Picasso: qué hace un artista con dos amantes, una guerra mundial y escasez de lienzos y óleos
El Museo Picasso de Málaga dedica una muestra a los diez meses que el pintor pasó en la localidad costera de Royan entre 1939 y 1940, donde pintó ocho cuadernos que permiten bucear en su proceso creativo
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El viernes 1 de septiembre de 1939 Hitler invadió Polonia y, en respuesta a esa acción, Francia y Gran Bretaña le declararon la guerra a Alemania. Comenzaba la II Guerra Mundial.
Ese mismo 1 de septiembre, el Gobierno francés pidió a los parisinos que, a menos que tuvieran poderosas razones para quedarse, abandonaran la ciudad. Aquel viernes, a última hora de la noche, Picasso, su amante Dora Maar, su perro Kazbek (un magnífico ejemplar de galgo saluki) y su fiel secretario Jaime Sabartés (junto con su compañera, Mercedes Iglesias) partieron de París a bordo del coche del artista, un Hispano-Suiza abarrotado de maletas y cachivaches varios. El vehículo, conducido por Marcel Boudin, chófer de Picasso desde 1934, se dirigió a Royan, una localidad balnearia en la costa atlántica francesa, a unos 500 kilómetros de París. Ya cuatro meses antes, cuando la guerra parecía tan inminente como inevitable, Picasso había instalado allí a su anterior amante, Marie-Thérèse Walter, y a Maya, la hija que había tenido con ella.
Picasso pasó en Royan 10 meses. En esa ciudad, un destino fundamentalmente vacacional, no disponía de un amplio estudio como eran los dos gigantescos talleres que tenía en París. Y a eso se añadía que allí no había modo de encontrar óleos, lienzos o bastidores, así que Picasso se tuvo que conformar con trabajar fundamentalmente con papel, tinta y gouache. Limitado por el espacio y por la falta de materiales, el artista volcó su creatividad en varios cuadernos. Algunos, cuadernos de dibujo, otros, cuadernos normales de notas con cuadrículas o rayas; casi siempre cuadernos de pequeño formato.
Durante su estancia en Royan, Picasso completó un total de ocho cuadernos, que ofrecen una visión única sobre su método de trabajo. Esos ocho cuadernos incluyen ideas para composiciones más grandes y muestran su proceso de evolución a la hora de aproximarse a una determinada forma. Picasso plasmó con frecuencia en esos cuadernos secuencias de dibujos que luego culminaban en obras en óleo. En uno de los cuadernos, por ejemplo, hay 59 páginas con estudios esquemáticos de una figura femenina, y cada dibujo incluye una pequeña variación respecto al anterior.
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Esos cuadernos, que permiten un fascinante paseo por los entresijos de la mente creativa de Picasso, se exhiben hasta el próximo 30 de abril en el Museo Picasso de Málaga. "La exposición muestra reunidos por primera vez los ocho cuadernos que Picasso realizó durante su estancia en Royan", se anuncia a bombo y platillo en los materiales promocionales de la muestra. Sin embargo, en el Museo Picasso de Málaga no están físicamente los ocho cuadernos de Royan: hay cuatro de los cuadernos originales, sí, pero los cuatro restantes no están: de uno de ellos se exhibe un facsímil y los otros tres están en versión digital. "Es muy complicado conseguir en préstamo cuadernos, son obras en papel muy delicadas. Y además, ahora mismo se están llevando a cabo investigaciones muy potentes sobre los cuadernos de Royan, una de ellas por parte del Museo Metropolitan de Nueva York", asegura Miguel López-Remiro, director del Museo Picasso de Málaga, para justificar que en la exposición solo haya cuatro de los ocho cuadernos originales.
A cambio, la muestra incluye varios lienzos de Picasso pintados en Royan y basados en los estudios que plasmó en sus cuadernos, una paleta del pintor, poemas que escribió en ese periodo y fotografías y obras realizadas por Dora Maar en esa misma época.
Picasso acudía con frecuencia al matadero municipal de Royan a comprar cabezas de cordero para darle de comer a Kazbek, su perro. Así que no es de extrañar que en el primer cuaderno de Royan plasmase varios dibujos de esos cráneos, bocetos que después se transformarían en cuadros al óleo. "Es prácticamente seguro que Picasso tenía en la cabeza a Goya cuando los pintó, pues Goya tiene un cuadro del mismo tema que se conserva en el Louvre. Además, Burdeos, la localidad donde murió Goya, se encuentra bastante cerca de Royan", señala Marilyn McCully, comisaria de la exposición junto a su marido, Michael Raeburn. En Málaga, además de los esbozos de esas cabezas de cordero que Picasso dibujó en su primer cuaderno en Royan se exhibe su estremecedor óleo Tres cabezas de cordero, prestado para la ocasión por el Museo Reina Sofía.
