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Casanova: "Franco ascendió con la República y ofreció ayuda a Azaña contra los anarquistas"
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Casanova: "Franco ascendió con la República y ofreció ayuda a Azaña contra los anarquistas"

El historiador Julián Casanova publica 'Franco', una enorme biografía del dictador para contar quién fue a "quien no vivió el franquismo y que no lo estudió en las escuelas”

Foto: El escritor Julián Casanova. (EFE)
El escritor Julián Casanova. (EFE)

¿Por qué escribir una nueva biografía de Franco? En el año en el que se cumplirá medio siglo después de la muerte del dictador la producción editorial alrededor de su figura y sobre la época en la que sus acciones y personalidad resultaron decisivas para la historia de España no ha parado. En realidad ha habido más bien un cierto boom en los últimos años con constantes referencias al legado del franquismo, de la Guerra Civil, la Segunda República y la propia Transición.

Pero ¿acaso hay algo que no se sepa ya sobre la vida del general? El veterano historiador Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, explica en Madrid a El Confidencial que su objetivo es dar a conocer a Franco a una generación “que no vivió el franquismo y que no lo estudió en las escuelas”. El lapso de tiempo se queda quizás un tanto largo, porque acaso sería una generación sin ideas preconcebidas sobre el dictador, lo cual es bastante difícil en torno a la que nació, por ejemplo, poco después de la muerte de Franco. Es decir, ¿es posible una nueva visión del general Francisco Franco sin tener en cuenta la ideología?

Hace unos pocos años se publicó otra biografía de Franco por parte del veterano hispanista Stanley G. Payne, junto a Jesús Palacios, – Franco: una biografía personal y política (Planeta)–, están las reediciones también de Paul Preston en torno a aspectos concretos de la Guerra Civil y el Franquismo que beben en gran medida de su clásica biografía publicada en los años 90, además de La Revolución pasiva de Franco de José Luis Villacañas o Ni una, ni grande, ni libre de Nicolas Ses, por citar otros ejemplos, y la sensación que queda es que nadie compraría un libro sobre Franco, la Guerra Civil o la Segunda República, para aprender realmente nada, sino para reafirmar sus propias convicciones previas: “nadie defiende que la historiografía puede ser neutra, objetiva y no está contaminada por el presente, pero los historiadores que nos hemos dado muchas vueltas al mundo sabemos que solo la honradez intelectual”.

placeholder 'Franco', de Julián Casanova.
'Franco', de Julián Casanova.

Casanova es claro cuando dice “que no era ningún encargo”, sino más bien “una culminación de cuarenta años de trabajos sobre el periodo”, y que después de publicar en 2020 Una violencia indomitable (Crítica), pensó que merecía la pena. Interesaba al historiador, según explica a El Confidencial, la forma de narrar la vida de Franco y la conexión con lo que ha sido una parte importante de su estudio que era el lugar de España en el contexto mundial y europeo: “A mí me interesa siempre la conexión entre lo micro que es España y lo macro que es el mundo”.

"A mí me interesa siempre la conexión entre lo micro que es España y lo macro que es el mundo"

Hay mucho de eso en esta nueva biografía que incide en los aspectos internacionales, con el foco en lo que significó EEUU para Franco al final de la guerra, pero también respecto la normalidad de España en el contexto europeo durante los años 20 y 30, que implican aspectos clave de la propia historia de Franco como fueron las guerras coloniales –en el caso de España la Guerra del Rif, crucial para la formación de Franco– o la aceptación de regímenes republicanos por parte de militares conservadores con ideas monárquicas. Julián Casanova defiende también que existieron esas varias transformaciones de Franco a lo largo de su jefatura del Estado que implicaron las mutaciones del nacionalsindicalismo al nacionalcatolicismo y de ahí al desarrollismo del final de la dictadura, con el trabajo del Opus Dei en la administración: “el Opus no sólo depura toda la tradición liberal, también hace una reforma de la administración para modernizar a un país tan importante que sin ella habría sido ingobernable con un PIB por los suelos”-

PREGUNTA. Hay algunos aspectos incontrovertibles sobre la figura de Franco como que no es un político, sino un militar y esto lo recoge su biografía...

