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No solo los nazis: media Europa fue culpable del Holocausto judío
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No solo los nazis: media Europa fue culpable del Holocausto judío

El historiador británico Dan Stone señala en 'El Holocausto, una historia inacabada' que la Solución Final no hubiera sido posible sin la colaboración de países como Francia, Rumanía, Bulgaria, Polonia o Hungría

Foto: Civiles observando las atrocidades cometidas en Auschwitz.(Getty Images)
Civiles observando las atrocidades cometidas en Auschwitz.(Getty Images)

En marzo de 1942, después de nueve años de dictadura del Tercer Reich en Alemania, seguían vivas alrededor del 75-80% de las víctimas de lo que sería Holocausto. A mediados de febrero de 1943, sin embargo, la cifra de muertos ya era del 80% del total de los judíos asesinados, según el plan de la Solución Final. Antes de 1942 los dirigentes nazis habían aplicado un programa de acción contra los judíos que incluía la privación de derechos, la estigmatización, la negación de los derechos civiles, el sometimiento de sus personas y propiedades a la violencia, la deportación, la esclavitud, el trabajo forzado, el hambre y el asesinato, según lo definió el Tribunal de Nuremberg que juzgaría unos crímenes en base a unas leyes que no existían cuando se cometieron. Lo último fue el exterminio en masa, a partir de abril mayo de 1942.

Cuando se cumplen 80 años de la liberación del campo de Auschwitz-Birkenau, el 27 de enero de 1945, fecha que conmemora el Holocausto, parecería imposible explicar aspectos nuevos o desconocidos sobre lo que habitualmente se ha considerado la mayor aberración de la humanidad, y sin embargo, la propia naturaleza del asesinato en masa de seis millones de judíos ha provocado que el relato popularizado sea incompleto, esquivo o inexacto en muchas ocasiones.

Está la historia por ejemplo de la Solución Final: los campos de exterminio como Auschwitz-Birkenau en donde los judíos deportados de toda Europa iban del tren directamente a la cámara de gas sin pasar antes por la esclavitud de los campos de trabajo, que conllevaban porcentajes muy altos la muerte por las condiciones infrahumanas. Y están los batallones de Einsaztgruppen, que mucho antes de decidirse la "Solución Final al problema judío" asesinaban en masa, con balas en vez de gas, a miles de judíos.

placeholder El Holocausto, de Dan Stone. (La Esfera de los Libros)
El Holocausto, de Dan Stone. (La Esfera de los Libros)

Resulta además que los perpetradores de ese Holocausto no fueron exclusivamente los nazis: muchos otros países colaboraron de forma decisiva en el exterminio de la población judía en Europa, como fue el caso de Francia, Rumanía, Bulgaria o Hungría, entre otros, que prácticamente llevaron a cabo toda la labor de detención y deportación ellos solos conociendo el destino final.

Los otros culpables

A pesar de ello, en Hungría, por ejemplo, los monumentos conmemorativos señalan en exclusiva a los nazis como culpables, omitiéndose el verdadero papel esencial de los propios húngaros que segregaron, encerraron en guetos y deportaron a los judíos sin apenas ayuda de las SS, mientras que en Polonia una ley prohíbe señalar a los polacos como perpetradores del Holocausto, a pesar de que también se colaboró en su asesinato.

Estos y otros aspectos sorprendentes con los que propone el historiador británico Dan Stone, catedrático de Historia Moderna y Director del Instituto de Investigación del Holocausto en Royal Holloway (Universidad de Londres), en El Holocausto, una historia inacabada (La Esfera de los libros), en el que el propio relato posterior de la Shoah forma parte de su historia, y en el que su impacto ha configurado el mundo actual incluyendo la creación del Estado de Israel y la percepción mundial sobre el mismo. Stone desmonta además el concepto instaurado en la psique colectiva de asesinato industrial eficiente de la maquinaria nazi.

