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La generación musical de Alcalá Norte y Carolina Durante se sincera: "Esto va más allá de petarlo"
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ADELANTO EDITORIAL

La generación musical de Alcalá Norte y Carolina Durante se sincera: "Esto va más allá de petarlo"

Publicamos las primeras páginas de 'No sonamos mal', un nuevo libro de entrevistas realizadas a más de 50 bandas de nuestro país para entender el contexto social y cultural de la juventud española

Foto: El "petardazo" inesperado de Alcalá Norte: de las calles del barrio al primavera sound.
El "petardazo" inesperado de Alcalá Norte: de las calles del barrio al primavera sound.

"Hay una pregunta que siempre aparece en todas las entrevistas que hemos dado. Es como un leitmotiv: ¿De dónde cojones han salido estos de repente? No, de repente no. Hemos pasado por muchas mierdas para llegar hasta aquí. Nos ha costado mucho trabajo, hemos tenido que lidiar con muchos problemas, muchas penas, tristezas, cabreos y frustraciones. No nos hemos rajado porque los tres que montamos este grupo somos íntimos amigos. Esto va más allá de petarlo, va porque nos gusta, porque somos como hermanos y nos lo pasamos bien. Y lo seguiríamos haciendo aunque no le gustara ni a nuestras madres".

En un edificio de Noviciado junto a una iglesia protestante, a tan solo unos pocos metros de Marilians Records, punto neurálgico de músicos y fans en Madrid, estamos con Alcalá Norte sentados en un sofá tomando unas birras. Barbosa, el batería, pronuncia estas palabras bajo la mirada cómplice de sus compañeros Rivas y Carlos. En sus palabras no existe un ápice de pretenciosidad. La conversación, más que una entrevista, es una charla informal que discurre, más tranquila si cabe, por el efecto de la lluvia que empieza a jarrear de un momento para otro.

Al otro extremo del salón, y separado por unas cuantas latas de Mahou, Carlos Elías, aka Doctor Rock, levanta la voz y le complementa: "No basta solo con la amistad, si quieres sacar algo adelante también tiene que haber compromiso. Tienes que currar y hacer las cosas bien. Es un proceso de años y está lleno de sacrificios". Carlos no solo es el guitarrista de la banda y productor de la misma, también es el catalizador del cambio justo en el momento más complicado del trío. "Recuerdo cuando entraron a mi estudio, les pregunté si de verdad querían hacer algo con sus canciones. Estuvieron por primera vez en abril del 2022. En ese momento intentamos grabar, pero no funcionó. Los miembros no estaban en la misma sintonía".

"Querer petarlo es legítimo, pero si estás intentando vender una cosa que no es verdad, se te va a ver el plumero"

Rivas, vocalista del conjunto y uno de los miembros fundadores junto con Barbosa y Juampi, toma la palabra recordando aquellos momentos: "Desde el comienzo nos dimos cuenta de que Alcalá Norte funcionaba. Se nos acercaba gente como Carlos con buenas intenciones: 'Oye, aquí hay algo, dejadme ayudaros, dejadme grabaros…'. Pero también había varios miembros cuyo único objetivo era triunfar, que estaban con nosotros porque solo querían petarlo, montándose sus propias películas en la cabeza, hasta el punto de no reconocer a nuestro pequeño dragón".

Foto: La banda madrileña Carolina Durante, en una imagen promocional. (Sonido Muchacho)

"Sí", concuerda Barbosa. "Para mí, alguien que empieza con el único objetivo de triunfar y ser Dios, mal asunto. Te vas a frustrar, te vas a desesperar. Lo primero que tienes que hacer es montar un grupo para pasar el rato con colegas, tener compromiso, y luego vamos viendo. Si la cosa no tira, al menos que te apetezca seguir con tus amigos porque te lo pasas bien. Si funciona, pues de cojones". Carlos entra de nuevo en escena: "Querer petarlo puede ser algo legítimo. Si ocurre, que es casi imposible, es justamente al revés. Si estás intentando vender una cosa que no es verdad, se te va a ver el plumero. Hay que centrarse en las canciones, que estas sean de verdad, que el conjunto tenga sentido".

