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Los Eagles ganaron la Super Bowl, pero Lamar se proclamó campeón en la mayor pelea del rap de nuestro siglo
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JUNTO A SZA Y DJ MUSTARD

Los Eagles ganaron la Super Bowl, pero Lamar se proclamó campeón en la mayor pelea del rap de nuestro siglo

Nunca una actuación había tenido tanto morbo. En trece minutos, el californiano desplegó su ingenio y picardía para coronarse como vencedor de un combate retransmitido en directo desde hace meses

Foto: Kendrick Lamar en la actuación de la Super Bowl 2025. (DPA/Zuma Press/Emily Curiel)
Kendrick Lamar en la actuación de la Super Bowl 2025. (DPA/Zuma Press/Emily Curiel)

Quizás los Philadelphia Eagles se proclamaron como los vencedores de la Super Bowl LIX de 2025 en el Superdome de Nueva Orleans, pero el verdadero vencedor de la noche fue Kendrick Lamar. Quizás esto podría parecer algo metafórico y parte de una romantización algo exagerada, teniendo en cuenta que hablamos de proclamarse campeón de la Liga Nacional de Futbol Estadounidense. Pero la competición en la que se encontraba el encargado de dar el show musical más visto entre fans y curiosos del fútbol norteamericano, lleva años jugándose. Pero no fue hasta que la tarde del 9 de febrero, madrugada del 10 en horario peninsular, que oficialmente, ante la atenta mirada de los más de 73.000 espectadores que se encontraban en el estadio, y todos los telespectadores online, que el de California dejó por los suelos a su eterno contrincante Drake. Pero ¿realmente se estaba compitiendo cuando uno ya había ganado?

Desde hace semanas el nombre de Kendrick Lamar lleva resonando por toda Norte América. El pasado 2 de febrero, el rapero, que firmaba junto a Beyoncé AMERICA HAS A PROBLEM, se llevó cinco Grammys por su canción Not Like Us. Esto resulta un hecho insólito en la historia de los premios, y de la música en general, ya que se trataba de un diss track que no se incluía en ningún álbum. Para que nos entendamos todos, un diss track se trata de una canción propia de los géneros rap y hip-hop, cuyo propósito es atacar verbalmente a otra persona, generalmente a otro artista, y en este caso Kendrick Lamar iba con todas contra el gran rapero nominado cincuenta y cinco veces a los Grammys, Drake. Cuando esto pasó, toda la corte de mejores artistas del país corearon a pleno pulmón el hit que había movido el país durante meses, así que no era de esperar que todo el mundo estuviera expectante una semana después para cantarlo durante el descanso del final de la liga, aunque Lamar, semanas atrás había advertido que no lo haría. Sorpresa, sí que lo hizo, sí que todo el mundo entonó la coletilla “A minooooor!”, y sí que se proclamó como uno de los mejores raperos en actuar en el half time show de la Super Bowl. ¿Pero cómo hemos llegado hasta aquí y por qué esta noche fue tan catártica para el rap estadounidense?

Para saber dónde empieza todo esto, nos tenemos que remontar 1987, concretamente al 17 de junio en Compton, California, donde nació Kendrick Lamar Duckworth, llamado así por el cantante y compositor Eddie Kendricks of the Temptations. Criado en el seno de una familia con dificultades, desde pequeño había sentido una gran inclinación por las artes, pero en especial por la poesía, y durante sus años de instituto, como muchos adolescentes, descubrió el arrollador carisma del rap de la costa oeste, y el gansta rap en concreto. Esto último, parece incluso más natural si descubrimos que su padre formaba parte de una de las pandillas más importantes e influyentes de Estados Unidos, Gangster Disciples. Durante esos años emuló a sus ídolos, y sacó temas, primero bajo el alias K.Dot y después, en 2005, junto al supergrupo, que él mismo fundó, Black Hippy. Pero no fue hasta 2011 que firmó por el sello de Dr. Dre y sacó su primer álbum, de rap alternativo, Section.80.

Pero el auténtico éxito no llegó hasta un año después con Good Kid, M.A.A.D City, donde curiosamente aparecía su actual archienemigo Drake como invitado. Este álbum se convirtió en el álbum de rap de estudio que más semanas ha pasado en la lista Billboard 200 y fue proclamado por la revista Rolling Stone como el mejor álbum conceptual hasta la historia. Se convirtió así en el favorito de la crítica y de los fans. No había discusión, su carrera solo podía ir en ascenso y así fue. Colaboró con Taylor Swift en su éxito Bad Blood (2014), creando así una relación de respeto y amistad entre dos grandes titanes de la música. Un año después lanzó To Pimp a Butterfly, un disco que mezclaba hip-hop con influencias de géneros propiamente afroamericanos como el jazz, el funk o soul —algo que puede resonar a la táctica que ha seguido Beyoncé en sus dos últimos lanzamientos— que se convirtió en el primero de sus cinco discos consecutivos que llegaron al número uno de las listas estatales.