"La percepción de un genocidio "industrializado" es engañosa incluso en los campos de exterminio nazis", explica Dan Stone

"La percepción de un genocidio "industrializado" es engañosa incluso en los campos de exterminio nazis", explica Dan Stone en el libro. "El proceso de asesinato fue brutal y distó de ser eficiente incluso en Auschwitz, y lejos de emprenderse como un proyecto frío, racional y casi industrial, la continua caza y deportación de judíos desde rincones remotos de Europa, como Corfú o el sur de Francia, en un momento en el que era obvio que Alemania perdería la guerra, sugiere que la frenética necesidad de matar a los judíos formaba parte esencial de la cosmovisión nazi", añade.

También desmiente el hecho de que la idea misma del exterminio de los judíos estuviera ya en Mein Kampf de Adolf Hitler publicado en 1921: "El Holocausto no fue la continuación inevitable de la postura antijudía articulada por primera vez en el programa del partido nazi de 1920 o en Mein Kampf. La senda hacia el Holocausto fue tortuosa y se fue elaborando a medida que distintos organismos rivales competían por el control de la política judía en el contexto de las medidas demográficas más generales. Además, estuvo sujeto a la necesidad militar, a los recursos técnicos y de personal, al grado de voluntad mostrado por los regímenes colaboradores para la deportación o ejecución de 'sus" judíos”.

Es decir, el asesinato de los judíos empezó propiamente con la guerra y a gran escala en Ucrania con los Einsaztgruppen, el llamado "Holocausto con balas", aunque aún no existiera un proyecto europeo de aniquilación, y dependió también en gran medida del grado de colaboración de los propios nacionales de los países ocupados cuando comenzaron las deportaciones. De hecho, los judíos no formaron parte del sistema inicial de campos, fueron incluidos durante la guerra.

La cuestión es que ya en 1941, aun cuando no hubiera un plan de genocidio propiamente, la política hacia los judíos comienza a ser genocida porque implica su muerte aunque no sean exterminados, como es el caso de los guetos, tal y como explica Stone: "Los guetos no se crearon como parte de un plan de genocidio preexistente, pero fueron genocidas en sus consecuencias. Unos 500.000 judíos murieron en los guetos porque las condiciones de vida eran inimaginables. La suciedad y la enfermedad estaban en todas partes, los habitantes de los guetos se acostumbraron a la visión de gente agonizando y muerta en las calles, y en Varsovia solo la valentía de los niños contrabandistas hizo que no muriese más gente de hambre".

"Los guetos no se crearon como parte de un plan de genocidio preexistente pero fueron genocidas en sus consecuencias"

Un aspecto que no se ha explicado quizás lo suficiente o que ha sido un tanto distorsionado: "Los guetos se recuerdan a menudo en el imaginario popular como lugares de cultura judía, donde la resistencia espiritual y las actividades culturales compartidas sirvieron para mitigar los designios nazis de quebrar el espíritu judío. En realidad, eran lugares de humillación, donde se machacaba a los individuos y se erradicaba la solidaridad".

Hacia mediados de 1941 la realidad es que la guerra había convertido el problema judío en una cuestión ya de aniquilación, que se seguía desde el abandono a la miseria y el hambre en los guetos hasta los fusilamientos masivos en Polonia y la URSS, lo que derivaría finalmente en la llamada Solución Final que había sido precedida de la evacuación, un eufemismo que en realidad implicaba ya prácticamente un genocidio. Según Stone, el proceso hacia la Solución Final partió siempre de Adolf Hitler y se produjo en el contexto de las victorias frente a la URSS en 1941 y la entrada en la guerra de EEUU en 1942, pero nunca ocuparon una gran cantidad de recursos que, de hecho,"fueron minúsculos".

