Ildefonso Falcones, tras ocho operaciones y un juicio por fraude: "Me podrían haber cancelado"
Vuelve el escritor catalán con 'En el amor y en la guerra', la tercera parte de la saga que inició 'La catedral del mar'. Nos vamos con él a Nápoles para que nos la cuente y nos hable de su vida después de un cáncer y su lucha contra Hacienda
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Los últimos doce años "han sido muy duros" para el escritor Ildefonso Falcones. Así lo confiesa desde un hotel en Nápoles, a pocos metros del Castillo Nuevo en el que ha ambientado parte de su última novela,
No obstante, Falcones, sentado en posición relajada, con la camisa algo desabrochada y una cadena al cuello, reconoce que, con todo, se siente un privilegiado. "Hay miles de escritores que desearían estar en mi lugar, así que hay que verlo de esa manera". Su lugar es volver a las librerías donde la esperan unos cuantos miles de lectores. Hasta 200.000 ejemplares ha tirado su editorial, Grijalbo, de esta nueva novela que sigue la trayectoria de los Estanyol, los protagonistas de La catedral del mar y su segunda parte, Los herederos de la tierra, publicada hace diez años. Esta vez la historia se ambienta en Barcelona y en Nápoles, ciudad conquistada por Alfonso V de Aragón —tío a la postre de Fernando el Católico, que también sería rey de Nápoles— el 26 de febrero de 1443 y donde se faja como soldado Arnau Estanyol, el nieto del protagonista del primer volumen.
El escritor afirma que para documentarse vino a Nápoles varias veces, ciudad en la que aún quedan restos de entonces como el Castillo Nuevo que construyera el arquitecto mallorquín Guillem Sagrera. Es un castillo completamente aragonés. Sin embargo, la mayor parte de información la encontró a través de Internet. "Hoy prácticamente puedes encontrar todo lo que buscas", sostiene. Con todos estos datos, desplegó una novela que narra todas las peripecias guerreras de la época, pero también pone especial atención a las cuitas personales de los personajes, sobre todo las que tienen que ver con el amor… y con el sexo.
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Sonríe cuando se le menciona la cantidad de escenas íntimas que aparecen. Y con todo tipo de orientaciones sexuales. Hay sexo lésbico, entre hombres, entre hombres y mujeres… "En realidad, siempre he tratado el tema en mis novelas, aunque no siempre de forma explícita. Pero sí, en esta historia el sexo es un pilar central porque al investigar la figura de Alfonso V, me encontré con un carácter complejo y poco estudiado. No he hallado un estudio serio de ningún biógrafo que aporte conclusiones claras o datos más profundos sobre sus dualidades. Lo mismo ocurre con su hijo Ferrante, que también tuvo una vida marcada por esto. Y luego su nieto Alfonso, cuyo caso fue aún más dramático", comenta el escritor sobre lo que pudieron ser las relaciones homosexuales del Alfonso V, que determinaron de alguna manera también la conquista de Nápoles.
Quizá se cohíbe algo cuando se le pregunta por la dificultad para narrar estas escenas —no es difícil deslizarse hacia cierta caricatura—, pero contesta con aplomo: "Tiras de la imaginación. Después, evidentemente, intentas asegurarte, sobre todo cuando se trata de experiencias ajenas. Pero yo creo que son escenas sencillas, son muy humanas. Yo no he vivido relaciones homosexuales, ahí sí que tienes que recurrir mucho a la imaginación y, después, al consejo de otros. Pero en lo que respecta a las relaciones heterosexuales, creo que eso sale de corrido", sostiene de forma rotunda.
Barcelona decadente e 'indepe'
Nápoles tiene una presencia fundamental y no es nada difícil ver la ciudad en la novela, como ocurre con el barrio del castillo Capuano donde Arnau Estanyol tendrá su nueva casa; pero también es muy importante Barcelona y Cataluña, una vez más. Parte del conflicto tiene que ver con las manifestaciones de los campesinos y agricultores —la rebelión de los payeses de remensa contra los abusos señoriales— cansados también de que su rey esté fuera de Cataluña… Y se irá gestando una aclamación de la independencia de una Cataluña decadente de la corona de Aragón…
"Lo que ocurrió fue que el ímpetu comercial, que había traído riqueza, se frenó. No es que fracasara exactamente, sino que quienes habían acumulado fortuna dejaron de arriesgar su dinero y se convirtieron en rentistas. Eso provocó un parón económico que dejó desamparados a los menestrales y a los artesanos. ¿Por qué? Porque el círculo comercial y económico, que hasta entonces había funcionado de manera brillante, se estancó y sumió a muchos en la pobreza. En ese contexto surgieron dos facciones enfrentadas: la Biga y la Busca, dos partidos políticos que representaban a los nobles por un lado y a los menestrales y oficiales por otro. A eso se sumó una crisis económica brutal. También los siervos de la gleba se rebelaron. Lo que terminó de agravar la inestabilidad política y económica. Todo ello llevó a la ruina de Cataluña y tardaron mucho tiempo en salir de ahí. Hasta la industrialización no salieron de la crisis", explica el escritor sobre todo lo que pasó en el siglo XV.
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¿Ahora es más fácil escribir de todo esto que hace unos años con todo el procés en boga? "Son hechos históricos, no puedo modificarlos, ni siquiera elegirlos. Podría haber situado toda la historia en Nápoles, pero creo que habría quedado incompleta, le faltaría algo", recalca. Ahora bien, siempre habrá quien quiera comparar aquel siglo XV con la actualidad. "Eso ya es cosa de cada uno. Yo me limito a dar unos datos que considero ciertos. Si alguien quiere ver alguna relación en ellos, es libre de hacerlo. Es como la avaricia catalana de la que hablaba Dante. Todavía lo seguimos escuchando. El catalán sigue siendo avaro. Es un estereotipo que persiste", sostiene.