Dos años de entrevistas

La entrevista con Alcalá Norte nunca estuvo entre nuestros planes. Hacía ya varios meses que habíamos terminado el muestreo y estábamos enfangados en la transcripción de cuarenta y cinco testimonios de más de cincuenta horas de grabación en total. El último grupo que entrevistamos fue Cariño, en enero de 2024, y el primero, Depresión Sonora, en diciembre de 2022. El motivo detrás de esta conversación con Alcalá, que acababa de publicar su primer álbum, iba más allá de la verdad de sus canciones o del hype generado en la sociedad. Los de Ciudad Lineal sintetizaban de algún modo todas las ansias, expectativas y fortalezas que habíamos encontrado en el resto de bandas.

placeholder 'No sonamos mal. Crónica de la nueva escena indie de guitarras'. (Muzikalia, 2024)
'No sonamos mal. Crónica de la nueva escena indie de guitarras'. (Muzikalia, 2024)

Desde que nos sentamos con Markusiano en un bar al lado de la puerta de su casa cercana a la estación de Atocha, allá por diciembre de 2022, y hasta esta última charla con los Alcalá, hemos vivido unos meses muy intensos y reveladores sobre lo que significa ser músico en España hoy en día. Nos hemos refugiado del frío con los Aiko el grupo en un bar de Lavapiés, hemos compartido reflexiones políticas y generacionales con Jorge de Biznaga en la cafetería del Observatorio de Carabanchel y hemos estado en la taberna de confianza de Carlangas, también en este mismo barrio madrileño. Hemos visitado el interior del estudio de Parquesvr en una calle trasera a la Plaza Mayor, lugar en el que en su día grabaron Mercromina o los humoristas de Muchachada Nui. Ya en verano, hemos compartido cervezas y cigarrillos con Niña Polaca, Grande Amore o Carolina Durante en una terraza a pocos metros de los cines Renoir de Plaza España.

placeholder Biznaga en una imagen promocional. (EFE)
Biznaga en una imagen promocional. (EFE)

Estos son algunos de los lugares en los que hemos fijado nuestras entrevistas, pero también hemos puesto la grabadora a correr en la que podría considerarse nuestra base de operaciones oficial, el Triskel de Malasaña, en la que nos citamos con Elena de Yawners para hablar, entre otras cosas, de si verdaderamente apareció su rostro en el mítico cruce de Shibuya o lo habíamos imaginado. Con VVV [Trippin'you] acabamos a altas horas de la noche de un martes en un bar frente a los locales de Metrónomo, el Pueblo Paleta de tantas bandas madrileñas, mandando selfies a La Trinidad y hablando de series que nos gustan.

Este no es un mero libro sobre música, sino que abarca distintos temas, todos ellos pasados por el prisma del contexto social y cultural

Con Marcelo Criminal nos tocó parar varias veces la entrevista debido a los fans que le saludaban en los aledaños de La Riviera, antes de irnos todos al concierto de Big Thief. Fuimos los primeros en ver el show que tenían preparado Monteperdido en la sala Sol al colarnos en su prueba de sonido, y las horas pasaron sin darnos cuenta de terraceo durante una tarde idílica de San Isidro con Tommy y Fer, de Camellos. Incluso, casi nos multa la policía por bebernos unas latas con La Paloma en el parque de enfrente de la Sala Barceló antes de un concierto suyo junto a El Buen Hijo. Estos son algunos de los enclaves y anécdotas tras dos años y un porrón de entrevistas, que son las que dan forma al libro. Aquellas que no pudimos hacer en cuerpo presente fueron concertadas online, como por ejemplo las charlas con Melenas, Anabel Lee, Mujeres o Ginebras.

En todas ellas, presenciales o virtuales, hemos compartido confidencias y pensamientos no solo de su carrera musical, sino también sobre su vida y el momento que les ha tocado vivir. Razón de peso para afirmar que este no es un mero libro sobre música, sino que abarca distintos temas, todos ellos pasados por el prisma del contexto social y cultural que nos concurre a público y artistas. A lo largo de las siguientes páginas analizamos el cambio generacional que hemos vivido con el paso de los años, la composición de sus temas o si realmente es posible vivir de la música independiente hoy en día.