RESPUESTA. Sí, y lo dice muchas veces. “Yo soy militar”. Su hija por ejemplo explica que adoraba la profesión. Él era por encima de todo militar pero un militar africanista, que no es lo mismo. Un militar que va a un territorio que acaba de detener España y que ellos confían, no en que se convierta en un territorio más, sino en que aquello sirviera de desagravio de la gran derrota del 98 causada por traidores liberales, en aquel tiempo liberales –más que socialistas y republicanos–, y que África tuviera una huella en él indeleble. Por supuesto, no hicieron la Primera Guerra Mundial. Son militares muy importantes, pero no están en el gran flujo del desastre que fue la Primera Guerra Mundial para la generación que había venido del mundo occidental burgués. El historiador Eric Hosbawm lo plantea muy bien cuando define el fin del siglo XIX en 1914 y no en 1900. No hay ninguna duda que Franco fue un militar que ascendió por méritos en una guerra colonial, brutalizada, tal y como la contaron de Arturo Barea a Ramón J. Sender...Él no tiene universidad, su universidad es África y su doctorado es la Guerra Civil.

P. En esa forja de África, sin embargo, que es otra época incontrovertible de su vida, su fama en la prensa como héroe de guerra, sus ascensos, etc. chocan con la dictadura de Miguel Primo de Rivera que pone fin al conflicto ¿No quedó resentido con la resolución del conflicto del Rif, como otros africanistas, y con la propia dictadura?

R. Bueno, Primo de Rivera da un golpe que triunfa y a Franco le gusta ya desde entonces todo lo que triunfa, porque cuando Sanjurjo fracasa, (en el fallido golpe de Estado de 1932) le dice: “Yo a usted no le voy a defender, porque es culpa suya el fracaso”. Luego el golpe de Estado de Primo de Rivera, que es con el rey, le parece bien porque ya está en los oropeles del triunfo. Es verdad que no comparte del todo la versión débil que tiene con África Primo de Rivera, porque se da cuenta que evidentemente hay dos Marruecos, el francés, que además ha luchado en la Primera Guerra Mundial, y el español, que tiene un ejército escasamente preparado. Pero Primo de Rivera le da la Academia General Militar, y la mayor influencia que le deja es la de no dimitir jamás, aunque en realidad está equivocado, porque el general es apartado realmente por el rey. Esa huella del “no me iré nunca” sí es potente.

P. Hay una escena en el libro en esos “años felices de Zaragoza”, poco después de ser director de la Academia, que es la boda de Zita Polo, la cuñada de Franco, en la que están el novio Ramón Serrano Suñer y su padrino, José Antonio Primo de Rivera. Resulta un trío insólito, ya que ¿qué tienen que ver Franco, militar de El Ferrol, con Ramón Serrano Suñer o con José Antonio?

R. El Serrano Suñer de 1931 es un abogado del Estado que está destinado en Zaragoza porque ha tenido que ir a hacer carrera allí aunque es de Madrid. Es un católico, pero todavía no ha sido diputado, mientras que José Antonio Primo de Rivera, en el 31, es el hijo de un dictador al que aún le quedan dos años para fundar la Falange. En el 36, Serrano Suñer es diputado por Zaragoza y aunque en las últimas elecciones sale elegido, lo ve como una derrota y piensa ya que al Frente Popular no se le puede aguantar. Sufre un proceso de radicalización que le lleva, evidentemente, a seguir en contacto con José Antonio Primo de Rivera, que han encarcelado antes. ¿Por qué se juntan Serrano y Franco en 1931? Bueno, está claro que cuando Franco y Carmen Polo se casan, y entran en esa buena sociedad de Zaragoza en la que está Serrano, todas esas familias de bien se conocen allí y luego se enamora de Zita, aunque eso no formaba parte del guion...

"Serrano Súñer fue quien orientó completamente la forma del Estado de Franco, que pasó de militarista a inspiración fascista"

P. Me refiero, a que de alguna forma serían claves en el desarrollo posterior de Franco, uno por ausente y otro por demasiado presente, aunque no tenían nada que ver y ninguno conspiraba contra la II República...