En cualquier caso, la decisión de asesinar a los judíos se tomó según Stone "antes de diciembre de 1941, pues, de lo contrario, declaraciones como las de Goebbels habrían sido impensables. Lo que vemos entre el otoño de 1941, cuando el tono se volvió más radical en el contexto de lo que Goebbels denominó el 'estado de ánimo eufóricamente optimista' de Hitler, y la primavera de 1942, momento en el que el programa general estaba ya en marcha (en teoría, aunque no siempre en la práctica, debido a las limitaciones logísticas), es un proceso de coordinación que posibilitó la cooperación de todos los organismos necesarios tanto dentro de Alemania como entre sus aliados; en otras palabras, un proceso de difusión de las decisiones ya tomadas".

placeholder Niños liberados en Auschwitz el 27 de enero de 1945. (Getty Images)
Niños liberados en Auschwitz el 27 de enero de 1945. (Getty Images)

La mayor novedad de El Holocausto, de Daniel Stone, es que una vez iniciada la Solución Final la realidad es que el proyecto acabó cobrando vida más allá de la Alemania nazi: "Más que una historia alemana de ocupación, deportación y asesinato en campos de exterminio, el Holocausto se asemeja a una serie de genocidios locales conectados, llevados a cabo bajo los auspicios de un gran proyecto".

La colaboración de los países ocupados determinó la historia final del Holocausto, que varió según el grado de afinidad con la política del exterminio. Era un hecho conocido, pero pocas veces articulado de esta forma: una conexión de genocidios en diferentes partes de Europa y en donde los judíos alemanes no son de hecho el mayor número de las víctimas. El historiador inglés hace un énfasis en esta deslocalización y en la desorganización general del proceso desmintiendo de paso la vieja idea de Raul Hillberg: "Cuando el primer funcionario escribió a principios de 1933 la primera definición de 'no ario' en una ordenanza de la administración pública, el destino de los judíos europeos quedó sellado". El proceso fue mucho más caótico y desigual, además de haberse decidido en el contexto de la Guerra de Aniquilación y del Lebensraum, más que en las teorías raciales de preguerra nazis.

En Polonia con el tiempo se ha distorsionado hasta el punto de perseguir por ley a quienes señalen a los propios polacos como culpables

Y cuando terminó la guerra y tras la liberación de los campos como Auschwitz o Bergen Belsen, de donde salieron las imágenes de los cadáveres andantes judíos mostrándo una desnutrición dantesca, se pasó en la posguerra al olvido. La publicación de los El diario Anna Frank, en 1956, el juicio a Eichmann en Israel 1965 y algunos otros procesos en Alemania lo fueron sacando de su letargo y ocupando el lugar central que tiene ahora en el relato de la Segunda Guerra Mundial y en los 80, cuando existió la corriente del doble genocidio equiparando el Holocausto a los crímenes estalinistas.

Después, en los 90, la película La lista de Schindler, de Steven Spielberg, lo convirtió en un fenómeno global junto a la divulgación de las historias del Holocausto del Yad Vashem de Israel. Según Stone, el problema actual de la narrativa del Holocausto en la cuestión de los colaboradores del resto de Europa partió en inicio de la propia Alemania, que no estaba dispuesta a señalar a otros actores, asumiendo el papel único. En Polonia con el tiempo se ha distorsionado hasta el punto de perseguir por ley a quienes señalen a los propios polacos como culpables, lo que inevitablemente ha distorsionado una historia que no es exclusivamente de los nazis, pese a que sin el Tercer Reich no habría existido.

En marzo de 1942, después de nueve años de dictadura del Tercer Reich en Alemania, seguían vivas alrededor del 75-80% de las víctimas de lo que sería Holocausto. A mediados de febrero de 1943, sin embargo, la cifra de muertos ya era del 80% del total de los judíos asesinados, según el plan de la Solución Final. Antes de 1942 los dirigentes nazis habían aplicado un programa de acción contra los judíos que incluía la privación de derechos, la estigmatización, la negación de los derechos civiles, el sometimiento de sus personas y propiedades a la violencia, la deportación, la esclavitud, el trabajo forzado, el hambre y el asesinato, según lo definió el Tribunal de Nuremberg que juzgaría unos crímenes en base a unas leyes que no existían cuando se cometieron. Lo último fue el exterminio en masa, a partir de abril mayo de 1942.

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