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Muchas de las páginas de los cuadernos están llenas de imágenes de mujeres. En la mayoría de los casos, se trata de una mujer con el cabello oscuro y marcados rasgos faciales que recuerdan a los de Dora Maar. Sin embargo, hay muy pocos dibujos de Marie-Thérèse y de Maya en Royan.
Cuando aún faltaban cuatro meses para que comenzara oficialmente la II Guerra Mundial, Picasso ya estaba profundamente preocupado ante la posibilidad de que Francia pudiera ser invadida por el ejército de la Alemania nazi. Así que a principios de mayo de ese 1939 buscó un lugar alejado de París para que pasaran el verano su amante Marie-Thérèse y Maya, la hija de ambos. Se decantó por Royan y alquiló para ellas la planta principal de villa Gerbier de Jonc. Marie-Thérèse, su madre, su hermana y Maya que se trasladaron allí a principios de julio de 1939.
Picasso siguió en París, pero su inquietud iba en aumento. “Aunque Picasso se empeña en continuar la vida rutinaria (…) todo lo que se mueve en torno a nosotros va tomando el ritmo de las máquinas de guerrear”, señala en su diario su secretario, Jaime Sabartés. Y a los tambores de guerra se sumaba la complicada vida personal del artista, quien en 1935 se había separado de su mujer, Olga Khokhlova. Picasso tenía desde 1936 una nueva pareja, la fotógrafa y artista franco-yugoslava Dora Maar, pero, simultáneamente, mantenía a Marie-Thérèse Walter, su amante desde 1927. Cuando empezó su relación con Dora Maar, Picasso alojó a Marie-Thérèse y a Maya en una casa cerca de Versalles, donde solía pasar tres o cuatro días a la semana y donde trabajaba en el enorme granero situado en el jardín.
En Royan, Picasso volvió a dividir su tiempo entre Marie-Thérese y Dora Maar. Vivía con esta última en una habitación del Hôtel du Tigre, pero durante sus primeros meses en la localidad usó como estudio el comedor de la villa Gerbier de Jonc, en cuyo piso superior estaban alojadas Marie Thérèse y Maya. Además, todas las noches acudía a la villa a leerle un cuento a Maya antes de dormir. Los biógrafos del artista abundan en los celos y el sentimiento de abandono que experimentó en esa época Dora Maar. Es prácticamente seguro que el apaño de Picasso no le hizo ninguna gracia, pero las cartas y poema que el artista le envió cuando estaban separados revelan que estaba profundamente enamorado de ella.
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El cuadro más importante que Picasso realizó en Royan fue seguramente Mujer peinándose, un lienzo que el MoMA de Nueva York ha prestado para esta exposición y que de alguna manera sintetiza el trabajo que el artista había realizado en los últimos meses en sus ocho cuadernos.
En algunos de los cuadernos de Royan Picasso también escribió poesías, siempre en un estilo muy libre, casi siempre en francés y sin signos de puntuación. El 25 de diciembre de 1939, día de Navidad, escribió por ejemplo un poema que comenzaba diciendo: "sábanas bordadas con la cera de las águilas / cayendo en lluvia de risas la maraña helada de las / llamas del cielo vacío sobre la piel / desgarrada de la casa en un rincón al fondo del cajón del / armario vomita sus alas (…)". Aunque los bombardeos no habían afectado aún a Royan, hay quien considera que en el poema Picasso evoca la amenaza de los ataques aéreos. Comida, colores y animales, temas típicos de su poesía, están también presentes en los cuadernos de Royan.
En el tiempo que Picasso estuvo en esa localidad, realizó en total cuatro viajes a París. Le preocupaba mucho su condición de extranjero en Francia durante la guerra, así que aprovechó uno de esos viajes para solicitar la nacionalidad francesa. Se la denegaron. En otro de los viajes, se ocupó de guardar muchas de sus obras en las cámaras acorazadas de la Banque Nationale pour le Commerce et l’Industrie (BNCI), cuyo director era su asesor financiero.
El viernes 1 de septiembre de 1939 Hitler invadió Polonia y, en respuesta a esa acción, Francia y Gran Bretaña le declararon la guerra a Alemania. Comenzaba la II Guerra Mundial.