Los actores de 'Soy Nevenka': "Muchas mujeres ven acoso en jefes o amigos"
Hablamos con Mireia Oriol y Urko Olazabal (nominado como Mejor actor a los próximos Goya) sobre la película de Icíar Bollaín, el consentimiento sexual y otras cuestiones
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En 2011, Ismael Álvarez se presentó a las elecciones municipales de Ponferrada con su nueva formación Independientes agrupados de Ponferrada. Obtuvo cinco concejales. Una década antes era un alcalde adorado por todos en la ciudad, hasta que una mujer de tan solo 24 años dio una rueda de prensa que cambiaría su vida para siempre. Ella era Nevenka Fernández y, antes del movimiento MeToo o la ley del "Solo sí es sí", fue quien cimentó las bases de algunos conceptos que hoy en día tenemos más claros, sobre el abuso o el consentimiento. El juicio cambió la historia de España: era la primera vez que un político era condenado por acoso sexual.
Han pasado 20 años. Nevenka Fernández ganó el juicio, pero no consiguió encontrar trabajo en España y tuvo que emigrar a Irlanda, país en el que todavía vive. Parece que es ahora cuando su historia comienza a rescatarse del olvido del tiempo para las nuevas generaciones, que apenas conocían la historia: Juan José Millás escribió un libro sobre ella y en 2021 se estrenó Nevenka, documental de Netflix. A ambos productos se ha unido este año la película Soy Nevenka, de Icíar Bollaín, donde la directora cuenta los agobiantes meses que Nevenka vivió como concejal del Ayuntamiento del PP en Ponferrada, hasta que se atrevió a denunciar al alcalde. "Urdaci abrió el telediario tras la rueda de prensa diciendo: trifulca sentimental en Ponferrada. Es una clara demostración de lo que era la sociedad de entonces", explicó la directora a este periódico.
La fragilidad y la fuerza de Nevenka las trasmite su actriz, Mireia Oriol. La brutalidad y la sangre fría de Ismael vienen de la mano de Urko Olazabal. A él le ha valido una nominación como Mejor actor principal en los premios Goya que se celebrarán el próximo 8 de febrero, donde tendrá que competir con Alberto San Juan (Casa en llamas), Alfredo Castro (Polvo serán), Vito Sanz (Volveréis) y Eduard Fernández (Marco). Nos reunimos con ellos en un recóndito rincón de la librería Ocho y Medio de Madrid para hablar sobre la película, ambos admiten que no tuvieron que pensarse dos veces el participar en el proyecto de Bollaín.
"Creo que el hecho de que la figura de Nevenka esté adquiriendo tanta relevancia es una forma de redimirla", explica Mireia Oriol. "Hace 20 años se le puso un foco mediático muy negativo y ahora es como si la sociedad le estuviera pidiendo perdón. Este reconocimiento es esencial para seguir construyendo referentes femeninos".
"Poner el foco en Nevenka es redimirla. Es como si la sociedad le estuviera pidiendo perdón"
PREGUNTA. ¿Cómo fue el proceso de preparación de vuestros personajes?
URKO OLAZABAL. Como Ismael es una persona real lo primero que quise fue conocerle o ver vídeos suyos, pero lo primero no era posible porque tiene un discurso completamente ajeno a lo que contamos en la película. Sigue manteniendo su versión, incluso después de haber sido condenado dos veces y ratificado por el Supremo. Entonces, decidí no optar por esa vía. Sabemos que es un maltratador psicológico, así que me documenté con manuales sobre maltrato psicológico y libros que explican cómo detectar ese tipo de abuso. También vi el documental de Netflix. Observé cómo anda, cómo habla, pero no queríamos imitar. Icíar nos pidió no calcar gestos, movimientos o voz, sino centrarnos en el comportamiento y sus matices. Quisimos construir un personaje poliédrico, que mostrara el maltrato psicológico en toda su extensión. Fue duro, porque implicaba dejar a un lado la empatía, especialmente en escenas desagradables, y al final del día, tenía que llegar a casa y "quitarme" ese personaje.
