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Cómo conseguir que tu libro venda más de 400 ejemplares (la media en España)
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Una industria con hiperproducción

Cómo conseguir que tu libro venda más de 400 ejemplares (la media en España)

El editor David Remartínez ofrece un sistema para que tu historia no se quede varada entre las 600 novedades que las editoriales ofrecen cada semana a las librerías en nuestro país (y sin contar con la autopublicación)

Foto: La librería La22 en Girona. (EFE/David Borrat)
La librería La22 en Girona. (EFE/David Borrat)

Cuando alguien quiere publicar un libro, lo primero que hace el editor David Remartínez es poner a esta persona en su sitio. No, no es nada fácil convertirse en un Arturo Pérez-Reverte o en una Julia Navarro. No, probablemente no se haga de oro. Tampoco con la autopublicación (mucho ruido y pocas nueces). Y alégrese si el libro se mantiene algunas semanas en las librerías (y bien colocado). En España se publican al año entre 70.000 y 90.000 títulos y la media de venta de cada uno de ellos es de… 400 ejemplares. Como mucho le va a dar para invitar a unas cervezas a los amigos y familiares que se lo hayan comprado. Esta es la realidad de la industria editorial española. Lo demás es mucha suerte y oropeles.

No obstante, dice Remartínez, que trabaja como freelance y para la editorial Arpa, hay fórmulas que pueden conseguir que ese libro salte la irrisoria cifra de los 400 ejemplares. Que incluso tenga algo de éxito. Él mismo ha desarrollado un método para planificar la escritura y venta del libro que se puede consultar en el manual Así se escribe un libro, que lleva por subtítulo el cristalino Todo lo que necesitas saber para escribir, publicar y vender un libro con éxito (Arpa). "Es que muchas veces los libros fracasan porque no se hace bien ni la planificación de la idea". De hecho, el editor señala que no es que se tope en su trabajo con malos manuscritos porque estos estén mal escritos, sino que la idea es directamente mala. Y llegan unos cuantos: a una editorial mediana, es probable que le lleguen unos cien a la semana.

placeholder 'Así se escribe un libro', de David Remartínez. (Arpa)
'Así se escribe un libro', de David Remartínez. (Arpa)

Para asegurarse que hay una buena idea detrás, ya sea en libros de ficción y de no ficción, el editor manifiesta que hay que hacerse antes tres preguntas básicas: para qué quieres escribir el libro, ya que eso va a determinar el tono y el tipo de público; qué quieres contar que no se haya dicho ya, es decir, ¿el mundo necesita este libro?; y, tres, quién lo va a leer. Todo esto lo hace en una primera charla y cuando todas estas preguntas están contestadas, se pasa a un esquema para planificar cómo se va a ir escribiendo el libro. "Es una especie de pizarra sobre cómo escribir por capas", manifiesta el editor.

Estos trucos o capas son los siguientes. Lo primero que hay que hacer es escribir un borrador con los contenidos de cada capítulo. Si es ficción, se trata de ir desarrollando la trama. Después hay que revisar si se entiende la esencia del libro. Es interesante que se pida una opinión a personas cercanas para ver si ese libro tiene algún tipo de sentido.

La segunda capa consiste en ir engarzándolo todo, los diálogos, las partes más narrativas… construir el arco narrativo. La tercera capa es la del abrillantamiento, la de darle un estilo propio. "Un buen libro siempre expresa emociones. Y se puede aprender a hacerlo", asegura Remartínez.

El editor también está para orientarle en cuanto a las temáticas. En la ficción se depende más "del genio literario", aunque siempre subyacen una serie de temas que no están mal si dan con la tecla de lo que está en la conversación porque eso ayudará "a vender" el libro. En la no ficción esto es algo más sencillo. No extraña tanto que ahora, por ejemplo, haya tanto sobre la soledad, lo que nos causan las redes sociales, la salud mental… "Y todo se mezcla un poco con la experiencia del autor", afirma este editor. No se da puntada sin hilo. Por suerte, siempre están las sorpresas inesperadas.

600 novedades a la semana

Una vez escrito, no se acaba la planificación. Hay aspectos muy importantes que muchas veces no son tenidos en cuenta y por eso, casi de forma desesperada, dice Remartínez, se acude a la autopublicación "que tiene muchas desventajas y da lugar a grandes decepciones": "Para empezar, no tienes distribución en librerías y la labor editorial la tienes que hacer tú solo. No hay corrección ni nadie te cuestiona la estructura, el ritmo, si sobran o faltan capítulos, si estás muy farragoso… La autopublicación es ponerle unas anillas a la redacción y listo. Y lo que suele ocurrir muchas veces es que mueres en la orilla".

"La autopublicación es ponerle unas anillas a la redacción y listo. Y lo que suele ocurrir muchas veces es que mueres en la orilla"

Además de que va en ello su trabajo, insiste en que va a haber más garantías de éxito con un trabajo de edición profesional. Por ejemplo, para elegir título, la portada y la contraportada, que no son asuntos menores. "No, no, son fundamentales. Un librero recibe cada semana 600 novedades, de esas tiene que elegir cuáles encarga y no tiene tiempo para leerse todas las fichas, así que muchas veces va a elegir por el título, por la portada, por lo que le llame la atención. Y eso mismo van a hacer los compradores cuando vean el libro en la librería", asegura.

