Aitana Sánchez-Gijón: "Los hombres deberían hacer examen de conciencia"
Hablamos con la actriz, que acaba de recibir el Goya de Honor en reconocimiento a su dilatada carrera. Recogerá el 'cabezón' en la gala del próximo sábado 8 de febrero
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Enero ha sido un mes muy largo, o eso dice la gente en redes sociales, pero es innegable que a Aitana Sánchez-Gijón le ha sonreído. Acaba de empezar el año y la actriz ha entrado en él sin duda con buen pie. Al reciente estreno de su película Tierra Baja se une que acaba de conocer que será reconocida el próximo día 8 en Granada con un Goya de Honor. "No entraba en mis cálculos y menos a estas alturas de mi vida, pero lo recibo con mucha gratitud y muy contenta", explica la actriz, en entrevista con El Confidencial.
Es un homenaje a casi 40 años de carrera cinematográfica particularmente diversa. Ha hecho teatro. Ha hecho series de televisión (algunos de los más jóvenes la recordarán como la estricta aunque adorada doña Blanca en Velvet). Por supuesto, ha hecho cine: logró la Concha de Plata a la Mejor actriz en San Sebastián por Volavérunt, de Bigas Luna (con el que ha trabajado en múltiples ocasiones), y su primera nominación a los premios Goya la recibió por Madres paralelas, de Pedro Almodóvar. Algunos quizá recuerden que esta actriz nacida en Roma nunca ha tenido miedo a rodar en otros países (trabajó en El maquinista de Brad Anderson). Pero es que incluso ha puesto voz en audiolibros, conformando así una trayectoria variada y ecléctica.
Es difícil ponerse en la piel de alguien que ha recibido un Goya de Honor, pero parece normal pensar que a uno le dará por echar la vista atrás. La actriz, sin embargo, no lo hace mucho, pues no sabe decir qué trabajo recuerda con más cariño. "Me resulta muy difícil", nos cuenta. "He hecho más de 40 películas y mucho teatro. Tampoco sabría decir qué trabajo es más desafiante, pero es verdad que los audiolibros requieren una técnica distinta. Es agotador, física y mentalmente. La respiración es distinta, el grado de concentración muy alto, lo vivo un poco como una meditación. Además, como soy una gran lectora, leer libros en voz alta es un plus a mi pasión por la lectura".
A lo largo de estos años, Sánchez-Gijón ha ido viviendo los irremediables cambios que se han producido en la industria (y en el mundo). Por un lado, el sueño americano (esa meta antigua de irse a Hollywood a labrarse una carrera de verdad) ya no parece tan interesante gracias a la globalización y las plataformas. Por otro, la democratización de los actores está a la orden del día: cada vez más influencers con presencia en redes sociales parecen una buena elección para conseguir que la gente vaya al cine. Además, volviendo a las plataformas, las series de televisión parecen tener una influencia y un prestigio que antes, claramente, no tenían. ¿Qué opina la actriz?
"Es injusto que algunos influencers encuentren fácilmente trabajo cuando hay tantos actores jóvenes con talento"
"Las cosas han cambiado mucho, está claro. Puede que Hollywood fuera antes el gran sueño para muchos actores, aunque no fue mi caso, yo jamás me lo planteé, me ocurrió sin buscarlo. Hoy, con las plataformas digitales, cualquier cosa que hagas desde casa puede ser vista en todo el mundo, lo que ha transformado la industria. No diría que ahora las series tienen más prestigio que el cine, pero sí se han igualado con él. Hay series que son auténticas obras cinematográficas y han roto el prejuicio de que eran un producto de segunda categoría. Por otra parte, me parece injusto que algunos influencers encuentren fácilmente trabajo cuando hay tantos actores jóvenes con talento que se están formando y dejando la piel en las escuelas de teatro. Que pese más el número de seguidores que la cualificación como actor o actriz me parece lamentable. Son los tiempos que corren, pero ojalá encontráramos un punto medio donde prime la profesionalidad".