R. Sí, lo que es interesante es que Serrano Suñer, que es muy joven entonces –ha nacido en 1901–, es muy sano y no ha entrado en la política todavía. Otra cosa es el Serrano Suñer que se radicaliza en la primavera del 36 y que está claramente movilizando a las juventudes de la CEDA para que pasen a la Falange. Pero la clave de Suñer es el asesinato de sus dos hermanos después de julio del 36, que como dijo él mismo, lo deshumanizó. Cuando llega a Salamanca (después de haber estado escondido en la embajada) explica que el inicio de la guerra le traumatiza y le deshumaniza y a partir de ahí comienza un odio que no tenía en el 31. Sí, claro, ese triunvirato es importante, pero muy pronto desaparece José Antonio Primo de Rivera, mientras que Serrano Suñer, hasta que lo echan después de los sucesos en Begoña (1942), demuestra que es el que orienta completamente la forma del Estado posterior de Franco. Cuando él llega a Salamanca tras evadirse de la zona republicana, es meramente campamental –por militar– y que con él pasa a ser un Estado de inspiración fascista.

placeholder El historiador Julián Casanova
El historiador Julián Casanova

P. Lo comento porque es una escena que se desarrolla cuando Franco tampoco está en contra de la II República. En el capítulo 'El Hombre prudente' no queda muy claro. Protesta ampliamente por la cancelación de la Academia, según explica usted, pero no forma parte de ninguna conspiración entonces, es más, adquiere destinos importantes ¿Más que prudente esperando el momento de atacar a la República o sencillamente es que no está en contra?

R. El hombre prudente significa que aunque la República le quita la Academia de Infantería y aprueba la ley de reforma del ejército de Manuel Azaña, que es muy importante porque le quita los méritos de guerra, no se va del Ejército como hacen otros africanistas. No sólo no se va, sino que sigue subiendo aunque no acepte esa situación. La República parece que desde el principio fue atea, laica, anticlerical, pero no es así. En el 33 Franco sube de General de Brigada a General de División. Y la CEDA está allí. Gil Robles está a punto de que le den el poder a finales del 35 después del escándalo del Estraperlo –que fue responsabilidad del Partido Radical–, pero el presidente de la República, Alcalá Zamora, dice porque no ha hecho todavía juramento de fidelidad a la República... Y Franco es nombrado Jefe del Estado Mayor en mayo de 1935. Y cuando el Frente Popular gana las elecciones y le destituyen, aún le pide a Manuel Azaña que le dejen en el cargo porque les puede ayudar con las posibles insurrecciones anarquistas. Paul Preston sugería, por ejemplo, que si no le hubieran quitado la jefatura de Estado Mayor, no habría estado en el golpe de Estado, aunque esa no es mi opinión, yo no sugiero eso. Tenemos a la República como un elemento sacralizado por parte de la izquierda y por la otra parte como un régimen que desde el principio era satánico, masón. Un poco de orden a todo esto. Y un poco de lo que estaba pasando en Europa. A ver si resulta que España fue tan diferente. España por ejemplo no vivió el trauma que fue la caída, la quiebra absoluta de 1918-19.

"Cuando el Frente Popular gana las elecciones y le destituyen, le pide a Azaña que le dejen porque puede ayudar con las insurrecciones anarquistas"

P. En ese sentido usted explica que Franco reescribe en sus apuntes en 1962 su propia versión de su periodo republicano en el que no aparece ya como ese hombre prudente. No hay notas sobre esos papeles en su libro. ¿Por qué?

R. Los apuntes son muy claros. La reinvención es que la República vino desde el principio quemando conventos cuando escribe: “No soy el hombre prudente ese que dicen”. Está reconstruyendo la historia para que todo case. Eso está clarísimo en los apuntes. Respecto a lo segundo, mis libros hace muchísimo tiempo que no tienen esas notas por la forma de leer de la gente. Pero el comentario bibliográfico está ahí y además ordenado por capítulos y por apartados. Creo que hay una especie de confianza en que un libro de Historia no tiene por qué llevar notas a condición de que quien lo hace diga de dónde viene, y además sepa todo el mundo que tiene un principio ético. Y por cierto nunca ocultas lo que no te gusta. Ya sé que la gente que piensa que nosotros somos opinadores no acepta esto, pero yo nunca oculto lo que no me gusta.