Otro asunto en el que también hay que pensar es valorar a qué editorial enviar el manuscrito. Y hay más de 3.000 en España. El editor no aconseja mandar el email a discreción porque es muy probable que eso vaya directamente a la papelera. Hay que saber en qué está especializado cada sello, dónde puede ser más plausible que a uno le hagan caso… y tener en cuenta cómo es su distribución —al final se trata de que llegue a las librerías— y el "cariño" que le van a poder dedicar al libro con un buen departamento de comunicación. Muchas veces incluso un gran sello no va a ser tan bueno para el libro como una editorial regional que le va a dedicar mucho más tesón (porque tiene menos libros a los que hacerles caso).

Aluvión de talleres y clubs de lectura

Con todo este aluvión de manuscritos, Remartínez reconoce que no le falta faena. Estamos en una época en la que todo el mundo escribe… y también se publica mucho. Con tanto sello no es tan difícil. "En parte es porque durante siglos y hasta el siglo XX escribir era cosa de las élites, de los intelectuales. Ahora se ha popularizado y ahora cualquiera puede publicar, como cualquiera se abre un canal de YouTube", sostiene el editor.

Pero también han crecido muchísimo los talleres de escritura y los clubs de lectura. "Puede ser porque desde la pandemia se han perdido relaciones sociales. Aunque estamos en una sociedad hiperconectada, se ha perdido tacto. Los talleres nos conectan y se fomenta la creatividad, se exteriorizan sentimientos… por eso este auge", comenta Remartínez.

placeholder El periodista y editor David Remartínez.(EFE/Juan González)
El periodista y editor David Remartínez.(EFE/Juan González)

En estos clubs y talleres hay más presencia femenina. A él le ocurre también con su clientela. Tiene más mujeres que acuden a él en busca de fórmulas y consejos para escribir. "Creo que tiene que ver con que a la mujer le cuesta menos contratar a alguien para que le enseñe. Entre los hombres se da más eso de 'esto lo hago yo solo'", sostiene.

Más allá del género, el perfil de la persona que tiene un libro en la cabeza es muy variado. A Remartínez le llegan escritores noveles, pero también otros que ya tienen algún título publicado. Él siempre prefiere empezar desde cero que rehacer un manuscrito, "ya que se pierde menos tiempo". Entre todos estos aspirantes a escritor se encuentra con mucho jubilado que quiere volcar todo lo que aprendió en su trabajo o de esa afición a la que dedicó toda su vida y es ya todo un experto. Acuden también muchos profesionales liberales que se encuentran a mitad de su carrera, como historiadores, filósofos, psicólogos, abogados, con toda la información que han recopilado de su especialidad. Otros clientes son gente más joven que quieren probar con un libro de relatos o su primera novela… Y después están aquellos que creen que su trabajo de final de carrera, su tesis, puede convertirse en un libro más comercial. "Eso me pasó con una chica que tenía un trabajo sobre las mujeres y las cárceles en todos los sentidos. Tenía tantos testimonios que de ahí podía salir un libro muy interesante", manifiesta.

¿Hacia dónde va todo esto?

No hay nadie que no se lleve las manos a la cabeza cuando sabe la cantidad de libros que se publican en España y nuestro índice de lectura (que está en la media europea, aunque no habrá pocos que mientan). Y no es que no se compren libros. Es una industria que se mantiene por la cantidad ingente de novedades que se publican al mes. Hablando en un castellano vulgar: los que entran por los que salen.

"Hay una hiperproducción: los editores publican todo lo que pueden, a ver qué funciona y con eso se cubren las pérdidas"

"Sí, ahora no se crean fondos de catálogo. Cuesta más almacenar los libros que destruirlos. Y la industria sufre una hiperproducción porque está en esta economía que nos obliga a crecer y a crecer. Desde la crisis y la pandemia hay cada vez más títulos porque las ventas de cada uno son muy bajas. ¿Qué hacen los editores? Publican todo lo que pueden, a ver qué funciona y con eso se cubren las pérdidas. Y luego publican diez, pero dedican la campaña buena de promoción a tres y el resto se abandona. Por eso siempre digo que hay que elegir bien a qué sello se envía el manuscrito", aconseja y cuenta Remartínez.

Todo el trabajo para planificar la creación y venta del libro es arduo. No se hace en poco tiempo. Este editor asegura que puede tardar entre seis meses y un año y medio. Pero lo más importante de todo, no obstante, es la idea. "Es lo que más cuesta, pero si la idea es buena, el equipo editorial la armará y se hará un buen libro". Eso sí, luego ya en librerías todo depende del lugar en el que te coloquen (no es lo mismo estar escondido que ocupar toda una estantería en la puerta)… y la suerte.

Cuando alguien quiere publicar un libro, lo primero que hace el editor David Remartínez es poner a esta persona en su sitio. No, no es nada fácil convertirse en un Arturo Pérez-Reverte o en una Julia Navarro. No, probablemente no se haga de oro. Tampoco con la autopublicación (mucho ruido y pocas nueces). Y alégrese si el libro se mantiene algunas semanas en las librerías (y bien colocado). En España se publican al año entre 70.000 y 90.000 títulos y la media de venta de cada uno de ellos es de… 400 ejemplares. Como mucho le va a dar para invitar a unas cervezas a los amigos y familiares que se lo hayan comprado. Esta es la realidad de la industria editorial española. Lo demás es mucha suerte y oropeles.

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