MIREIA ORIOL. Creo que en mi caso fue distinto. Tuve contacto con Nevenka Fernández y pude leer el libro de José Millás, que cuenta toda la historia. Hablé con ella, aunque Icíar siempre planteó que no buscábamos calcar a las personas reales, sino crear personajes con identidad propia. Personalmente, no necesité buscar un gran background emocional porque el tema ya me colocaba en un lugar de incomodidad. Como mujer, empatizo mucho con esto, y no tuve que hacer un gran esfuerzo para ponerme en ese sitio de terror que supone imaginarme viviendo algo así.
P. A nivel personal, ¿qué es lo que más os sorprendió de la historia?
M.O. A mí, la valentía de Nevenka Fernández. He hablado mucho con amigas y mujeres de mi entorno sobre esto. Todas hemos vivido algo similar en menor o mayor medida, y es muy difícil sobreponerse, denunciar y hablar de ello. Aunque hoy en día hay más apoyo social y un posicionamiento más claro a favor de las víctimas, no siempre es fácil. Nevenka es una mujer increíblemente humilde; no se ve como valiente, pero lo es. Ella dice que solo hizo lo que tenía que hacer para sobrevivir, pero dar ese paso es enorme, no solo para ella, sino para el feminismo en general.
"Icíar siempre planteó que no buscábamos calcar a las personas reales, sino crear personajes con identidad propia"
U.O. Estoy de acuerdo. Lo que más me sorprendió fue darme cuenta de que esta historia no es solo la de una mujer, sino la de muchas. En el comportamiento del personaje de Ismael, creo que muchas mujeres reconocerán actitudes que han visto en jefes, profesores, o incluso en amigos. Esta película puede ser un indicador para detectar esas red flags. Es importante, tanto para que las mujeres sepan identificarlas, como para que los hombres entiendan dónde están los límites y cuándo su comportamiento está mal.
P. ¿Creéis que es inevitable que existan relaciones de poder en estos ambientes?
U.O. Las relaciones de poder están en todos lados, está claro. Lo importante es que no sobrepasen ciertos límites.
M.O. Creo que el problema sigue siendo que muchas veces se pone la responsabilidad en la víctima, en vez de en quien ejerce ese poder. Me gustaría pensar que estas dinámicas cambiarán, pero aún queda mucho por hacer. Vivimos en una sociedad donde las relaciones de poder entre hombres mayores y mujeres jóvenes que buscan una oportunidad están muy presentes. El cambio pasa por que el adulto, que tiene más experiencia y poder, sea quien asuma la responsabilidad de no ejercer ese abuso.
P. Las imágenes reales de mujeres protestando a favor de Ismael que aparecen en la película son impactantes. ¿Creéis que algo así se podría ver hoy en día?
U.O. Creo que sí podría pasar, pero la sociedad ha cambiado mucho en los últimos años. Las mujeres tienen más herramientas, más información, y ya no se creen ciertas cosas tan fácilmente.
M.O. Estoy de acuerdo. Aunque estos patrones siguen existiendo, hay más conciencia social. Ahora las mujeres somos más capaces de identificar qué nos está pasando y cuestionar los comportamientos de otros. Incluso en mi entorno, cuando alguien tiene dudas sobre una situación, es común debatirlo y analizarlo. No siempre hay una respuesta clara o apoyo legal suficiente, pero el cambio está ocurriendo.
En 2011, Ismael Álvarez se presentó a las elecciones municipales de Ponferrada con su nueva formación Independientes agrupados de Ponferrada. Obtuvo cinco concejales. Una década antes era un alcalde adorado por todos en la ciudad, hasta que una mujer de tan solo 24 años dio una rueda de prensa que cambiaría su vida para siempre. Ella era Nevenka Fernández y, antes del movimiento MeToo o la ley del "Solo sí es sí", fue quien cimentó las bases de algunos conceptos que hoy en día tenemos más claros, sobre el abuso o el consentimiento. El juicio cambió la historia de España: era la primera vez que un político era condenado por acoso sexual.