El exitazo
Han pasado muchas cosas desde que Falcones triunfara de forma extraordinaria con La catedral del mar, un fenómeno que sabe que no volverá a ocurrir porque "no había piratería, la economía estaba en auge y la gente compraba libros sin pensarlo tanto. Hoy en día, en cambio, la gente se lo piensa mucho más antes de comprar. Cada euro cuenta, y pagar 20 y pico euros por una novela ya no es una decisión tan automática. Aunque el libro sea muy bueno es difícil alcanzar esas cifras de ventas. Diría que casi imposible. Además, ahora hay muchas más alternativas. Antes no había tantos videojuegos, ni tantas opciones de entretenimiento", constata.
El país de 2006 no tiene mucho que ver con el país de 2025, pero él tampoco. "Veo a un Ildefonso Falcones más joven. Con más ímpetu, con más energía que ahora. Con menos problemas. Desde entonces he pasado por un cáncer con metástasis en varios sitios", reafirma. Y luego, el caso de Hacienda que le ha traído de cabeza durante años.
"Repetir el éxito de 'La catedral del mar' es casi imposible. La economía estaba en auge y la gente compraba libros sin pensarlo tanto"
La Fiscalía le acusó de defraudar a Hacienda 700.000 euros de los beneficios de sus libros superventas (al principio incluso se habló de 1,4 millones de euros), entre ellos La Catedral del Mar, en los años 2009 y 2010, cediendo supuestamente los derechos de autor a un entramado de sociedades radicadas en paraísos fiscales. Hubo juicio y se llegaron a pedir hasta seis años de cárcel para él y tres para su mujer por cómplice. Finalmente fue absuelto de fraude fiscal a finales de 2021. La juez entendió que no había cometido delito, ya que aunque los derechos acabaron tributando en esos paraísos no hay ninguna prueba que señale al escritor.
A pesar de ello durante mucho tiempo fueron numerosas las noticias en las que Falcones aparecía como un escritor juzgado por evadir impuestos… ¿Temió que le cancelaran los lectores? El escritor se queda pensativo. "Podría ser que alguien lo pensara… Al final lo que cuenta es que terminé ganando. Pero sí, La esclava de la libertad, por ejemplo, ha habido países donde no la he vendido porque se considera que un blanco no puede escribir sobre negros. Partiendo de esa base, ya puedes imaginarte lo demás. Si te acusan de algo tienes que pelearlo. Pero claro, es una lucha que puede durar diez años, es una carrera de fondo", comenta. Y eso que el escritor era abogado, un buen abogado. "Sí, pero no he sido penalista, yo era civilista. Todo esto del derecho penal, y que te pidan años de cárcel… es jodido", asegura para recalcar que no trasladará nada de esta historia a una novela: "No, no, es desagradable. La novela es para entretener. Yo intento que el lector disfrute, que se divierta. Esta no es una novela cómica, pero sigue siendo entretenimiento. La novela debe ser un escape".
"Los críticos están en el mismo mercado que los escritores. Y, después de 40 años como abogado, conozco bien la naturaleza humana"
En este sentido, también se ha tenido que enfrentar a las críticas que le consideran un bestseller sin sustancia literaria. Sus libros (lleva ya siete con la nueva) venden muchísimo…, pero no han tenido el aplauso de los críticos. Hace tiempo que lo encaja: "Yo siempre digo que en el mundo de la literatura los críticos son, en el fondo, parte del mismo mercado que los escritores. La mayoría de los críticos tienen su propia novela. Y no solo eso, sino que muchas veces está en la misma estantería que la tuya o justo en la de abajo. Y, con todo el respeto, después de 40 años como abogado, conozco bien la naturaleza humana", comenta.
La saga continuará
Veinte años después, Falcones se sigue paseando por Santa María del Mar, en el barrio gótico de Barcelona. "Voy mucho. Bajo andando. A veces incluso voy a misa allí", confiesa. No poca gente le reconoce. "Pero siempre es como una mirada fugaz. Es raro que alguien se acerque. La gente respeta tu espacio"
Excepto las horas que le dedica a la elíptica y a ver series de televisión, escribe cada día en su despacho como si fuera una jornada laboral completa. Todos los días batalla contra la página en blanco. "Si no eres capaz de escribir, hay que rayarla. Tienes que llenarla de algo, quemarla si es necesario, tirarla… Pero no puedes dejar que la página en blanco te venza. Eso significa que tienes que escribir algo, aunque sea una simple frase", manifiesta.
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Y en una de estas frases seguirán habitando los Estanyol, esa familia que le cambió la vida hace ya dos décadas. No tiene ningún ánimo de acabar con esta saga. "Puedo seguir porque esta novela se cierra en 1480 y pico. Con un pequeño salto ya estamos en la conquista. Podríamos seguir explorando. Podemos ir a muchos lugares. Lo único que mantiene la conexión es el personaje. Y a ese personaje puedo llevarlo a donde quiera".
Esta vez nos ha llevado a Nápoles, pero es obvio que con salud y sin la presión del fisco… Falcones va a seguir llevando a sus lectores a donde le dé la gana.
Los últimos doce años "han sido muy duros" para el escritor Ildefonso Falcones. Así lo confiesa desde un hotel en Nápoles, a pocos metros del Castillo Nuevo en el que ha ambientado parte de su última novela,