A partir de aquí, todo fue en ascenso. En 2018 se convirtió en el primer músico, fuera de la música clásica o el jazz, en recibir el Pulitzer Prize de honor de música de la historia. Puso la familia por delante colaborando en “Family Ties" de Baby Keem, su primo, el cual ganó el premio a Mejor Interpretación de Rap en los 64º Premios Grammy de 2022. Apareció en el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LVI junto a Dr. Dre, Snoop Dogg, Eminem, 50 Cent y Mary J. Blige el 13 de febrero de 2022, lo que le valió el Premio Primetime Emmy por Especial de Variedades Sobresaliente (En Vivo). Hecho clave para entender el buen conocimiento del show con el que ejecutó el suyo. Y lanzó Mr. Morale & the Big Steppers, lo que le proclamó también vencedor en las categorías rap de los Grammy de ese año. En total, y hasta la actualidad, tiene un total de 22 estatuillas, convirtiéndose en el tercer rapero más galardonado en estos premios.

Pero no fue hasta 2024 que Lamar no abrió fuego contra Drake. Aunque se sospecha que en muchos de sus temas anteriores desde 2013 ambos artistas habían intentado malmeter el uno contra el otro, no fue hasta el tema de Future, Like That, que quedó patente la figura de Lamar contra el que en su día fue compañero de tour. Durante meses se achacaron acusaciones en ambas direcciones tan fuertes como las de maltrato, violencia, hijos ilegítimos, malversaciones, y un largo etcétera. Esto dejó dividida la industria del género de manera desigual. Lamar contaba con grandes nombres como Future, The Weeknd, ASAP Rocky, Rick Ross, Kanye West o Beyoncé, mientras que Drake apenas tenía el apoyo de J. Cole. El golpe de gracia de todo este beef fue Not Like Us en la que Kendrick Lamar acusaba a su oponente de estar con menores. La canción arrasó en los Grammy y días después Drake inició su tour en Australia vestido con una sudadera que parecía haber sido tiroteada en respuesta a la gran noche de la música. El morbo estaba servido. ¿Cuál iba a ser el siguiente movimiento? El mediotiempo de la Super Bowl de 2025.

Nunca una actuación había tenido tanto morbo como la capitaneada por Kendrick Lamar. En apenas trece minutos, el californiano desplegó su ingenio y picardía para coronarse como vencedor de un combate retransmitido en directo desde hace meses. No es de extrañar que muchas de las referencias de la actuación estuvieran estrictamente vinculadas a ello. El show empezó en un gran tablero de tres en el que apareció Samuel L. Jackson como Uncle Sam. “¡Estamos ante el mayor juego americano!”. El maestro de ceremonias había abierto la noche

Si algo entendió Lamar es que hacer rap no estaba reñido con hacer un buen show. Del coche donde se encontraba, salieron dos decenas de bailarines, quienes tomaron el escenario, mientras que él entonaba un incansable rap clásico Squabble Up. Jackson respondía entonces con un “demasiado ghetto, ¿acaso no sabe jugar a este juego?”. El imaginario americano lo inundaba todo, y entre una bandera creada por los propios bailarines gracias a una combinación de colores azul, blanca y roja, estalló Humble con una coreografía elegante, cortante y minimalista, demostró el gran poder afroamericano de Estados Unidos. Reproduciendo escenas de barrio en su más pura versión esqueleto, los chavales en una esquina, un juego de cámara como si nos encontráramos en un cypher, o corrillo de bailarines de hip-hop, dejó patente su “DNA”. La locura se desató cuando se escucharon los primeros beats de Not Like Us, pero en lugar de lanzarla, dijo que quizás más tarde, no era el momento. Se estaba cociendo algo, y aún quedaba media actuación.

Bajó las revoluciones, puso a tope la sensualidad e invitó a su colaboradora y amiga SZA, una de las cantantes de R&B más aclamadas por crítica y público de nuestro siglo. Luther y All the Stars fueron las escogidas para sacar a relucir su lado más suave. Y el gran momento llegó. Jamás tantos vítores se habían colado en el directo de una Super Bowl. They not like us! They not like us! El beef acababa de ser ganado. Si en los Grammys lo coreaban Taylor Swift y Lady Gaga, la noche del 9 de febrero Estados Unidos se llenó la boca con A MINOOOOOR! La derrota de Drake fue ensordecedora. Sin oportunidad para réplica, Lamar entonó tv off, junto a Lefty Gunplay. Hora de ir apagando. Había finalizado la mayor pelea de rap con un claro vencedor, pero quien más había ganado era el público que lo presenció en directo. Si hoy se acabara la carrera de Lamar podríamos decir que nadie había entendido tan bien la locución latina veni vidi vici como él.

Quizás los Philadelphia Eagles se proclamaron como los vencedores de la Super Bowl LIX de 2025 en el Superdome de Nueva Orleans, pero el verdadero vencedor de la noche fue Kendrick Lamar. Quizás esto podría parecer algo metafórico y parte de una romantización algo exagerada, teniendo en cuenta que hablamos de proclamarse campeón de la Liga Nacional de Futbol Estadounidense. Pero la competición en la que se encontraba el encargado de dar el show musical más visto entre fans y curiosos del fútbol norteamericano, lleva años jugándose. Pero no fue hasta que la tarde del 9 de febrero, madrugada del 10 en horario peninsular, que oficialmente, ante la atenta mirada de los más de 73.000 espectadores que se encontraban en el estadio, y todos los telespectadores online, que el de California dejó por los suelos a su eterno contrincante Drake. Pero ¿realmente se estaba compitiendo cuando uno ya había ganado?

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