El 'hype' de Alcalá Norte

De manera casual, escuchamos el debut de "La vida cañón" cuando Alcalá Norte hicieron de teloneros de Camellos en un concierto en el Teatro Barceló, un mes antes de publicar su primer álbum completo. Para abril de 2024, cuando presentaron su disco homónimo, el runrún de este grupo ya era un secreto a voces. El disco estaba muy bien, eso era innegable, pero tantas entrevistas y tanta expectación nos desconcertaba, estando acostumbrados a ver otras bandas que nacían con propuestas contundentes y se quedaban ahí, y otras que con apenas nada demostrado subían de repente como la espuma (y luego volvían a bajar, terminada la euforia). ¿Qué estaba pasando en esta ocasión?

Que un álbum sea acogido de esta manera es un tesoro en un mundo donde, como dice Fernando Alfaro, "sacar un disco es parir un niño muerto"

"Los nuevos príncipes del indie-rock español". "El pop-rock de los 90 renace en un barrio de Madrid". "Guardianes de la autenticidad de barrio… " Así, decenas de titulares copaban los principales medios de comunicación semanas después de su lanzamiento. Nosotros, por lo que fuera, no solemos confiar en los mesías. En cuanto les entrevistamos, lo tuvimos claro. Lo que había simplemente era un disco con buenas canciones. Temas capaces de convertirse en axiomas generacionales, un enorme trabajo detrás creado desde la base, el boca a boca, y una nueva manera de acercarse a nuevos oyentes basada en una insistencia constante en redes sociales que creíamos muertas.

Para principios de junio, y saltándonos las fechas de entrega acordadas de este libro, habíamos conseguido concretar la entrevista que cerraría la muestra y abriría el libro. Ahora solo faltaba verlos en directo. El primer intento fue en un concierto que dieron junto a Carolina Durante en la Wurlitzer el 26 de mayo. Fue imposible; ni haciendo cola desde las seis de la tarde conseguimos entrar. La segunda fue solo cuatro días después, en el mismo sitio y a la misma hora. Como anécdota, la banda tuvo el gesto de pedir por Instagram que quienes hicieron fila y no lograron entrar les mandaran un DM. Nosotros, por supuesto, lo hicimos y nos adelantaron que Alcalá Norte sería el "grupo sorpresa" que abriría para los Boston Babies.

Foto: De izquierda a derecha, Salvi, Elinor y Adri. Radicales, electrónicos y mostoleños. (E. Z.)

"¿Cuánto cuesta un segundo de todo el mundo?" se pregunta Rivas en "La Calle Elfo", para luego exigir: "Quiero tres minutos y medio". Menos de ese tiempo nos hizo falta para confirmar que los rumores eran ciertos: la comunión con el público era ya total y, con pocos meses de recorrido, la gente se sabía todas las canciones. Nos hemos acostumbrado en estos tiempos a los fenómenos virales y a los golpes de efecto a base de singles. Que un álbum sea acogido de esta manera es un tesoro en un mundo donde, como dice Fernando Alfaro, "sacar un disco es parir un niño muerto". Aun así, como nos recuerda Barbosa: "Puedes estar veinte años con una banda y que nunca pase nada. Y eso es lo más probable".

*Dani Vega (1992), Enrique Zamorano (1993) y Víctor Terrazas (1995) son tres periodistas que, tras ' Hijos del Brexit' (Levanta Fuego, 2022), han pasado más de dos años entrevistando a más de 50 bandas sobre temas como la precariedad laboral, el reconocimiento del arte como trabajo, la conciliación personal o la brecha de género. En 'No sonamos mal' (Muzikalia, 2024), realizan una radiografía de la juventud española con banda sonora, resaltando la amistad frente a vínculos tradicionales, la solidaridad entre bandas, el rechazo al virtuosismo técnico y una conexión más horizontal con el público.

"Hay una pregunta que siempre aparece en todas las entrevistas que hemos dado. Es como un leitmotiv: ¿De dónde cojones han salido estos de repente? No, de repente no. Hemos pasado por muchas mierdas para llegar hasta aquí. Nos ha costado mucho trabajo, hemos tenido que lidiar con muchos problemas, muchas penas, tristezas, cabreos y frustraciones. No nos hemos rajado porque los tres que montamos este grupo somos íntimos amigos. Esto va más allá de petarlo, va porque nos gusta, porque somos como hermanos y nos lo pasamos bien. Y lo seguiríamos haciendo aunque no le gustara ni a nuestras madres".

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