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Richard Gere: "En España hay un respeto por las personas que no veo en Estados Unidos"
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estreno el 25 de diciembre

Richard Gere: "En España hay un respeto por las personas que no veo en Estados Unidos"

Hablamos con el actor con motivo del estreno de 'Oh, Canadá', del director y guionista Paul Schrader, película donde interpreta a uno de los sesenta mil evasores y desertores que huyeron a Canadá para evitar servir en la guerra de Vietnam

Foto: Richard Gere en un  fotograma de 'Oh, Canadá'.
Richard Gere en un fotograma de 'Oh, Canadá'.
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En los últimos tiempos, el director y guionista Paul Schrader (Taxi Driver, American Gigolo) se ha interesado por los personajes atrapados en los márgenes de la sociedad, aquellos que tienen secretos que esconder y suelen mostrar solo una cara de un amplio abanico de matices. Sucedía eso con El maestro jardinero (2022), su película (casi) más reciente, aunque en realidad su carrera siempre ha seguido obsesivamente a las figuras complejas y atormentadas, desde el escritor Yukio Mishima a su Travis de Taxi Driver, en el que es probablemente el guion más conocido de su carrera.

Y ahora vuelve una vez más a contar una historia con claroscuros en Oh, Canadá. En esta ocasión, seguimos los pasos de Leonard Fife (Richard Gere), uno de los sesenta mil evasores y desertores que huyeron a Canadá para evitar servir en la guerra de Vietnam. En la última etapa de su vida, enfermo de un cáncer terminal, tras haberse convertido en un documentalista de éxito y prácticamente una leyenda, decide aceptar una entrevista para contar toda la verdad sobre su vida y desmitificarla delante de su mujer (Uma Thurman).

La película, que no deja de narrar una biografía ficticia (está basada en el libro Los abandonos, de Russell Banks), funciona porque es de Schrader y este tiene tablas suficientes como para poder convertir una historia insípida en algo más profundo y complejo. Para ello, experimenta con la cámara para evitar escenas encorsetadas: hay continuos cambios entre actores (Jacob Elordi, actual niño mimado de Hollywood, interpreta a Fife en su primera juventud), como corresponde a cualquier filme que se adentra mediante flashbacks en un pasado remoto y olvidado, cambia las voces en off, e incluso pasa al gran angular en blanco y negro, que parece imitar algunas de las escenas más legendarias de Ciudadano Kane. Todo eso para adentrarse en la verdadera historia de Fife y los oscuros secretos que dejó atrás.

"Cuando rodamos, Paul y yo estábamos en proceso de duelo. Yo acababa de perder a mi padre"

Richard Gere acaba de mudarse a España, pero asegura que desde que conoció nuestro país le fascinó, Galicia en particular: "Aquí hay mucha calidad de vida", cuenta a este periódico. "Veo un respeto y una responsabilidad social que en Estados Unidos, lamentablemente no tenemos". Al actor no le costó mucho aceptar el papel de Schrader porque admira su trabajo: "En los últimos 15 o 20 años he preferido proyectos pequeños y más íntimos, y Paul me llamó para decirme que tenía un guion basado en una novela de Russell Banks, que era amigo suyo. Lo curioso fue que Paul no sabía que mi padre había fallecido recientemente, con casi 101 años, y yo no sabía que Russell también acababa de morir. Ambos estábamos en un momento de duelo, tratando de comprender lo que significa perder a alguien querido. Creo que ese estado emocional nos unió y fue la base para trabajar en esta película".

Gere no había leído la novela antes de que Schrader le hablara del proyecto, pero sí lo hizo después: "Tienen una estructura muy similar, aunque en el cine haya que condensar las cosas para contarlo todo en dos horas. Paul añadió una escena que no estaba en el libro para explorar la culpa y la vergüenza que el protagonista lleva arrastrando durante tantos años. Al final hay libros increíbles que terminan siendo películas mediocres y viceversa. Aquí, intentamos preservar el espíritu del libro, pero adaptándonos a las posibilidades y limitaciones del cine".

De la misma manera, para el actor son interesantes tanto los contrastes que Schrader hace en la fotografía como el hecho de haber tenido que compartir personaje con Elordi. "Paul decidió utilizar diferentes colores, formatos y proporciones de pantalla para diferenciar los niveles de memoria y recuerdos. Esto no solo es visualmente atractivo, sino que también ayuda al espectador a ubicarse en los distintos momentos de la historia. Por ejemplo, los recuerdos tienen un tono más fluido, más expresionista, casi como un cuadro de Francis Bacon, mientras que el presente es más definido. Estas decisiones artísticas también facilitan que el público entienda mejor la narrativa emocional del personaje, que está en un estado de transición constante entre el pasado y el presente".

"Rodamos esta película en 17 días, algo que antes del COVID habrían podido ser ocho semanas"

"Jacob y yo interpretamos al mismo personaje, pero en diferentes etapas, lo cual requiere mucha preparación, aunque nosotros no tuvimos tanta por cuestiones de tiempo, al final trabajamos en torno a dos meses. En mi caso, me caracterizan como un hombre joven de 40 años y como un anciano moribundo de 85, así que había que hacer creíbles estas transiciones físicas y emocionales. Aquí, mi experiencia personal fue clave: cuidé de mi padre hasta sus últimos días, lo vi caminar con dificultad, usar un andador, manejarse con esfuerzo en espacios pequeños. Estas observaciones me ayudaron mucho. Además, en el rodaje tuvimos que ser muy eficientes: no podía pasar tres horas en maquillaje cada día, así que encontramos formas de trabajar rápido sin perder calidad".

Para el actor, el covid marcó un antes y un después en el sector cinematográfico y cree que es difícil recuperarse. "Hacer cine independiente hoy en día es extremadamente complicado. Rodamos esta película en 17 días, algo que antes habrían podido ser ocho semanas. Paul y yo hemos hablado mucho de cómo el covid lo cambió todo; las películas independientes se ven más en casa, y la gente ya no va al cine como antes. Es difícil encontrar financiamiento y también pantallas donde proyectar estas películas. Ahora, Paul tiene que calcular todo: número de páginas, presupuesto, días de rodaje. Antes no era así, estoy seguro de que no escribió Taxi Driver pensando en cuánto costaría hacerla. Pero la realidad del cine independiente actual nos obliga a ser mucho más pragmáticos, aunque intentemos mantener la creatividad viva".

En los últimos tiempos, el director y guionista Paul Schrader (Taxi Driver, American Gigolo) se ha interesado por los personajes atrapados en los márgenes de la sociedad, aquellos que tienen secretos que esconder y suelen mostrar solo una cara de un amplio abanico de matices. Sucedía eso con El maestro jardinero (2022), su película (casi) más reciente, aunque en realidad su carrera siempre ha seguido obsesivamente a las figuras complejas y atormentadas, desde el escritor Yukio Mishima a su Travis de Taxi Driver, en el que es probablemente el guion más conocido de su carrera.

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