P. ¿Qué es lo que no le gusta?

R. Por ejemplo, el anticlericalismo, que yo empecé a estudiar antes que la represión franquista y que la entiendo en el contexto histórico. He explicado muchas muchas veces que la única violencia peculiar en la historia de España es la anticlerical, porque las fotografías de los campos de concentración las tenemos ampliadas en Polonia y la fotografía de las violaciones sexuales y de los exterminios las tenemos en 50.000 sitios. El anticlericalismo no, pero es que tampoco tenemos la imagen de obispos levantando el brazo.

"He explicado muchas muchas veces que la única violencia peculiar en España es la anticlerical"

P. Explica en su biografía que a partir de 1945 es cuando se produce el cambio del nacionalsindicalismo al nacionalcatolicismo, a partir de figuras como Alberto Martín-Artajo, y también Luis Carrrero Blanco que es cuando empieza a aparecer en escena. ¿Franco cambia?

R. Claro que Franco cambia, ahora, que se lo dijera Martin-Artajo eso es otro tema, pero claro que Franco cambia. ¿Por qué? Porque da mucha importancia a los católicos. Les da los ministerios de Asuntos Exteriores y, por supuesto, Educación: los ministerios claves, que son la ideologización. Falange no deja de recibir privilegios y por eso está feliz, porque tiene todo el entramado: alcaldes, ayuntamientos, etc. Lo de los católicos es importante y Franco lo único que está planteando es que hasta el 44 lo suyo es el fascismo. Lo de Alemania que él copiaba era compatible con el catolicismo. Pero en el 44, cuando ya pierde el Eje, le dice a United Press que la propia Historia de España hace que el catolicismo y el fascismo sean incompatibles: “Este es un Estado católico y un Estado y una democracia orgánica”. Ahí empieza la nueva elaboración que no es suya, porque el transmisor de todo esto es Carrero Blanco, que ya empieza a susurrar en su oído.

P. Esto lleva a la clásica cuestión sobre si el franquismo fue un estado totalitario al haber presencia de católicos, de monárquicos... y no ser un estado clásico de partido único porque Falange no predomina

R. La gente cree, y esto es después de Javier Tussell cuando todos empiezan a hablar de las familias franquistas, que eso limita el Estado totalitario. Franco en Salamanca en el 38 dice: vamos a construir un Estado totalitario. Y después viene Linz y explica que eso no puede ser porque hay otras tendencias, ya que había Iglesia y Falange. Si el fascismo es un Estado totalitario, el único ejemplo sería Alemania. En la Italia de Mussolini tienen al rey, la institución más antigua del mundo, y a la Iglesia Católica, que controla la educación. ¿Cómo puedes construir un Estado totalitario si no controlas la educación? Y si pensamos que el fascismo es determinismo biológico, racismo y al final Holocausto, Italia tampoco está en ese esquema. En España hemos reconstruido otra vez la historia, y algunos se empeñaron en pensar que diciendo que no era un Estado totalitario le estabas quitando fuego. Pero no tiene nada que ver ser totalitario con ser muy, muy, muy represor. Son cosas totalmente diferentes. Alguien se puede cabrear porque a Videla no se le llame fascista. ¿Eso le quita algo de fuego a que allí los cadáveres ni se encontraban, desaparecían? Creo que la gente está siempre adaptando, ajustando el pasado a la política presente. Y tenemos ese problema. Todo el mundo quiere saber de Historia, pero no porque le interese, no por conseguir lecciones, no por ver las rimas, no por ver en qué quiebra estamos ahora y si es verdad que nos aproximamos a alguna quiebra, sino para saber de qué forma se ajusta a mi idea política. Y una vez se ajuste le digo a Casanova que no tiene ni puta idea de Historia porque ya está ajustada la mía.

¿Por qué escribir una nueva biografía de Franco? En el año en el que se cumplirá medio siglo después de la muerte del dictador la producción editorial alrededor de su figura y sobre la época en la que sus acciones y personalidad resultaron decisivas para la historia de España no ha parado. En realidad ha habido más bien un cierto boom en los últimos años con constantes referencias al legado del franquismo, de la Guerra Civil, la Segunda República y la propia Transición.

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