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Toca hablar también de la pandemia, mientras hacemos un recorrido por su trayectoria. ¿Cambió las reglas del juego en su profesión, como hizo con tantas otras? "Diría que ha cambiado sobre todo la actitud del público. La gente ahora valora mucho más el teatro y los espectáculos en vivo, algo que echamos mucho de menos cuando estuvimos encerrados. Desafortunadamente, los cines han perdido protagonismo". Ella, sin embargo, no ha cambiado mucho durante estos años, reflexiona, pues sigue investigando lo mismo cuando aborda un papel: "Sigo buscando personajes con profundidad, que me aporten algo en la exploración del alma humana. El proyecto ideal es aquel donde director, compañeros, historia y personaje sean fantásticos, pero eso ocurre pocas veces. A veces prima un factor sobre otro, como el deseo de trabajar con un director o compañeros concretos".
"Denunciar públicamente es una presión que puede provocar mucho daño, viendo actitudes tan abusivas como la del juez Carretero"
PREGUNTA. Hablando de trabajar con directores o compañeros concretos, hace unos años algunas actrices como Natalie Portman hablaban de la necesidad de trabajar con más directoras, después Emma Stone dijo algo similar. Sin embargo, ocho años después de dar ese mensaje político, han seguido trabajando exclusivamente con hombres (mientras que otras actrices como Nicole Kidman dijeron que trabajarían con directoras cada equis meses y sí lo están cumpliendo). ¿Crees que esto se puede aplicar o extrapolar a España? ¿Necesitan verdaderamente los actores tener esta clase de compromiso político y dar estos mensajes?
RESPUESTA. Creo que es fundamental, una de las cosas que está sucediendo en los últimos años es la incorporación de mujeres guionistas, directoras... y todas son extraordinarias y verdaderamente notables. Es muy llamativo el poder cinematográfico de las historias que cuentan y creo que sus visiones faltaban. Me encantaría trabajar con todas ellas porque haciendo balance de mi carrera me he dado cuenta de que he trabajado con 40 directores de los cuales cuatro solo son mujeres. Hoy son cada vez más las mujeres, aunque todavía no estemos en paridad.
P. Parece irremediable mencionar ahora el #MeToo en el mundo del cine, teniendo en cuenta cómo fue la gala el año pasado con las acusaciones de Carlos Vermut. ¿Están cambiando las cosas o solo estamos en la superficie del problema?
R. Yo creo que no hay que hablar solo del cine, sino de un problema estructural que afecta a todas las profesiones. Evidentemente, el mundo del cine es más goloso porque al ciudadano le impacta más leer un nombre conocido, por eso genera tanto impacto y es un plus atractivo para la prensa. En el cine hay abuso de poder, abuso sexual y conductas machistas, y es necesario que afloren. Las actrices jóvenes tienen más claro el límite y ya no toleran lo que nosotras sí tolerábamos y asumíamos como algo inevitable y propio de la naturaleza masculina. Ahora estas nuevas generaciones ya no toleran estas cosas, lo que pasa es que hay que tener mucho cuidado con eso de que salgan a la palestra pública para denunciar ante la justicia porque es una presión que puede provocar mucho daño, viendo actitudes tan tremendamente abusivas como la del juez Carretero. Es que uno ve eso... y luego decís que no denunciamos. Yo creo que las mujeres estamos tejiendo una red de complicidad y creando lugares donde poder expresar y compartir lo que nos lleva pasando desde hace siglos. Es un camino de sanación que debería hacer reflexionar a los hombres. Nosotras no somos las que causamos el problema, son los hombres que deberían cambiarse las gafas y hacer examen de conciencia, pues también han normalizado muchos comportamientos propios o ajenos.
"Haciendo balance de mi carrera me he dado cuenta de que he trabajado con 40 directores de los cuales cuatro solo son mujeres"
La actriz continúa un poco sumergida en la promoción de Tierra baja (en cines desde el pasado 31 de enero), película que sigue la estela de esas películas costumbristas, centradas en lo rural, que han florecido en los últimos años. "Toca también temas como la crisis personal y la reconexión con la tierra. Mi personaje, Carmen, está en crisis y regresa a la masía de su familia, en un entorno afectado por la sequía y el abandono. En ese aislamiento, redescubre su vocación creativa. Es una historia muy especial", cuenta.
Además, tiene varios proyectos para el futuro: "Estoy grabando la segunda temporada de Grita para Netflix, que se estrenará a finales de año. Y también estoy muy feliz porque voy a grabar con Anna Castillo Life flowers and other things, una película británica en Gales con un director muy joven y muy talentoso (Pelayo De Lario). Y por lo demás, pues esperando la gala del 8 de febrero... solo espero disfrutarla y que la emoción no me traicione".
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