que pudieron pagarse el poder emigrar, gente que en muchos casos han estudiado, tienen capacidades y una gran voluntad de trabajar. En Inglaterra, por ejemplo, existe la idea de que los inmigrantes viven de las ayudas sociales, pero no es verdad, hay estudios que demuestran que no son los inmigrantes los que viven de las ayudas sociales, los inmigrantes suelen ser personas trabajadoras.
P. ¿Considera posible que en el siglo XXI se produzcan genocidios movidos por el racismo tan terribles como los que tuvieron lugar en el siglo XX contra los armenios o los judíos?
R. Espero que no, pero la situación internacional se está degradando muy, muy rápidamente, y es muy preocupante. Yo asistí en mi infancia y en mi juventud al final de la dictadura en Portugal y también en España y fue un periodo muy negro, en el que hubo detenciones y desapariciones de personas. Tras la devastación de la II Guerra Mundial se fue desarrollando todo un marco de derecho internacional: se aprobó en 1948 la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, también en 1948 se aprobó la declaración sobre el genocidio; después las declaraciones regionales de derechos humanos y la declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas. Hoy en día lo que vemos es la violación de la Carta de las Naciones Unidas, invasiones de países que son elogiadas, violaciones en muchos países de los derechos humanos y el retorno a la fuerza bruta en las relaciones internacionales, relaciones que antes estaban reguladas para proteger a los pequeños países, para proteger a las minorías y para tratar de crear cierta integración entre ciudadanos de todo el mundo a través del establecimiento relaciones pacíficas entre los estados basadas en el respeto mutuo. Este regreso a la fuerza bruta puede destruir el orden nacional que hemos construido en todos estos años. De hecho, me pregunto si hoy en día sería posible aprobar un texto tan importante como Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Yo creo que no.
"Uno puede ser considerada de diferentes razas en diferentes países, y las posibilidades sociales están limitadas por estas percepciones"
P. El término raza surgió en la Edad Media, pero es un concepto muy escurridizo y arbitrario que ha cambiado mucho a lo largo de la historia. Usted mismo cita en su libro cómo una persona que en Brasil es blanca en Estados Unidos es negra…
R. Así es. Yo empecé de hecho a investigar sobre el racismo a raíz del caso de un colega y amigo, mayor que yo, que en Brasil era considerado blanco y que cuando viajó a Estados Unidos tuvo un shock, porque allí le consideraron negro. Y ese mismo amigo sería considerado de color en el Caribe. La misma persona puede ser considerada de diferentes razas en diferentes países, y las posibilidades sociales, de educación y de desarrollo están muy limitadas por estas percepciones. Ese caso dio el pistoletazo de salida a mis investigaciones, quería entender por qué en Brasil una persona era blanca y en Estados Unidos negra.
P. ¿Y cuál es la respuesta?
R. En Estados Unidos una persona puede tener mucho dinero, pero si tiene un ascendente de origen africano es clasificado como negro. En Brasil si una persona es de clase media, como lo es mi amigo, y no tiene la piel muy oscura -algo completamente arbitrario, porque hay muchas tonalidades- entonces es blanca.
P. Quizás habría que hacer como Francia, que ha abolido todas las categorizaciones raciales, ¿no le parece?
R. Efectivamente, Francia ha abolido todas las categorías raciales, frente a Estados Unidos, donde en cuanto entra una persona lo primero que hacen es confrontarla con una lista para clasificarla racialmente, donde la clasificación es permanente. El caso francés es aparentemente más simpático, pero en la práctica la discriminación sigue existiendo y no se puede cuantificar porque ya existen criterios de clasificación racial. No existe el sistema ideal. Con la clasificación se alimentan los prejuicios raciales, pero sin clasificación no se puede saber lo que ocurre, sin clasificación racial no sabríamos por ejemplo que las personas de origen norteafricano sufren más discriminación en empleos y concursos para empleos que las personas de otros países europeos, aunque en ocasiones las personas de origen africano tienen mejor nivel de educación, lo que demuestra que es un caso de racismo, no de competencia ni de educación. Pero si no hay una clasificación racial es muy difícil detectarlo.
Las palabras “racista” y “racismo” se crearon recientemente, en la década de 1890 la primera y en la de 1900 la segunda. Sin embargo, la idea de que existen grupos étnicos que son superiores a otros es muchísimo más antigua.